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Tres meses después de su muerte por Covid-19, la familia de Concepción, la usuaria de una residencia de Xove (Lugo) que fue enterrada en enero con el nombre de otra mujer, continúa "pendiente" y "a la espera" de poder exhumar el cuerpo y trasladarlo al cementerio correspondiente.
Es un procedimiento que ya cuenta con el visto bueno de la Consellería de Sanidade, según informan a Europa Press fuentes del Área Sanitaria de Lugo-A Mariña-Monforte, aunque la familia todavía "no sabe nada" de dicha autorización.
Todo sigue igual
Un sobrino de la fallecida, Modesto Ben, explica que todo "sigue igual" desde que Concepción fue enterrada tras morir el 13 de enero en el centro de Pereiro de Aguiar (Ourense) donde se trataba de la covid, aunque con el nombre de Rogelia.
Según relata a Europa Press, los familiares se dirigieron a los juzgados tanto de Ourense como de Viveiro (Lugo), pero les dijeron que "estaba todo resuelto" en lo que respecta al certificado de defunción y que tan solo quedaba la autorización de la jefatura territorial de la Consellería de Sanidade.
Así, fuentes del Área Sanitaria han ratificado este martes a Europa Press que la solicitud de exhumación llegó a los despachos hace una semana, el pasado 6 de abril, y que al día siguiente, el miércoles 7, se aprobó.
Sin embargo, a pesar de que este procedimiento ya cuenta con el visto bueno de la Administración, la familia asegura que todavía no tiene conocimiento de ello, por lo que sigue "pendiente" para fijar la fecha de traslado al panteón familiar.
El origen del error se debe a un brote de Covid
La confusión entre Concepción y Rogelia tiene su origen en un brote de coronavirus surgido en diciembre en la residencia San Bartolomeu de Xove y que afectó a 11 usuarios, entre los cuales se incluyeron ellas dos.
A finales de dicho mes, la Fundación San Rosendo (entidad responsable del geriátrico) decidió trasladar en ambulancias a todos ellos hasta un centro en Pereiro de Aguiar que disponía de una planta para atender a personas mayores con covid.
El intercambio de las identidades entre Concepción y Rogelia se produjo durante un percance sufrido durante el traslado y se mantuvo durante las semanas en las que ambas compartieron habitación en la residencia de Pereiro.
El día 13 de enero Concepción falleció (este mismo martes se cumplían tres meses), pero sin embargo se notificó la muerte de Rogelia. El entierro se celebró al día siguiente en Xove, pero los protocolos de la pandemia obligaron a que el ataúd permaneciese cerrado, por lo que la familia no pudo darse cuenta del error.
Todo se descubrió a los diez días. El 23 de enero por la mañana, Rogelia, a la que habían dado por muerta, volvió al geriátrico de Xove ante la sorpresa de todos los allí presentes tras haber recibido el alta de la covid-19. Ese mismo día, los familiares de Concepción la esperaban ya recuperada, pero en la residencia les comunicaron que en realidad ya había fallecido.