
Ceuta sorprende y no defrauda
20 kilómetros cuadrados que concentran historia, leyendas, mitos, culturas y emoción y gozo

El escritor argentino Jorge Luis Borges, en uno de sus cuentos más aplaudidos, El Aleph, creó de su imaginación una esfera cósmica que contenía la totalidad del universo como si fuera un reflejo instantáneo de todo. Ceuta es algo así. En 20 kilómetros cuadrados parece imposible concentrar más historia, leyendas, mitos, culturas y en general emoción y gozo. Alejada de las rutas turísticas más trilladas, la Ciudad Autónoma acaba por sorprender siempre al visitante primerizo, no defraudar y acabar suspirando por un regreso pronto al izar las velas del regreso.
Ceuta ofrece al turista todo un derroche de experiencias y gracias a sus reducidas dimensiones un aprovechamiento máximo del tiempo. Todo está a un paseo de distancia. Y para cuando los informativos empiecen a hablar otra vez de olas de calor y temperaturas récord, en Ceuta seguramente siga haciendo falta una chaqueta para las refrescantes noches de verano mediterráneas. Su microclima ofrece en verano temperaturas máximas que rara vez superan los 30 grados.
Rodeada de mar por todas partes, la ciudad ofrece todas las posibilidades imaginables para disfrutar del Mediterráneo. Se puede hacer kayak y atravesar a remo su impresionante foso de San Felipe, una vía de agua entre las monumentales Murallas Reales, el único foso navegable de esas características que existe en el mundo. El esfuerzo merecerá la pena cuando se mire hacia arriba y se contemplen las piedras que levantaron los Portugueses en el siglo XVI.

Si se prefiere ahorrarse el esfuerzo hay posibilidad de alquilar barcos que a buen seguro no renunciarán en su travesía a cruzar el foso y es que además de monumental la vía tiene un sentido absolutamente práctico al conectar de forma directa el Puerto Deportivo de la Ciudad con la bahía sur sin tener que rodear el monte Hacho.
Se puede pescar, ya sea en barco o desde la orilla y se debe bucear. Los fondos marinos que atesora Ceuta están considerados entre los más bellos del mundo, con su coral anaranjado, una especie única, y que sólo puede verse en Ceuta y pocos puntos más del Mediterráneo. El paddle surf también está en la agenda de posibilidades y experiencias que ofrece la Ciudad.

Si se prefiere optar por algo más relajado se puede disfrutar de ese pequeño paraíso a pie de puerto y en el centro de la ciudad que es el Parque Marítimo del Mediterráneo. Un conjunto paisajístico, obra póstuma del canario César Manrique, que ofrece al visitante la posibilidad de refrescarse y bañarse en tres lagos de agua salada, descansar en confortables hamacas, y reponer fuerzas en su amplia oferta de hostelería. Todo en un relajante y frondoso entorno con más de 1.500 especies vegetales.
Para relajarse también conviene saber que Ceuta cuenta con dos playas céntricas premiadas con bandera azul, lo que significa que ofrecen todos los servicios imaginables, desde acceso mediante ascensor, a pasarelas de madera con barandillas que le permitirán acceder al baño con seguridad y cómodamente, pasando por duchas, chiringuitos, servicios, socorrismo y un largo etcétera.
Ese universo concentrado que es Ceuta viene de siglos de historia y culturas y civilizaciones que fueron peleándose por la ciudad para dejar después su poso, sus cicatrices en forma de restos que la Ciudad Autónoma se ha ido encargando, con el paso de los años, de poner en valor y hacerlos accesibles a las visitas. La joya de la corona es la Puerta Califal incrustada en el complejo de las Murallas Reales, el propio paseo por el complejo amurallado es imprescindible. Pero hay más, yacimientos fenicios, Basílica Tardo Romana o los Baños Árabes. Todo, conviene insistir, se puede visitar en apenas media jornada paseando de un museo a otro.

La historia de Ceuta es tan rica que se dice que fue aquí dónde se inventaron las mariscadas. El yacimiento de la Cueva Abrigo de Benzú que está siendo estudiado por arqueólogos de la Universidad de Cádiz, así lo cuenta. Los útiles que han aparecido en este asentamiento prehistórico han servido para comprender que hace miles de años sus habitantes se daban festines de marisco que pescaban en las aguas de la ciudad.
La ciudad es fuente de leyendas, Hércules, cuya figura de más de 8 metros se puede ver en la genial escultura de Ginés Serrán en la plaza de la Constitución, separó Europa de África justo en este punto generando las famosas columnas, Calpe y Abyla, Gibraltar y Ceuta, dando lugar al Estrecho.
Ulises, el héroe que protagoniza la Odisea de Homero, recaló en la ciudad 7 años, se enamoró de Calipso y renunció a sus aventuras, tan bien se vivía ya aquí hace miles de años. Y es que ese es otro de los atractivos que la ciudad posee y que cualquier turista no debería renunciar a disfrutarlo, su vida tranquila de estilo mediterráneo y salpicada por las 4 culturas que conviven en sus calles y que son visibles de forma rutinaria: a la cultura musulmana y cristina, las predominantes se suman la hindú y la hebrea. En apenas 200 metros el visitante puede visitar un templo hindú, una sinagoga y la iglesia de San Francisco. Y un poco más lejos la mezquita de Muley El-Mehdi o la de Sidi Embarek.
Este crisol de culturas y esta convivencia bien avenida, se deja sentir en el trajín y bullicio de sus calles y encuentra además reflejo en su oferta gastronómica. Muy recomendable la visita al Restaurante Oasis, en el monte Hacho para probar una de las mejores cocinas de fusión marroquí de todo África, y disfrutar de las espectaculares vistas que permitirá comprender mejor lo que hizo Hércules al visualizar en el mismo plano tres países, dos continentes y dos mares.

Las calles del centro de Ceuta, con mucho espacio ganado para el peatón no defraudarán, siempre están animadas y llenas de sus gentes amables y alegres y predispuestas a disfrutar de la vida a cualquier hora. El comercio, con una honda tradición en la ciudad ofrece al visitante precios sin competencia gracias a la no existencia de IVA. Prácticamente todo es más barato que en la península, con especial incidencia en el alcohol, la perfumería y la joyería.
Además Servicios Turísticos tiene activa una promoción en colaboración con la Cámara de Comercio Local, los denominados Buy Bonos Turísticos, con los que el visitante puede adquirir hasta 300 euros para gastar en más de 100 comercios locales pagando sólo 225 euros por ellos.
Servicios Turísticos se está esmerando en hacer que visitar Ceuta se todo un placer y más allá de afinar los recursos que ofrece la ciudad al visitante para su goce, tiene en marcha un abanico de ofertas que abaratarán el viaje, el alojamiento y también la experiencia gastronómica. Lo mejor llamar directamente para informarse de cuál es la mejor opción que encaje con el viaje programado.
Llegar a Ceuta es en sí toda una placentera aventura, y el principio de días inolvidables. Se puede llegar a la ciudad en uno de los 21 barcos diarios que la conectan con Algeciras. Una plácida travesía de una hora en los meses de verano, oportunidad para dejarse agasajar por el lujo y el confort a bordo de estos barcos, empezar a palpar la multiculturalidad desbordante de la ciudad, disfrutar la brisa marina y con suerte ver delfines.
La otra opción para llegar es aún más interesante, la ciudad está conectada con Algeciras (8 minutos) y también con Málaga (30 minutos) por una línea regular de helicópteros que explota la compañía Helity. ¿Alguna vez ha viajado en helicóptero? No es una experiencia muy frecuente pero en Ceuta es habitual y está al alcance de cualquiera. Volar desde el Aeropuerto de Málaga a la ciudad además de cómodo y rápido no es caro gracias a la bonificación para turistas que ofrece la Ciudad Autónoma de Ceuta y que se gestiona directamente en la web de la compañía.

El barco o el helicóptero es la puerta de entrada a una ciudad con una luz mágica en la que no conviene perderse sus atardeceres durante los meses de verano en los que el cielo se va tornando del naranja al rojo a medida que el sol se va escondiendo por Benzú. Toda esta increíble oferta cultural, gastronómica y de experiencias es muy accesible gracias a sus reducidas dimensiones y su enorme accesibilidad, con calles peatonales, y todos los hoteles adaptados con rampas para hacer más fácil entrar y salir y disfrutar de Ceuta.