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Un fármaco para la diabetes muestra beneficios en la enfermedad hepática

Patricia Matey

Foto: Bigstock

Viernes 6 de junio de 2025

8 minutos

Los resultados respaldan el potencial de la dapagliflozina para beneficiar a estos pacientes

Un fármaco para la diabetes muestra beneficios en la enfermedad hepática. Bigstock
Patricia Matey

Foto: Bigstock

Viernes 6 de junio de 2025

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La esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH, de sus siglas en ingles), anteriormente conocida como enfermedad del hígado grado no alcohólico, es una patología del hígado progresiva, como documenta un estudio de T'he Lancet'. Se la conoce como ‘epidemia silente' porque aparece sin ‘hacer ruido y muchas veces no da la cara. La afección afecta a más del 5% de los adultos y a más del 30% de las personas con diabetes u obesidad, como refieren estudios como el publicado en 'Hepatology'. 

La MASH puede progresar a cirrosis en hasta el 25% de las personas, y está estrechamente asociada con la obesidad, la resistencia a la insulina, la dislipidemia, la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular.

Hasta la fecha, las opciones terapéuticas para la MASH son limitadas. La pioglitazona, el péptido similar al glucagón-1 (GLP-1), el agonista del receptor del polipéptido insulinotrópico dependiente de la glucosa (GIP) y el agonista del receptor de glucagón (es decir, liraglutida, semaglutida, tirzepatida y survodutida) pueden considerarse como posibles opciones de tratamiento, con la gestión centrada en el tratamiento de las condiciones coexistentes como la diabetes tipo 2 y la obesidad.

El primer fármaco

En 2024, el primer fármaco terapéutico, resmetirom, un agonista β-selectivo del receptor de la hormona tiroidea, fue aprobado para el tratamiento de MASH en los EE. UU. Sin embargo, su seguridad a largo plazo para MASH sigue siendo incierta. Los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa 2 (SGLT2) ahora se usan ampliamente para tratar la diabetes tipo 2, la insuficiencia cardíaca y la enfermedad renal crónica, pero sus efectos sobre MASH aún están por determinar. 

Ahora llega un nuevo estudio que constata que el fármaco inhibidor del cotransportador de sodio y glucosa 2 (SGLT-2), dapagliflozina, ampliamente utilizado para tratar la diabetes tipo 2, también muestra mejoras en pacientes con enfermedad hepática progresiva, Los resultados han sido publicados en 'The BMJ' y llegan de la mano de investigadores del Departamento de Endocrinología y Metabolismo del,Hospital Nanfang Hospital, de la Universidad de Medicina del Sur, Guangzhou, China.

Nuevos datos 

Los resultados muestran que el tratamiento con dapagliflozina mejoró la esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica, una afección en la que el exceso de grasa se acumula en el hígado, lo que produce inflamación, y la fibrosis hepática (una acumulación de tejido cicatricial) en comparación con el placebo.

 

La enfermedad del hígado graso no alcohólico es una patología siliente. Bigstok

 

Varios estudios han informado que los inhibidores de SGLT-2 pueden mejorar el contenido de grasa hepática, las enzimas hepáticas y la rigidez del hígado, pero no se ha realizado ningún ensayo entre pacientes con MASH.

Para abordar este problema, los investigadores inscribieron a 154 adultos (edad promedio de 35 años; 85 % hombres) diagnosticados con MASH después de una biopsia de hígado en seis centros médicos en China entre noviembre de 2018 y marzo de 2023. 

Casi la mitad (45%) tenía diabetes tipo 2 y casi todos tenían fibrosis hepática (33% estadio 1, 45% estadio 2, 19% estadio 3).

Después de una biopsia de detección inicial, los participantes fueron asignados aleatoriamente para recibir 10 mg de dapagliflozina o un placebo equivalente una vez al día durante 48 semanas y asistieron a sesiones de educación sobre salud dos veces al año. 

Evaluación de otros factores

También se evaluaron diversos factores, entre ellos el peso corporal, la presión arterial, la glucosa en sangre, las enzimas hepáticas, la actividad física, la dieta, la insulina y los lípidos, al momento de la inscripción y durante todo el ensayo. 

La mejoría de MASH se definió como una disminución de al menos 2 puntos en la puntuación de actividad de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAS) o una NAS de 3 puntos o menos. 

Después de una biopsia al final del estudio en la semana 48, el 53 % (41 de 78) de los participantes del grupo de dapagliflozina mostraron una mejoría en MASH sin empeoramiento de la fibrosis (definido como ningún aumento en la etapa de fibrosis) en comparación con el 30 % (23 de 76) en el grupo placebo. 

La resolución de MASH sin empeoramiento de la fibrosis ocurrió en el 23% (18 de 78) de los participantes del grupo de dapagliflozina en comparación con el 8% (6 de 76) en el grupo placebo. También se informó de una mejoría de la fibrosis sin empeoramiento del MASH en el 45% (35 de 78) de los participantes del grupo de dapagliflozina, en comparación con el 20% (15 de 76) del grupo placebo.

El porcentaje de participantes que interrumpieron el tratamiento debido a eventos adversos fue del 1% (1 de 78) en el grupo de dapagliflozina y del 3% (2 de 76) en el grupo placebo.

Futuro prometedor

Los investigadores reconocen que el ensayo se realizó en una población china, lo que limita su generalización, y que las mujeres y los pacientes mayores estaban subrepresentados. Sin embargo, señalan que los resultados fueron consistentes tras análisis posteriores, lo que sugiere su robustez. 

Por lo tanto, concluyen: "Nuestros hallazgos indican que la dapagliflozina podría afectar aspectos clave del MASH al mejorar tanto la esteatohepatitis como la fibrosis". Añaden que se necesitan ensayos a gran escala y a largo plazo para confirmar aún más estos efectos. Se espera que los próximos años sean particularmente emocionantes en el campo del tratamiento farmacológico para MASH, dicen investigadores de Argentina en un editorial vinculado.

A medida que haya más medicamentos disponibles, es probable que las decisiones terapéuticas se adapten cada vez más a los perfiles individuales de los pacientes, documentan. E insisten: "Idealmente, estos tratamientos deberían ofrecer beneficios cardiovasculares, tener un perfil de seguridad establecido y ser accesibles a poblaciones de pacientes amplias y diversas".

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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