Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorConforme cumplimos años, nuestro cuerpo cambia. A partir de los 50, las producciones de algunas hormonas disminuyen, se pierde masa muscular y las necesidades nutricionales cambian. Sin embargo, nuestros hábitos de vida también pueden cambiar para adaptarse a estas nuevas necesidades y conseguir mantener el peso o bajarlo. Vamos a ver qué pautas podemos seguir para lograrlo.
Para perder peso es evidente que hay que ingerir menos cantidad de calorías que las que gastamos. En este caso se trata de comer mejor, no menos. Comenzando por ingerir más frutas y verduras. Su contenido en vitaminas y minerales y, sobre todo, en fibra las convierte en ideales para sentir saciedad. Y son bajas en calorías.
Y, para ayudarnos a combatir la pérdida de masa muscular que se produce pasados los 50, no podemos olvidarnos de las proteínas y de los ácidos grasos insaturados.
Otra clave para comer mejor es cocinar en casa y evitar los alimentos procesados. Las comidas fuera de casa siempre tienden a ser más calóricas, mientras que en casa podemos optar por técnicas culinarias más sanas como el vapor o el horno.
Evitar el consumo de azúcar es esencial en la lucha contra la obesidad. Es, sin duda, el mejor consejo para adelgazar después de los 50 años porque estamos hablando de calorías vacías y no aporta casi nutrientes.
Por ello, entre las consignas para comer mejor está la de evitar el consumo regular de productos con azúcares añadidos. Existen evidencias conforme estos incrementan el riesgo de desarrollar diabetes y obesidad. El caso excepcional es el de las frutas que, aunque cuentan con fructosa, su contenido es escaso mientras que aportan muchos otros beneficios. Aunque, siempre es mejor consumirlas enteras y no en zumo y, dependiendo de la fruta que sea, con piel.
El ejercicio es esencial para garantizar un estado óptimo de nuestro cuerpo. Sin cuidar este factor, será muy difícil perder peso y llegar a sentirnos bien. Según investigaciones realizadas por universidades americanas, la clave está en la combinación de entrenamiento aeróbico y trabajo de fuerza para retrasar la pérdida de masa muscular, mantener en forma el corazón y llevar una mejor calidad de vida.
Además, hay un ejercicio que puede ayudar a mejorar la movilidad y que es muy sano tomar como un hábito: el yoga. Investigadores chinos descubrieron que las personas mayores que lo practicaban durante un año se desprendían aproximadamente de un centímetro de la circunferencia de su cintura, un marcador clave de la grasa abdominal.
El sueño es el proceso de reparación diario de nuestro cuerpo, el momento donde se recuperan los tejidos del organismo y en el que se equilibra la producción hormonal. Por tanto, el hecho de no dormir lo suficiente puede se suele relacionar con un mayor riesgo de obesidad.