Desde la llegada de los teléfonos móviles, con cámaras cada vez más potentes y sencillas de utilizar, aquel momento típico en cualquier viaje de “por favor, nos haces una foto” ha pasado a la historia. Hacerse una autofoto, solo o acompañado, es ya lo más normal del mundo y no solo entre chavales, ansiosos por subirlas a las redes sociales, sino también entre cualquiera que desee inmortalizar un momento, un paisaje o una visita interesante.
Los actuales dispositivos lo ponen muy fácil. Hacer un selfie es sencillo: buscar la cámara, darle a la aplicación correspondiente y, en un segundo, ya ves tu cara en la pantalla del teléfono. Solo tienes que fijar la imagen y “disparar”.
Los selfies son cuestión de práctica. Si estás empezando y los resultados no son los que tú esperas, no te preocupes porque al menos no hay que llevar a revelar los carretes gastándote un dinero, y además hay algunos trucos que pueden ayudarte.
En primer lugar, hay que recordar que hay cámaras especialmente preparadas para que los sefies salgan bien aunque tu destreza a la hora de hacerlos sea la justa. También debes saber que algunas incluyen aplicaciones y filtros específicos para el retoque fotográfico “instantáneo” que, si eres aficionado a los sefies, te pueden interesar por las posibilidades y resultados que ofrecen.
Si algo es importante es la seguridad a la hora de hacerte una foto tú mismo. Los accidentes, algunos mortales, provocados por esta práctica se han incrementado en los últimos años y nunca está de más insistir en que no puedes arriesgarte a una caída o a algo peor por una foto. El peligro de las fotos extremas es real, tal como señala la Fundación IO.
Si no tienes ningún interés en caerte por un barranco por una imagen, pero te apetece que tus selfies queden bien, algunas recomendaciones que debes poner en práctica cuando vayas a hacerlos son: