Cómo cuidar una Flor de Pascua

Van a ser unas navidades diferentes, sin lugar a duda, pero no por ello debe faltar en nuestros hogares la decoración de navidad para contagiarnos de su espíritu que nos ayude a olvidar un poco la situación de pandemia. Y una protagonista clara de esta decoración es la poinsettia o Flor de Pascua con sus espectaculares hojas rojas tan típicas de estas fechas. Se trata de una planta delicada por lo que es aconsejable fijarse bien en qué ejemplar compramos si queremos que aguante con nosotros todas las fiestas. 

A la hora de comprar una poinsettia

Cuando empieza a florecer, las hojas de la Flor de Pascua que están junto a las pequeñas flores redondas que tienen en el centro (inflorescencia) cambian de color de verde a rojo intenso (estas hojas son las brácteas). Y a la hora de elegir cuál comprar debemos fijarnos, para empezar, en aquella planta con un conjunto de hojas compacto y completo. Puede servirnos para comprobarlo, dar un pequeño golpe en el lateral de la maceta: si las hojas no caen y se mantienen en su sitio, significará que la planta está en buenas condiciones. Pero si, por el contrario, pierde hojas es que no lo está por lo que mejor si cogemos otro ejemplar. 

En cuanto a las flores (que como hemos comentado no son las hojas rojas sino los pequeños brotes que hay en el centro) debemos optar por aquella planta que tenga flores nuevas y los capullos sean de color amarillo verdoso. En cambio, si las hojas tienen restos de polen, implica que la maduración ha acabado por lo que el ciclo ya está avanzado. 

Por otra parte, también es importante fijarse en la humedad de la tierra para asegurarnos que no ha recibido demasiada agua y en la ubicación en la tienda porque no debería estar en un lugar con corriente de aire ya que la poinsettia no tolera bien el frío o las corrientes. Y esto es algo que también deberemos tener en cuenta a la hora de llevar la planta a nuestra casa. Mejor si la envolvemos con cuidado con papel para protegerla de las bajas temperaturas o del viento. 

Y una vez en casa

Debemos ubicarla, como hemos comentado, en un lugar sin corrientes de aire y que nunca esté por debajo de los 15 grados. Además, a la hora de regarla, el sustrato debe estar húmedo, pero no encharcado por lo que necesita riegos regulares pero evitando encharcar.

Y si lo que queremos hacer es utilizar las hojas para un centro, cuando cortemos el tallo, los expertos aconsejan introducirlo en agua caliente a 60 grados durante unos segundos para después, pasarlo por agua fría. Con esto conseguiremos cortar el flujo de savia y así la poinsettia cortada nos durará hasta dos semanas.