Manuela Martín
Sociedad
España destaca en longevidad, pero cae en calidad de vida saludable
El gasto per cápita en Sanidad de España se mantiene 400 euros por debajo de la media de la OCDE

El Sexto Observatorio de Sanidad de FEDEA ha presentado una radiografía del sistema sanitario español que revela una doble realidad: un desempeño clínico sobresaliente que convive con riesgos latentes y una creciente insatisfacción ciudadana.
Si bien España mantiene un sistema que se considera sólido, indican, en términos de resultados clínicos a nivel internacional, el análisis de 31 indicadores muestra que 16 se encuentran en una situación preocupante y 3 en estado negativo.
Aunque se detecta una ligera tendencia positiva general respecto a informes anteriores, la persistencia de numerosos indicadores bajo presión subraya la necesidad de implementar políticas de prevención y sostenibilidad a medio plazo para evitar un deterioro.
Estado de salud de la población
En lo referente a la salud de la población, España sigue liderando a nivel mundial en métricas fundamentales como la esperanza de vida al nacer, que se sitúa en 84 años, y mantiene tasas bajas de mortalidad infantil.
No obstante, este logro en longevidad se ve empañado por un retroceso significativo en la calidad de vida saludable: la esperanza de vida en buena salud se ha reducido, ubicándose más de dos años por debajo de la media europea, especialmente entre las mujeres.
Adicionalmente, más de un tercio de la población padece enfermedades crónicas y mentales, y la percepción de salud ha empeorado desde 2019, lo que sugiere una menor inversión relativa en sanidad preventiva y atención primaria en comparación con la inversión en sanidad hospitalaria.

Factores de riesgo
Respecto a los factores de riesgo y las condiciones sociales, se observan resultados mixtos. Por un lado, se detectan mejoras en hábitos nocivos, con una disminución continua en el consumo diario de tabaco (alcanzando el 16,6% de fumadores diarios).
Por otro lado, la obesidad infantil sigue siendo una preocupación grave, afectando al 36% de los niños entre 6 y 9 años. A estos riesgos de salud se suma la persistencia de una elevada desigualdad social y económica en el país, con una tasa de pobreza que se mantiene en el 25,8% y un coeficiente de Gini de 31,2, ambos superiores al promedio de la Unión Europea.
Gasto en Sanidad
En el plano económico, España destina un 9,2% del Producto Interno Bruto (PIB) al gasto sanitario corriente (público y privado), una cifra comparable a la media de la OCDE.
Sin embargo, el gasto sanitario per cápita se mantiene 400 euros por debajo de la media de la OCDE. Destaca la presión financiera en el ámbito farmacéutico, donde España gasta el 15% de su presupuesto sanitario total en medicamentos, una proporción más alta que los países de referencia.
Además de los desafíos financieros, el sistema enfrenta un claro problema de satisfacción del usuario. El Barómetro Sanitario 2024 revela un descenso notable en la valoración: solo el 55% de la población considera que el sistema "funciona bien con algunos cambios necesarios", una caída considerable respecto al 72% registrado en 2019. La insatisfacción está directamente vinculada a las listas de espera, cuyos tiempos siguen superando los niveles previos a la pandemia.