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La tragedia ocurría en Sevilla. Manuela, una pequeña de tres años, fallecía en septiembre de 2022 días después de ser operada de anginas en el hospital de Écija, en Sevilla. Recibió el alta y la niña fue mandada a casa hasta en tres ocasiones pese a que sus padres la llevaron a urgencias porque estaba en muy malas condiciones. Finalmente, la pequeña moría tras sufrir un "shock postoperatorio hipovolémico". Sus padres denuncian un presunto delito de homicidio por imprudencia.
La niña, de apenas tres años de edad, era intervenida el 19 de septiembre de 2022 en el Hospital de Alta Resolución de Écija, en Sevilla, para eliminar una hipertrofia de amígdala y adenoide que sufría y que le provocaba dificultad respiratoria nasal y ronquidos nocturnos.
Hasta cuatro visitas a urgencias
Horas después, la pequeña fue dada de alta y enviada a casa. Tal y como ha asegurado el abogado de la familia, la intervención se produjo sin realizar una analítica de sangre previa y la niña recibió el alta “sin la correspondiente revisión por parte del responsable de la intervención quirúrgica". En el hospital, tampoco dejaron indicaciones en la tarjeta sanitaria de la menor de la medicación que debía administrársele en el postoperatorio.
Al día siguiente de la operación, los padres llevaron a la pequeña a urgencias del mismo hospital porque "no se encontraba en buen estado y no podía tomar los antibióticos vía oral", ante lo cual los facultativos le recetaron paracetamol en supositorios y, de nuevo, la enviaron a casa.
Los padres llevaron de nuevo a la menor a las urgencias del hospital el día 23, cuatro días después de la operación "porque no hablaba, tenía fiebre, palidez y no tragaba". En esa visita le administraron urbason, lo que empeoró la situación. Siempre según la versión de la familia, a través de su abogado, volvieron de nuevo a urgencias en la madrugada del día 24. La niña estaba inconsciente "con parada cardiorrespiratoria, tras haber sufrido una grave hemorragia en su domicilio".
El informe de urgencias detalla, según su abogado, que la paciente se encontraba "en malas condiciones generales, pálida, sin pulso, sin frecuencia, pupilas arreactivas y midriáticas" y que presentaba tos con sangrado abundante en vías aéreas superiores y esófago. Entonces fue diagnosticado un "shock postoperatorio hipovolémico". Pese a su gravedad, la niña no fue traslada al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla “hasta tres horas después”. Finalmente, el cuerpo de la niña colapsaba y Manuela moría.
El relato del padre
El padre de Manuela ha sido entrevistado este miércoles en el programa Vamos a ver (Telecinco), donde ha explicado que la última medica que atendió a la niña debería haber ingresado a su hija. "Si tan solo hubiera visto a mi hija un rato más se hubiese dado cuenta de que no estaba bien, porque tan solo 10 horas después, es decir, esa misma noche, nuestra hija murió en nuestros brazos”, explica el padre angustiado.
El padre asegura que “ahora estamos luchando a contramarea para demostrar que es un homicidio, a mi hija ni se le hizo un análisis de antes ni después, cuando mi hija llego mal ya no se podía hacer nada por ella, la ambulancia tardó 3 horas en llegar, nosotros íbamos a ir a Córdoba cuando vimos que la situación empeoraba y por desgracia… no llegó".
Por último, el padre declara que "hemos conseguido después de un año que una persona testifique, es inhumano que con un análisis igual se podría haber evitado, ellos se agarran a que al ser una operación tan simple, ni se considera operación y sólo una reducción de amígdalas”. "No hemos tenido ni un pésame por parte de los médicos", lamenta.