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Conmoción en Reino Unido ante una tragedia que ha conmovido al país. Un niño de dos años, Bronson Battersby, ha sido encontrado muerto de hambre junto al cadáver de su padre, Kenneth, de 60 años, en su casa de la localidad de Skegness, en el condado de británico de Lincolnshire.
Tras varios intentos de contactar con el padre y no dar este señales de vida, una trabajadora social entró en la casa y se encontró los cadáveres de ambos, según informan varios diarios británicos.
El cuerpo sin vida del pequeño fue encontrado acurrucado junto a su padre, quien se cree que falleció de un ataque cardiaco. Los investigadores creen que el niño permaneció en la oscuridad, sin comida ni agua, durante casi dos semanas.
"Si los servicios sociales hubieran hecho su trabajo, Bronson todavía estaría vivo. Pero no hicieron nada", ha declarado al diario The Sun la madre del niño, Sarah Piesse, de 43 años, que vio por última vez a su hijo antes de Navidad después de una pelea con su exmarido.
Según el diario Daily Mail, el padre de Bronson estaba clasificado como persona vulnerable y recibía una visita semanal por parte de una trabajadora social, que acudió a su casa el 2 de enero, pero no obtuvo respuesta y se marchó. Volvió a la casa el 4 de enero, de nuevo sin recibir respuesta, y fue entonces cuando dio parte a la policía. Sin embargo, los cuerpos no fueron encontrados hasta el día 9 de enero, cuando la propia trabajadora social entró en la casa a pesar de no recibir respuesta tras conseguir la llave hablando con el propietario de la vivienda.
Los resultados preliminares de las autopsias indican que Bronson murió por deshidratación y hambre, mientras que Kenneth falleció de un ataque cardíaco. Su perro, Skylar, consiguió sobrevivir, aunque estaba muy delgado y débil.