65ymás
Alimentación
Los 10 peores alimentos que puedes comprar en el supermercado
Quienes abusan de ultraprocesados tienen un 26% más de riesgo de muerte por cualquier causa
Alimentos ultraprocesados: ¿cómo identificarlos en el supermercado?
Más de la mitad de los alimentos que compras en el supermercado no es comida real: son productos ultraprocesados, es decir, aquellos que han sufrido transformaciones físicas y químicas durante su elaboración y que mantienen en su presentación final muy poco o ningún contenido de los alimentos naturales originales. Tienen grasas o azúcares añadidos, como edulcorantes, colorantes, estabilizantes y aditivos, que potencian el sabor.
La influencia de los alimentos ultraprocesados en las cifras de obesidad constituye una realidad cada vez más evidente. Se asocian, además, con el desarrollo de enfermedades crónicas, factores de riesgo metabólico (colesterol elevado o hipertensión), cáncer y mayor mortalidad. También ha quedado acreditado que triplican el riesgo de fragilidad en los mayores, aceleran el envejecimiento celular y, por si fuera poco, un estudio reciente también vincula estos alimentos con la depresión.
Un estudio reciente determinó que el 64% de los productos de alimentación que más compramos los españoles lleva numerosos aditivos y, por tanto, son 'pseudoalimentos' potencialmente nocivos para la salud. Del mismo modo, otra investigación de la American Journal of Clinical Nutrition revela que las personas que abusan de este tipo de alimentos ultraprocesados tienen un 26% más de riesgo de muerte por cualquier causa y un 58% de enfermedad cardiovascular.
Conociendo sus peligros, ¿a qué alimentos nos estamos refiriendo? Aquí te dejamos una lista de 10 productos que deberías pensártelo dos veces antes de meterlos en tu cesta de la compra:
Bollería industrial
La bollería industrial no solo tiene un alto nivel de calorías, sino que también en ella encontramos muchas grasas y azúcares. En especial, un gran porcentaje de grasas trans, un tipo de grasa que se forma cuando el aceite líquido se transforma en una grasa sólida añadiendo hidrógenos.
Refrescos
Bebemos muchos refrescos, pero, según el famoso nutricionista Carlos Ríos, son el peor ultraprocesado que podemos tomar. Su altísimo contenido de azúcar (en algunos refrescos llegan a ser superior a 10 gramos por cada 100), es terriblemente perjudicial.
Zumos envasados
La opción natural de los zumos puede ser fantástica para nuestra alimentación, pero, en el caso de los envasados, se convierten en elección controvertida, ya que son productos con un alto nivel de azúcar, casi tanto como el de los refrescos.
Carnes procesadas
Las salchichas, embutidos, y otras carnes procesadas, de nuevo pueden resultar una solución rápida para resolver una comida para la que no tenemos tiempo. Pero, el proceso industrial por el que pasa durante su elaboración las convierten en opciones que debemos evitar.
Patatas fritas y otros snacks
Otro ultraprocesado muy presente en nuestra alimentación. Aunque los snack parecen insustituible, se pueden encontrar alternativas más saludables, como las palomitas de maíz, los palitos de zanahoria cruda o las pipas.
Cereales
Si en vez de avena o muesli, optamos por cereales ultraprocesados, con un altísimo contenido en azúcares, incluiremos en nuestra dieta un ultraprocesado fácilmente prescindible.
Galletas
Las galletas forman parte del desayuno de centenares de personas, pero eso no quiere decir que sean menos perjudiciales. Las galletas que nos ofrecen los supermercados están repletas de grasas, carbohidratos, azúcares y aditivos.
Pizzas precocinadas
Este delicioso alimento, puede contener aditivos y conservantes, aceites refinados, quesos fundidos y embutidos de muy baja calidad. Por ello, se recomienda que lo mejor es hacerlas en casa.
Salsas
Los condimentos y acompañantes, aunque resulten atractivos, son una opción repleta de azúcares y grasas para añadir a nuestra dieta. Aunque nos cueste un poco, debemos intentar evitar incluirlos en nuestro menú.
Precocinados
Las comidas precocinadas, tales como lasañas, fideos, sopas y un largo etcétera, son una opción que nos puede sacar rápidamente de un apuro, pero el desgaste para nuestra salud es brutal. Evitar consumirlos y sustituirlos por comida con ingredientes naturales puede suponer un esfuerzo, pero merece la pena.