Sabina Clemente tiene 94 años, y también un movimiento de cintura y un derechazo de mucho cuidado. Si se trata de defender los derechos de la mujer y reivindicar su papel, su edad no es ningún freno para ponerse los guantes de boxeo y agitar sus brazos con toda energía. Lo mismo que Aurora de la Peña, futbolista y rojiblanca, con un regate a sus 95 años capaz de dejar con la boca abierta a cualquiera que dude de sus capacidades. O como Carmen Pino que, con la firmeza de un agente de movilidad, está dispuesta a parar el tráfico si es necesario, para poner orden y coherencia, hasta que cale su mensaje: “que la mujer pueda ser lo que quiera ser”.
Y así, hasta 16 mujeres de la residencia Ballesol Pozuelo (@GrupoBallesol) que, con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, han decidido reivindicar el protagonismo y la capacidad de la mujer en cualquier disciplina y profesión. Y también, en cualquier edad. Para ello han grabado un vídeo motivador y lleno de alegría, buen rollo y, por supuesto, mensaje.
Al ritmo de la canción, que dice: “y grita, que la vida es bonita; y baila, que la pena se quita; la pena se quita y la vida se vuelve bonita”, todas estas mujeres valientes bailan siguiendo a la cantautora canaria Rosana (@RosanaOficial).
Alguna de ellas se ha puesto el tutú para demostrar que sigue siendo todo un cisne del ballet, otras han querido reivindicar el papel de las mujeres de ciencia, el derecho y también el de las profesionales sanitarias.
Otras, por el contrario, se han vestido de fontanera, taxista, cirujana, general de brigada… profesiones y oficios que durante mucho tiempo han estado pensadas y destinadas a los hombres.
Cada imagen de estas mujeres mayores está apoyada por una frase. “Nadie puede hacerte sentir menos sin tu consentimiento” o “A veces tienes que olvidar lo que sientes y recordar lo que mereces”. Una manera original de reivindicar el valor y la capacidad de la mujer en esta sociedad.
“No te rindas, no cierres las alas, no caigas del cielo; si la vida se llena de risas se llena de bueno; que la pena se acabe muriendo de envidia y de celos; que lo malo se vaya, se largue de aquí por cualquier sumidero” canta Rosana mientras mujeres mayores, compañeras en la residencia Ballesol Pozuelo siguen bailando.