Anna Blanco
Practicopedia
Pautas para combatir la infodemia
La crisis sanitaria ha generado un exceso de información, no siempre real, que puede saturarnos
Desde hace meses la actualidad informativa está dominada prácticamente en su totalidad por la COVID-19 y sus múltiples efectos negativos. Y es misión casi imposible no acabar el día recibiendo una gran cantidad de información que puede provocar el efecto contrario al deseado: con tanta cantidad de noticias, datos y opiniones no tenemos claro qué pensar o qué es lo realmente importante. Esta sobreinformación puede generarnos estrés y sensación de ansiedad que llegue a afectar a nuestro día a día, ya que nos provoca una preocupación constante.
A todo ello, además, debemos sumarle que la crisis sanitaria ha dado pie a un crecimiento preocupante de bulos y noticias falsas que han encontrado en las redes sociales una forma demasiado fácil de compartirse.
Por todo ello, el concepto infodemia ha tomado protagonismo siendo una cuestión que preocupa a las autoridades e instituciones sanitarias porque dificulta la efectividad de las acciones para dar respuesta a la emergencia sanitaria.
¿Qué es la infodemia?
La OMS define infodemia como la sobrecarga de información (tanto cierta como falsa) que dificulta que las personas encuentren fuentes fidedignas y consejos fiables cuando los necesitan. Para este organismo es una situación preocupante que ha denunciado en diversas ocasiones y que le ha llevado a realizar una declaración conjunta con las Naciones Unidas, UNICEF o la Federación Internacional Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, entre otras instituciones, para denunciarla y mitigar los daños derivados de la información excesiva o falsa.
¿Qué podemos hacer para combatirla?
Más allá de la responsabilidad de las plataformas de redes sociales y de los medios de comunicación a la hora de combatir la infodemia, nosotros como individuos también podemos ponerle freno o, al menos, protegernos del exceso de información y saber gestionar correctamente las noticias falsas.
Para empezar, los psicólogos recomiendan evitar informarnos cuando sintamos miedo o preocupación ya que la emoción con la que leemos o escuchamos algo condiciona de manera muy importante el modo en cómo lo interpretamos. Así pues, en aquellos momentos en que estemos agobiados o preocupados por la situación que estamos viviendo es mejor evitar buscar información o chequear nuestras redes sociales. Y, si recibimos por whastsapp mensajes al respecto, dejar su lectura para otro momento. Hemos de buscar el momento apropiado para informarnos.
A continuación, los expertos también recomiendan limitar el tiempo en el que nos informamos a unos momentos concretos del día para no estar continuamente conectados a las noticias sobre la COVID-19 y lograr limitar sus efectos.
Además, otra herramienta a nuestro alcance para poner freno a la infodemia es acudir solo a fuentes contrastadas y tener sentido crítico a la hora de reenviar o compartir información sobre la COVID-19 por redes sociales. Los creadores de bulos son auténticos magos a la hora de vestir las noticias falsas para que parezcan creíbles y veraces así que, de nuevo, solo hacer caso de fuentes contrastadas y no del mensaje que nos ha llegado reenviado por whastapp y que a saber cuál es el origen o de personajes que por muy famosos que sean no tienen formación científica o ninguna experiencia en la gestión de una pandemia.
Por último, es importante crear espacios o momentos 'libres de COVID-19' donde conscientemente aparcamos todo lo referente a la crisis sanitaria y nos concentramos en actividades que nos gusten o que nos conectan con nuestra vida pre-pandemia. El final del día puede ser un momento idóneo para llevar a cabo esta desconexión y relajarnos lo que beneficiará también conciliar el sueño.