Sociedad

El síndrome de las abuelas esclavas

Ramón Sánchez-Ocaña

Martes 7 de mayo de 2019

4 minutos

Aunque lo hacen con gusto, el desgaste físico y emocional les pasa factura

El síndrome de las abuelas esclavas
Ramón Sánchez-Ocaña

Martes 7 de mayo de 2019

4 minutos

Se ha definido ya el síndrome de la abuela esclava. Se trata de la mujer de entre 50 y 70 años que no sabe decir que no y que ha sido la encargada de cuidar de los nietos para que sus hijas puedan trabajar fuera de casa. Un fenómeno que cada vez que se produce más en España.

Justo es reconocer que la definición de este problema partió hace ya algunos años del cardiólogo granadino Antonio Guijarro Morales. Vio una serie de síntomas en mujeres que estaban al cargo de sus nietos. Y con unas características comunes. Fueron después científicos norteamericanos los que se interesaron por el fenómeno.

En síntesis, son las abuelas las que para que sus hijas puedan trabajar se hacen cargo de los nietos. Hasta ahí, todo parece normal. El problema surge cuando íntimamente deberían decir: “Ya no estoy para estos trotes“. Pero la abuela no lo reconoce. La abuela no sabe decir que no. Lo único que la abuela sabe es que ya no puede más.

En una investigación americana realizada sobre personal de enfermería se llegó a la conclusión de que las que cuidaban a sus nietos durante mas de 9 horas por semana tenían un 55% más de posibilidades de padecer problemas cardiacos. ¿Por qué?  Pues según los investigadores, porque cuando se cuida a un niño pequeño la atención debe ser constante (“siempre se les ocurre lo peor”), se mantiene un altísimo nivel de estrés y no queda tiempo para descargar las tensiones.

En efecto, la “abuela esclava” renuncia también a sus actividades de ocio que podrían reportarle ese descanso físico e intelectual que necesita. El poco tiempo que le queda, lo utiliza para descansar.

Esclavas voluntarias

El problema añadido es que se ignora la situación. La abuela que adquiere el compromiso de ayudar a su hija o a su hijo y que se queda con los nietos lo hace con gusto, con voluntad de servicio. No es que se convierta en esclava por obligación, sino que lo hace voluntariamente y por amor a sus hijos y a sus nietos. Sin embargo, como comenta el doctor Guijarro, que definió y bautizó el síndrome, todo partió de la observación de un grupo de mujeres mayores que tenían todas ellas un estrés familiar excesivo, mal tolerado, “sorprendentemente inconfesado por la paciente e inexplicablemente ignorado por la familia”.

La causa primaria del problema hay que buscarla en la sobrecarga física y emocional que soportan. Y como advierte el propio Guijarro: si no se diagnostican y se tratan en su momento, es muy posible que los problemas físicos se mantengan durante mucho tiempo, se cronifiquen y no tengan solución aparente. Incluso es posible que muchos casos de fatiga crónica o de fibromialgia puedan tener este origen.

Los síntomas

Como cardiólogo, lo primero que llamó la  atención del doctor Guijarro fueron las subidas de tensión. Las abuelas esclavas presentaban hipertensión, pero una hipertensión de muy difícil control, con fuertes oscilaciones sin razones aparentes. Una hipertensión de tipo psíquico.

Otra cadena de síntomas se pueden enlazar con los altibajos emocionales, como taquicardias, palpitaciones, síntomas aparentemente cardiacos, como opresión en el pecho, a veces dificultad para respirar, mareos, hormigueos e incluso desvanecimientos.

Una de las quejas en las que coinciden casi todas es en el cansancio, el decaimiento que ella misma reconoce excesivo. (“Estoy demasiado cansada para lo que hago”).

Y es llamativo que en muchas casos se producen caídas fortuitas inexplicadas e inexplicables. El problema es que, después, estas personas mayores que se caen tienen un gran miedo a volver a caerse, lo que coarta mucho su libertad de movimientos.

El malestar general, eso que podría identificarse como fatiga crónica, es otro de los síntomas. Y desde luego, una especie de depresión incipiente, tristeza, desánimo, pocas ganas de jugar con los niños...Y un dolor difuso por todo el cuerpo. De ahí que en ocasiones se hable de la posibilidad de fibromialgia.

Ella misma lo oculta. Ella quiere seguir haciendo todo, tal como idealmente lo piensa; pero no puede. Y entonces calla.

Los hijos son ciegos ante la naturaleza de la “abuela “ a la que siguen considerando capaz de hacer todo...Y uno de los síntomas que más pueden llamar la atención es que la abuela esclava se autoinculpa. Se sienten culpables de su incapacidad actual. Tanto ella como sus hijos creen que es la misma persona de hace unos años. Y, sin embargo, su capacidad no es tal. Aunque la voluntad de hacer todo, sí. Pero no puede y el esfuerzo es el que pasa factura.

Sobre el autor:

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid. 

En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979)​ y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.

Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.

Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición

En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.

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