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Sólo el 3% de las ciudades de España son amigables con los mayores

Marta Jurado

Lunes 28 de julio de 2025

ACTUALIZADO : Lunes 28 de julio de 2025 a las 10:02 H

11 minutos

Expertos analizan los desafíos para conseguir que las ciudades sean "para todas las edades"

Sólo el 3% de las ciudades de España son amigables con los mayores
Marta Jurado

Lunes 28 de julio de 2025

11 minutos

¿Has oído hablar alguna vez de las Ciudades Amigables? ¿Te suena pero no sabes qué son exactamente? ¿Sabías que en 2026 España acogerá en 2026 el Congreso Internacional de Ciudades Amigables? Pues bien, una ciudad o comunidad amigable con las personas mayores es "un lugar que adapta los servicios y estructuras físicas para ser más inclusivo y se ajusta a las necesidades de su población, para mejorar la calidad de vida de ésta cuando envejece. Una ciudad amigable fomenta el envejecimiento saludable al optimizar los recursos para mejorar la salud, la seguridad y la inclusión de las personas mayores a la comunidad", según lo definió la Organización Mundial de la Salud en 2010. Esto supone, según los expertos consultados, lograr ciudades con espacios verdes, accesibles, con servicios sociosanitarios, de transporte y de ocio, donde además se facilite la convivencia y participación de los mayores.

Este fue precisamente el punto de partida para crear la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores hace una década, dentro del plan de acción de la Década de Envejecimiento Saludable (2021-2030), como respuesta al rápido envejecimiento de la población. Esta red agrupa, casi una década después, a más de 1.700 ciudades y comunidades en 60 países. Y precisamente España ha sido oficialmente designada como sede del Congreso Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores que se celebrará en junio de 2026, según anunció el pasado mayo Mayte Sancho, directora del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), el principal impulsor de esta red en nuestro país. Por eso, nos preguntamos si están las urbes españolas preparadas, y cuáles son los grandes retos pendientes de las Ciudades Amigables. Recordemos en el año 2050, las personas mayores de 65 años representarán más del 30% del total de la población española, según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística.

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Fuente: Ministerio Sanidad/Imserso

 

Aún mucho por hacer

El entorno físico y social influye "notablemente en la forma en la que experimentamos el envejecimiento y las oportunidades que ofrece el hecho de envejecer". Así lo destaca la guía Evaluar los procesos de amigabilidad. Guía de recomendaciones para la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, publicada por el Imserso, que define las ciudades y comunidades amigables con las personas mayores como aquellas que "mejoran el acceso a servicios clave y permiten que las personas sean y hagan lo que valoran". Entre las área a prioritarias a evaluar destacan ocho: espacios al aire libre y edificios, transporte, vivienda, participación social, respeto e inclusión social, participación cívica y empleo, comunicación e información, y servicios sociales y de salud.

En nuestro país, ya son 269 los municipios amigables con los mayores, según el último 'listado de municipios por CCAA y provincias en España', del Imserso. En este listado destacan ciudades como Vitoria, Bilbao, Barcelona o Madrid y municipios como Pescueza (Badajoz), considerado por muchos como "el pueblo de los mayores", por sus iniciativas para fomentar la accesibilidad y la vida en comunidad de sus habitantes, la mayoría con más de 65 años. Sin embargo, según consideran los expetos consultados, la cifra de municipios amigables con los mayores que tiene España, ha avanzado mucho pero es "todavía baja" si tenemos en cuenta que, en nuestro país hay 8.131 municipios.

Esto supone que solo el 3% de las ciudades y municipios del nuestro país están adaptadas a las necesidades de los mayores. "La calidad del diseño urbano y su mantenimiento son aspectos fundamentales que deben evaluarse y mejorarse, especialmente en ciudades con población envejecida. Muchas de estas soluciones no son complicadas ni requieren grandes inversiones", explica a 65YMÁS la arquitecta responsable del proyecto Envejezando: Arquitectura y Tercera Edad (@envejezando), Paz Martín.

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Fuente: Imserso

Una red todavía desconocida

Entre los grandes retos de las ciudades amigables con las personas mayores en España, José Luis Fernández Santillana, presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), una de las asociaciones de mayores más implicadas con la "amigabilidad", denuncia que "hay una gran falta de información de la existencia de la red, sobre cómo debe aterrizarse en cada una de las ciudades que se acogen y cómo potenciarlas". Para él, pese a los esfuerzos, en muchas ocasiones se ha encontrado con "oportunidades perdidas", porque, al final los mayores no saben qué es, y por eso no lo demandan", opina. Por eso sugiere que se haga un mayor esfuerzo para que se conozca en los barrios, los centros de mayores y otros lugares de encuentro.

Otro desafío significativo que apunta Fernández Santillana es la falta de coordinación entre las distintas administraciones. "A veces nos encontramos con que unos no saben lo que hacen otros", comenta Fernández Santillana", lo que puede llevar a repeticiones y pérdida de eficiencia. De ahí que reivindique la creación de un nuevo perfil profesional multidisciplinar (formados en movilidad, accesibilidad, medio ambiente, salud, etc.) que puedan monitorear y actuar para asegurar que las diferentes zonas de la ciudad cumplan con los estándares de amigabilidad, como el que han propuesto desde Age-Friendly Toolkit.

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El problema de la falta de accesibilidad

El sociólogo Santiago Cambero (@santiagocambero), que ha colaborado en una investigación en Andalucía sobre Ciudades Amigables para los mayores, considera que aún queda mucho trabajo por hacer. "Cuando uno observa la arquitectura social, la arquitectura urbana, la arquitectura cultural, la arquitectura de servicios públicos de nuestras ciudades, pues uno llega a la conclusión que efectivamente todavía queda mucho por desarrollar". Y señala que la accesibilidad de las viviendas y los servicios públicos o el transporte, son fundamentales, para no ser una "doble penalidad" para las personas mayores con problemas de movilidad.

"Muchas de esas personas mayores no tenían sus casas adaptadas, no tenían espacio suficiente para poder moverse con una silla de ruedas", relata Cambero. Además, muchas no tenían ascensor, y su instalación en comunidades de propietarios es costosa y requiere acuerdos. Esta dificultad para salir de sus propias viviendas contribuye al aislamiento social y la soledad no deseada. Cambero estima que cerca de 2,5 millones de ancianos se sienten solos en España. Y recuerda que se debería tener una visión global que integre tanto criterios de accesibilidad, como existencia de servicios públicos o transporte suficiente y adaptado, como fomentar las relaciones interpersonales.

Espacios para combatir el calor

El presidente de CEOMA pone ejemplos concretos de mejoras necesarias. "Quienes diseñen las ciudades deben tener en cuenta que las calles sean seguras, que los edificios públicos sean accesibles, y que haya elementos básicos como bancos para descansar durante un paseo. Otro aspecto crucial en el contexto actual es la necesidad de que las ciudades contemplen espacios de sombra y "islas frías" para combatir el calor extremo.

En este sentido, Cambero lamenta que en España los parques a menudo no están pensados para las personas mayores y "cada vez tienen menos verde, transformándose en cemento y baldosas". La accesibilidad del transporte público también es un factor importante. Fernández Santillana destaca que deben ser accesibles y seguros. Pone como ejemplo la necesidad de que los conductores de autobús tengan cuidado al frenar, ya que un frenazo brusco puede causar caídas y fracturas en personas mayores debido a su fragilidad.

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La participación de los mayores, aún un reto pendiente

La participación de las personas mayores en este proceso, algo que la OMS considera importante, también presenta dificultades. Fernández Santillana reconoce que, aunque se ha abierto la participación en ámbitos donde él ha estado presente, la forma en que se articula hace que no siempre sea fácil participar. "Si quieren ustedes decir cómo la ciudad va a ser amigable con las personas mayores, pregúntennos a los mayores que somos los que entendemos cuáles son las carencias y lo que se puede mejorar también", defiende. De ahí que espera que el Imserso contacte con las organizaciones de mayores para la preparación del congreso de Ciudades Amigables.

Para lograr dicha “participación efectiva”, el presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), Jesús Norberto Fernández, ha sugerido “crear mecanismos de diálogo”, como consejos o comisiones, donde los responsables municipales puedan escuchar las demandas de las personas mayores. Destaca, además, la necesaria transversalidad, implicando a concejalías más allá de servicios sociales, como cultura, sanidad, movilidad o urbanismo.

La accesibilidad digital es otro reto emergente. Fernández Santillana considera que una ciudad amigable debe facilitar el uso amigable de la tecnología y proporcionar atención personalizada para quien la necesite. "Si la administración no facilita el vínculo con el ciudadano", algo falla. Propone soluciones tecnológicas para agilizar trámites, mientras subraya la importancia de mantener la atención presencial para aquellos que necesitan "contar las cosas cara a cara y ser escuchados". "Hay gente mayor que necesita contar lo que le está pasando".

"Una ciudad para todas la edades"

Los expertos coinciden en que pensar en una ciudad amigable para los mayores "no solo beneficia a este grupo, sino a toda la sociedad". "Yo creo firmemente que no existe un buen urbanismo ni una buena arquitectura exclusivamente para personas mayores. Más bien, debería existir una arquitectura y un urbanismo de calidad para todas las personas, independientemente de su edad", opina la arquitecta Paz Martín.  "Una ciudad o pueblo respetuoso, seguro y amable es el resultado de un trabajo colectivo y una evaluación continua, pues tanto los lugares como las necesidades de sus habitantes cambian con el tiempo".

"La buena noticia es que el concepto de ciudades para todas las edades, o viviendas para toda la vida, ya se ha implementado con éxito en diversos países. Deberíamos estudiar estos ejemplos en profundidad e intentar adaptarlos a nuestro contexto, a corto, medio y largo plazo", sostiene. "En resumen, una ciudad que cuida y no rechaza, es una ciudad buena para todas las personas incluidas las mayores". Un punto que defienden también el resto de los expertos consultados.

Sobre el autor:

Marta Jurado

Marta Jurado

Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.

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