Sociedad

Así deben ser las siestas para que no perjudiquen la salud, según un estudio español

María Bonillo

Foto: Bigstock

Viernes 5 de mayo de 2023

5 minutos

Han determinado el tiempo de duración y el lugar de descanso recomendado

Así es la siesta perfecta, según un estudio español. Foto: Bigstock
María Bonillo

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Viernes 5 de mayo de 2023

5 minutos

Diversos estudios han tratado de determinar los beneficios de dormir la siesta y cómo debe ser para que no resulte perjudicial para la salud. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Murcia, en colaboración con científicos del hospital Brigham and Women’s Hospital, vinculado a la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, han descubierto cómo debe ser la siesta para que no perjudique la salud

Tal y como señalan en una nota de la Universidad de Murcia (UMU), las personas que duermen siestas de 30 minutos o más tienen índices de masa corporal más altos y son más propensos a tener síndrome metabólico, es decir, a desarrollar problemas cardiovasculares y diabetes. Así lo han determinado tras un análisis de datos de salud de más de 3.000 adultos de regiones mediterráneas, con el que han examinado la relación entre las siestas largas y el riesgo de obesidad, tensión arterial alta y síndrome metabólico que suponen. 

"A lo largo de las últimas décadas, diferentes investigaciones han demostrado que dormir la siesta puede favorecer la calidad del sueño nocturno, mejorar las funciones cognitivas del individuo y los procesos metabólicos. Sin embargo, todavía hay muchos aspectos desconocidos en la relación entre la siesta y la salud metabólica", señalan. 

Así, este estudio, publicado en la revista Obesity, ha comparado a personas que duermen siestas de 30 minutos o más con aquellas que no hacen este descanso a mitad del día. El resultado de este análisis de "big-data" ha sido una "relación directa" entre las siestas largas y un mayor riesgo de obesidad, tensión arterial alta y síndrome metabólico.

Por el contrario, las personas que duermen siestas cortas, es decir, de menos de 30 minutos, no presentan este riesgo de obesidad y de alteraciones metabólicas. Es más, los beneficios para la salud aparecen entonces en estas personas, con una menor predisposición a presentar tensión arterial elevada que aquellos que no duermen siesta. 

En este sentido, Marta Garaulet, investigadora de la UMU, explica que "no todas las siestas son iguales. La duración, dormir la siesta en el sillón o en la cama y otros factores de estilo de vida asociados con la siesta pueden afectar al efecto negativo que tiene la siesta sobre nuestra salud". 

 

Así es la siesta perfecta, según un estudio español. Foto: Bigstock

 

"Un estudio previo que se llevó a cabo analizando datos de una gran población del Reino Unido encontró evidencias de que la siesta está asociada con un incremento del riesgo de obesidad. En este caso, nosotros queríamos determinar si esta conclusión también podía ser aplicable en un país como España, en el que las siestas están más asentadas culturalmente; así como conocer si la duración de este descanso está relacionado con la salud metabólica", añadía. 

"La obesidad es un problema de salud en aumento, que afecta a más de un billón de personas en todo el mundo. Nuestras decisiones en el estilo de vida, como es el hecho de dormir o no la siesta, afectan a los mecanismos metabólicos asociados con obesidad", señala a su vez el estudio, que ha encontrado una relación directa entre las siestas largas y un mayor índice de masa corporal y mayor propensión al síndrome metabólico que aquellas personas que no duermen siestas. 

Además, las personas que duermen siestas presentan también una mayor cintura y mayores valores de glucosa, presión arterial sistólica y presión arterial diastólica, lo cual podría explicarse, en el caso del aumento de la tensión arterial, por dormir la siesta en la cama en lugar de en el sofá. Los investigadores destacan a su vez otros factores que influyen en que la siesta larga engorde, como son: acostarse tarde por la noche, comer tarde, comer mucho al mediodía o fumar. 

Aclaran que, aunque este estudio no puede demostrar que la siesta sea la causa directa de la obesidad, otro estudio previo de la misma investigadora con datos del Biobank de Reino Unido, determinó que la siesta era la causa de la obesidad, en concreto de la obesidad abdominal (la más perjudicial para la salud), y no al contrario. Esto demuestra que hay una "variedad de factores de vida que influyen en que la siesta engorde o que aumente el riesgo metabólico", señalan. 

Por su parte, Frank Scheer, coautor del artículo y neurocientífico de la División de Sueño y Desórdenes Circadianos del Brigham’s Hospital, considera que "este estudio muestra la importancia de tener en cuenta la duración de las siestas y lanza la pregunta de si las siestas cortas pueden ofrecer beneficios únicos".

"Muchas instituciones se han dado cuenta de los beneficios de las siestas cortas, sobre todo en lo relativo a la productividad en el trabajo, pero también para la salud en general. Si futuros estudios pueden respaldar los beneficios de las siestas cortas sobre la disminución del riesgo de hipertensión y otras enfermedades metabólicas, creo que eso podría ser el impulso para saber cómo deben ser nuestras siestas, y qué duración deben tener y cuáles son sus efectos a largo plazo para la salud y para productividad en el trabajo y en la vida", concluye.

Sobre el autor:

María Bonillo

María Bonillo

María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.

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