Esta la manera correcta de lavar cada tipo de almohada: viscoelástica, de látex, de plumas...

Una de las principales dudas que nos surgen a la hora de limpiar nuestras almohadas es cómo lo podemos hacer para no estropearlas. Existen diferentes tipos de almohadas, de fibra hueca, con relleno de plumas, de látex, aunque las más populares son las viscoelásticas. Todas las almohadas terminan ensuciándose, pero es importante conocer que no todas son lavables. 

Las almohadas viscoelásticas y de látex 

Tanto las viscoelásticas como las almohadas de látex son las más delicadas y no deben mojarse, ya que podrían estropearse. La espuma viscoelástica y el látex son materiales que absorben la humedad y no secan bien, por este motivo, es difícil evaporar toda la humedad de las almohadas cuando se lavan. A la hora de limpiarlas, hay que tener en cuenta el diseño y las instrucciones del fabricante, en el caso de este tipo de almohadas, meterlas en la lavadora va en contra de las instrucciones. Para evitar que las manchas y el sudor penetren hasta el núcleo de la almohada, los fabricantes las venden con protectores. 

La manera más eficaz de limpiar estas almohadas, según aconseja la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), es siguiendo las indicaciones de los fabricantes. Entre las recomendaciones generales encontramos: 

Usar un paño húmedo con jabón suave y agua templada, es importante evitar los paños de colores fuertes que pueden desteñir. Hay que frotar con suavidad la superficie superior de la almohada, evitando que el agua penetre más de cuenta. Después, eliminamos el exceso de humedad con un paño o toalla secos y dejamos la almohada secándose en una superficie plana y aireada. Una vez seca, ya podemos pasar al otro lado de la almohada.

Cosas que debemos evitar: 

• No limpiar la almohada sobre el colchón. 
• No utilizar lejía. 
• No escurrir o retorcer la almohada. 
• No utilizar la plancha. 
• No recurrir a la limpieza en seco. 

La funda de la almohada debe lavarse para evitar la acumulación de sudor, en general, conviene que las fundas se laven cada seis meses. Una buena idea es colocar una funda extra, más fina y de un tejido absorbente, sobre la funda protectora de la almohada, que podrás lavar cada vez que cambies la ropa de cama.

Las almohadas de plumas y las de fibra hueca 

Las únicas almohadas que se pueden meter a la lavadora, según la OCU, son las almohadas de plumas y las de fibra hueca, incluso las de fibra hueca siliconada.  Las recomendaciones para lavar estas almohadas en la lavadora son similares a las que debemos seguir a la hora de lavar un edredón nórdico. 

Las almohadas de fibra secan muy bien, ya que la fibra deja circular muy bien el aire por su interior, evaporando la humedad rápidamente. Los pasos a seguir son: 

• Escoger el programa de 40ºC en tu lavadora, esta temperatura es suficiente para eliminar la suciedad de la almohada y ahorrarás energías, algunos fabricantes recomiendan los programas de 60ºC para acabar con los ácaros. 
• Es importante poner un programa de centrifugado suave, los programas de 800 rpm son los más adecuados, ya que evitaran que la almohada se dañe. 
• En cuanto al detergente, es mejor que sea líquido, el detergente en polvo podría no disolverse bien y quedar atrapado dentro de la almohada. Aunque las almohadas ocupan gran parte del tambor de la lavadora, solo se debe añadir 1/3 de detergente, porque en realidad hay poco que lavar. 
• Algunas se pueden meter en la secadora con un programa delicado a baja temperatura. Hay que tener en cuenta el tejido exterior de las almohadas, ya que si son de algodón podrían encoger. 
• Hay que evitar el uso de lejías y la limpieza en seco. Muchos fabricantes indican que este tipo de almohadas se pueden lavar las veces que sea necesario, pero con cada lavado, el material de las almohadas va perdiendo sus propiedades. 

Si quieres conservar la almohada de fibra en buen estado durante un mayor tiempo, la mejor opción es comprar una funda protectora, además de la ropa de cama, porque este tipo de almohadas solo cuentan con un tejido exterior que protege el relleno de la almohada. 

En el caso de las almohadas de plumas y plumón, se deben seguir unas indicaciones parecidas: 

• El programa debe ser para prendas delicadas, las cuales incluyen un lavado a baja temperatura con un centrifugado suave, los fabricantes establecen el programa de 60ºC, como el máximo recomendable. 
• Un truco para evitar que el relleno de la almohada se apelmace, es meter una pelota de tenis en el tambor de la lavadora junto con la almohada. 
• Usar detergente líquido (1/3 de la cantidad habitual es suficiente) 
• Se pude secar al aire en una superficie plana o utilizando la secadora con programas de hasta 80ºC. 

¿Cómo quitar las manchas amarillas?

Las manchas amarillas son muy frecuentes en las fundas de las almohadas y en la ropa de cama, principalmente porque se deben al sudor y a la saliva. Para blanquear fundas amarillas existen varios métodos: 

1. Recurrir a una receta tradicional: una solución formada por agua templada con lavavajillas a mano y un chorro de vinagre blanco o de limpieza. Otra alternativa tradicional es utilizar zumo de limón. 

2. Utilizar un quitamanchas enzimático: simplemente nos debemos fijar en las etiquetas de estos productos para elegir el más indicado. El oxígeno activo y el percarbonato también son alternativas para blanquear ciertas manchas. 

3. En el caso de que las manchas persistan y la funda sea blanca, tendrás que ponerla a remojo con agua fría y un poco de lejía. Otra alternativa es agua templada con un chorro de amoníaco (importante no mezclar la lejía y el amoniaco porque producen gases tóxicos). 

Independientemente de la opción que elijas, recuerda lavar la funda con el detergente habitual para eliminar cualquier resto de suciedad y de producto químico. El secado al sol también ayuda a blanquear la ropa y los tejidos en general. 

¿Qué hacer con los malos olores? 

Para evitar que las almohadas cojan mal olor, conviene airearlas a diario antes de hacer la cama. Si tras lavar las almohadas, hay un mal olor que persiste, una buena opción es recurrir al bicarbonato. Retira las fundas que cubren la almohada y espolvorea el bicarbonato por encima y déjalo actuar varias horas. Después puedes retirarlo con un cepillo o con la aspiradora, con una velocidad suave para no dañar la almohada. Si el olor persiste, lo más recomendable es cambiar de almohada.