Quiénes son, cómo son y qué piensan los Proud Boys, 'Chicos orgullosos', que asaltaron el Capitolio

Muchos de los exaltados que el pasado miércoles asaltaron en Washington el Capitolio, saldado con cinco muertos, enardecidos por la última aparición ante sus partidarios del aún presidente de Estados Unidos, Donald Trump, eran miembros de los ya tristemente famosos Proud Boys, la organización, sólo para hombres, de extrema derecha con vínculos supremacistas blancos que promueve y practica la violencia política y que en los últimos meses ha adquirido la mayor notoriedad de todas las formaciones y grupos que apoyan al hombre que perdió las elecciones del 3 de noviembre. 

Pero, en readad ¿quiénes son, cómo son y qué piensan los Proud Boys, 'chicos orgullosos', que asaltaron el Capitolio?

Enrique Tarrio

Con presencia en Estados Unidos y Canadá, la organización, nació en Brooklyn el verano de 2016, está actualmente dirigida desde 2019 por el empresario de 37 años Enrique Tarrio, a la sazón, líder en Florida de la Asociación Latinos for Trump.

Tarrio creció en el barrio de la Pequeña Habana de Miami y ya con 20 años fue condenado por robo y sentenciado a tres años de servicio comunitarios con libertad condicional. En 2013, volvió a ser condenado, en este caso a 30 meses de cárcel, de los que cumplio 16, por la recepción y reventa de equipos médicos robados.

Es fundador de una empresa de instalación de equipos de seguridad y de una distribuidora de unidades de seguimiento GPS y regenta un comercio de camisetas (entre ellas una con el mensaje: "Piniochet did nothing wrong" -Pinochet no hizo nada malo- y artículos promocionales de la extrema derecha conocido como la 1776 Shop que la revista Slate ha descrito como "un emporio en línea de mercancía ultraderechista".

Enrique Tarrio fue arrestado la víspera del asalto al Capitolio por vandalizar símbolos del movimiento Black Lives Matter en una iglesia negra, precisamente durante un mitin anterior de Trump.

El genocidio blanco

El centro del pensamiento de la organización lo ocupa un ultraliberalismo más extremo en el que la intervención del gobierno sea superflua y prácticamente testimonial. Además, su ideología glorigifica la figura del empresario, exige la abolición de las cárceles de cualquier tipo, exige la absoluta libertad del individuo, el derecho a poseer y llevar armas, el cierre de las fronteras norteamericanas al resto del mundo, la lucha sin cuartel contra el feminismo en cualquiera de sus formas reivindicando el de ama de casa como el único aceptable para la mujer, y también mantienen la teoría de que los hombres, en particular los hombres blancos, y la cultura occidental están permanentemente amenazados tal y como propone la teoría de la conspiración del genocidio blanco.

La del genocidio blanco es una teoría conspirativa neonazi y supremacista blanca desarrollada en la cárcel el año 1995 por David Lane, un alcohólico supremacista fundador del grupo The Orderad que murió a los 68 años de un ataque de epilepsia mientras cumplía una condena de 190 años en una prisión federal de Indiana. 

Según esta teoría la inmigración, la integración racial, el mnestizaje, la baja tasa de nacimientos y el aborto se están  promoviendo intencionadamente en países de población predominantemente blanca para convertir a los blancos en una minoría y lograr su extinción por medio de una asimilación forzada.

Volviendo a su exacerbado antifeminismo que lleva a los miembros de los Proud Boys a sostener que que las mujeres están a su servicio, conviene recordar que la Anti-Defamation League, una organización judía opuesta a Proud Boys cuyo objetivo es “mediante la apelación a la razón y la conciencia y si es necesario a la ley, detener la difamación del pueblo judío”, demuestra la misoginia de la organización supremacista blaca cuando sus miembros hablan de las mujeres como "vagas" y "menos ambiciosas" que los hombres y aseguran que "veneran al ama de casa" llegando a pedir "monogamia forzada" y declarar que el feminismo es como "un cáncer".

Ritual de afiliación

Según David Neiwert, periodista y blogger independiente galardonado con el Premio National Press Club, los reclutamientos en los Proud Boys, organización que ha sido vetada por Facebook, Instagram, Twitter y You Tube, se hacen entre blancos de derechas de entre 15 y 30 años provenientes sobre todo de los suburbios de las grandes ciudades. Tienen un proceso de iniciación que consta de cuatro fases que incluyen también novatadas. 

La primera etapa es un juramento de lealtad al grupo en el que se dice: "Soy un orgulloso chovinista occidental, me niego a disculparme por haber creado el mundo moderno". En la segunda fase se reciben puñetazos de sus compañeros hasta que el neófito termina de recitar trivialidades de la cultura pop, como los nombres de cinco marcas de cereales para el desayuno. En la tercera fase debe hacerse un tatuaje y jurar no masturbarse. Y la cuarta y última fase consiste en participar en alguna gran pelea "por la causa".

No obstante, The Daily Beast publicó una información en 2018 en la que se afirmaba que los Proud Boys habían incluido novedades en sus normas prohibiendo el consumo de opiáceos y metanfetaminas, pero no el de cocaína. Y con respecto a la masturbación, se especigficó que "ningún hermano heterosexual de la Fraternidad se masturbará más de una vez ningún mes del calendario".

Del polo de Fred Perry a la ropa militar

Proud Boys. Foto: Wikipedia

Sea como fuere, en noviembre de 2018 se informó de que el FBI clasificó a los Proud Boys como un grupo extremista, pero apenas dos semanas después la oficina general lo negó asegurando que todo había sido un malentendido y que solo se trataba de identificar una posible amenaza de ciertos miembros del grupo.

Fue entonces cuando Gavin McInnes, quien fundó la organización en 2016 y había sido su lider hasta ese momento, renunció a su liderato que pronto asumiría Enrique Tarrio porque, aseguró, sus abogados le dijeron su renuncia podría ayudar a nueve miembros del grupo que estaban siendo procesados por en ese momento por diversos delitos.

Fue el propio McInnes quien desde la fundación del grupo promocionó el uso de polos negros y amarillos de la marca Fred Perry entre sus miembros al igual que ya habían hecho varias décadas antes los skinheads y el Frente Nacional Británico. Los Proud Boys tienen como símbolo un gallo entre laureles y esto llevó a Gavin McInnes a la asociación gráfica de su grupo con la marca de ropa Fred Perry junto a gorras con el eslogan de Trump, Make America Great Again.

De hecho, en 2017, el CEO de Fred Perry, John Flynn, denunció cualquier relación de la compañía con los Proud Boys en un comunicado dirigido a McInnes en el que se decía: "No apoyamos los ideales o el grupo del que hablas. Va en contra de nuestras creencias y de las personas con las que trabajamos". Sin embargo el famoso polo negro con bandas amarillas siguió siendo el uniforme extraoficial de muchos miembros del grupo lo que llevó a Fred Perry a retirarlo del mercado. Esto, unido a la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía y los disturbios que siguieron, llevó a los miembros del grupo a evolucionar hacia una vestimenta militar con chalecos antibalas y armas incluidos que muchos de sus miembros han lucido durante el reciente ataque al Capitolio.