El repunte de contagios causado en estos momentos por la variante ómicron no parece estar afectando a todas las edades por igual.
Desde que se comenzaron a inyectar dosis de refuerzo a los mayores y a los colectivos vulnerables, la incidencia en este grupo se ha estabilizado o ha aumentado mucho menos que en el resto de edades.
Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, una de las regiones que más está sufriendo el impacto de ómicron actualmente, la incidencia acumulada a 14 días en jóvenes de 20 a 29 años está en 1.387 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que la de mayores de 70 a 79 años ronda los 180.
Y probablemente, según explican a 65Ymás varios expertos, esta situación tenga que ver, en parte, con que este segmento de edad se protege más. Si bien, con una mutación tan transmisible como ómicron, tener precaución no es siempre suficiente para no contagiarse –ya se vio en 2020: la curva de infecciones de mayores, aunque algo menor, acompañaba a la de los jóvenes–.
Por ello, cabe pensar, por los datos que se manejan en Reino Unido y ahora también en España, que la tercera dosis puede estar jugando un papel esencial en la protección de los mayores –aporta algo más de un 70% de protección frente a ómicron (datos provisionales)–. Aunque será sobre todo tras las fiestas navideñas, cuando se demuestre la eficacia real de este booster frente a la infección–se juntarán diferentes generaciones en espacios poco seguros–.
Fuente: Ministerio de Sanidad, a día 21 de diciembre.
El 26% sin un refuerzo
Eso sí, ni este refuerzo es infalible –menos aún en mayores– ni todo el colectivo está aún cubierto de cara al invierno.
Y es que la vacunación no se ha hecho a la misma velocidad que en verano de 2021 –en tres meses se han inoculado 10 millones de dosis–, y eso, ha provocado que actualmente no estén cubiertos el 25,7% de las personas de más de 60 años, muchos de los cuales tienen ahora una mayor probabilidad de contagio por la alta incidencia y, en parte, también de infección sintomática, ya que han pasado varios meses desde la pauta completa.
No obstante, esto se podría haber evitado si se hubiese acelerado el ritmo de inyección de dosis de recuerdo al principio del otoño y se hubiesen autorizado antes los booster, como pasó en otros países europeos.
Además, no se trata de una estrategia nueva, sino que ciertos países, como Israel, llevan aplicándola desde el verano en toda la población y han demostrado que resulta útil para domesticar la pandemia, para doblegar curvas y para que no toda la población esté expuesta al mismo tiempo al virus, como ocurre en estos momentos con la mayoría de las personas en España tras la llegada de ómicron.
Fuente: Ministerio de Sanidad, a día 20 de diciembre.
Con todo, según aseguran expertos, quizá en estos momentos ya sea tarde para aplicar esta estrategia en España, incluso con los mayores, puesto que el refuerzo tarda unos 15 o 20 días en ser eficaz, por lo que, antes de que se vean los efectos, una parte del colectivo se habrá contagiado, con el riesgo que esto supone para ellos: no se sabe todavía cuánto escapará esta variante a la inmunidad generada por las vacunas en mayores pasado un tiempo de la segunda dosis.
Sin embargo, argumentan los expertos, aunque de cara a la Navidad esta dosis no sea del todo útil y quizá sea más eficaz la limitación de los contactos, sí que sería clave seguir inyectando booster para lograr un cierto equilibrio con el virus en los próximos meses y quizá ayudar a doblegar la sexta ola, si esta no termina de bajar del todo con las medidas que se adopten.
Y en este supuesto, podría ser necesario que toda la población que no se haya infectado se vacune cada pocos meses, para lograr que las olas sean menos pronunciadas, que haya una menor transmisión y que el número de enfermos graves –que cada vez será menor– sea asumible para el sistema sanitario –todavía está por ver si lo va a ser en esta ola–.
Pero, para ello, haría falta que el Estado se implique y logre que millones de personas se inyecten una dosis cada 'x' meses, una tarea complicada y que ni siquiera en Israel se ha logrado –algo más del 40% de la población ha recibido el refuerzo– y que, en España, está por ver si se consigue, ahora que se ha ampliado la tercera inyección a mayores de 40 años.
Dosis adicionales por países. Fuente: Our World in Data.
¿Por qué se ponen las terceras dosis?
"Los mayores se están infectando menos, porque están vacunados, muchos con tres dosis, lo que les protege mejor de ómicron. Además, tienen mayor cuidado y sensibilización con el problema", explica el virólogo de la Universidad CEU San Pablo, Estanislao Nistal.
Ahora bien, matiza, lo que no está claro es si, después de la tercera dosis, hará falta reformular la vacuna para lograr un cierto equilibrio con el virus o si con las inyecciones actuales vale.
"El inóculo vacunal actual, aunque estimula nuestras defensas, no está optimizado frente a la nueva variante, aunque es posible también que ómicron tenga un patrón que, una vez tenemos unas defensas fuertes, podamos enfrentarnos al virus sin tanto peligro. Ese aprendizaje que tenemos previo hace que cada vez haya menos probabilidad de desarrollar una enfermedad grave y, con el tiempo, la convivencia con el virus va a causar menos problemas sanitarios", explica.
"El recibir un refuerzo ahora puede estimular la inmunidad lo suficiente para no necesitar más dosis. Las defensas, al decaer, no vuelven al punto cero, acaban en niveles superiores a los basales que teníamos previamente. Imaginemos una pauta de dos dosis. Al vacunarme, el nivel de mis anticuerpos puede subir a 100, luego va decayendo en el tiempo hasta un 10, donde se estabiliza y perdura durante meses o años. Si recibo un refuerzo, unas semanas tras el pinchazo, voy a tener un nivel de anticuerpos de 200, que nuevamente va decayendo con los meses, pero esta vez no vuelve a 10, sino que permanece más alto, en 20. Y no sabemos si es suficiente o requeriremos de nuevas dosis para subir a 30, o más, y tampoco se conoce si frente a nuevas variantes eso es suficiente", sostiene.
Con todo, por ahora, el uso de booster, mientras estas incógnitas se resuelven, puede ser útil para controlar la sexta ola, por la alta protección que aporta frente a contagios en las primeras semanas.
"Las terceras dosis incrementan las defensas para prevenir la variante ómicron. En la medida en que la vacunación se plantee como estrategia para doblegar la sexta ola, sí, es un arma más. Desconozco si se dispone de dosis suficientes y si existe capacidad en el sistema sanitario para administrarlas tan rápidamente".
"Las administraciones deberían haber sido más diligentes"
Por su parte, el epidemiólogo y portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (@amasap), Fernando García, critica que "las administraciones públicas deberían haber sido más diligentes para la inyección de estas dosis de refuerzo. Mientras algunas comunidades autónomas han ido llamando por franjas de edad a todos los casos, como se hizo con las primeras dos dosis, otras lo fían a la iniciativa del interesado con las autocitas, que es un sistema mucho menos eficaz y rápido".
Además, García coincide con el virólogo Estanislao Nistal en que "no sabemos si las tres dosis serán suficientes o habrá que necesitar cuartas o sucesivas dosis adicionales. Serán necesarios más estudios para ver si después de 15 semanas o más tarde después de la tercera dosis aumentan los casos y, sobre todo, los casos graves y los fallecidos. Habrá que esperar a estudios en la población de Israel, que es la primera que empezó a administrar la tercera dosis. Por el momento, es pronto para saberlo".
"En cualquier caso, sea como fuere, nunca hay que olvidar que hasta que no esté vacunado todo el mundo, incluida la población de los países con ingresos bajos y medianos, la pandemia no desaparecerá y pueden aparecer nuevas variantes que sean resistentes a las vacunas o más letales. Con los datos desagregados por vacunación o no vacunación que publica cada jueves el Ministerio de Sanidad en su actualización diaria se desprende que en España la vacunación con dos dosis reduce los ingresos hospitalarios, los ingresos en ucis y los fallecimientos a la décima parte que en no vacunados. No tiene mucho sentido centrarnos en vacunaciones adicionales en los países ricos mientras no se hagan todos los esfuerzos para vacunar a los países a los que no han llegado todavía", señala.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.