
Las señales tempranas más desconocidas de la demencia en la vejez
Los escáneres muestran que la depresión o la manía pueden preceder a los signos motores o cognitivos

Ser curioso y seguir aprendiendo puede reducir el riesgo de alzhéimer
La evidencia epidemiológica acumulada apoya la opinión de que los trastornos del estado de ánimo en la tercera edad (LLMD, por sus siglas en inglés) pueden representar la manifestación prodrómica de la demencia neurodegenerativa en lugar de ser un factor de riesgo para dichas afecciones, como reflejan estudios como el publicado en 'Jama Psychiatric’. Sin embargo, la base neuropatológica de los mismos aún no está clara.
Tanto el trastorno bipolar en la vejez (TLV, de sus siglas en inglés) como la depresión (DV) tienen características distintivas en comparación con los trastornos del estado de ánimo de aparición temprana, incluida una asociación más fuerte con la demencia neurodegenerativa. En particular, la depresión de aparición tardía conlleva un mayor riesgo de conversión al trastorno bipolar que la depresión temprana. Dados estos hallazgos, ambas patologías podrían compartir cierta base neuropatológica común hasta cierto punto.
Los hallazgos de los estudios, como uno de 'Archives General of Psychiatric de Neuroimagen', post mortem sugieren un papel de la neurodegeneración de beta amiloide (Aβ) y tau en la manifestación fisiopatológica de LLMD. Asimismo, y reiteradamente investigaciones previas de pruebas de imagen cerebrales de Tomografía por Emisión de Positrones (PET) han indicado que las patologías elevadas de Aβ y tau están asociadas con trastornos de salud mental o del ánimo. Sin embargo, debido a la capacidad limitada para detectar diversas especies de tau y las propiedades metabólicas problemáticas de los trazadores PET utilizados en estos estudios, sigue siendo desconocido cómo se puede presentar el tipo de pródromo neurodegenerativo del trastorno depresivo mayor.
Además, con respecto a los trastornos de salud mental, ningún estudio 'in vivo' ha examinado las patologías de tau. También, hay poco examen en estudios post mortem de qué enfermedades neurodegenerativas subyacen a las ellos. Estas cuestiones podrían abordarse examinando la base neuropatológica de las LLMD utilizando agentes PET tau.
Nuevas evidencias
La depresión y el trastorno bipolar de inicio tardío podrían representar más que simples afecciones de salud mental. Desafortunadamente, los científicos han tenido dificultades para comprender la conexión entre los LLMD y el desarrollo de la demencia a nivel biológico, como hemos mencionado anteriormente. Esta brecha de conocimiento es particularmente pronunciada en el caso del trastorno bipolar en la vejez, que rara vez se ha investigado en relación con la demencia. Además, las limitaciones en la tecnología de imágenes cerebrales han impedido a los investigadores detectar todos los diferentes tipos de proteínas anormales que podrían subyacer en estas afecciones.
En este contexto, un equipo de investigación dirigido por el Dr. Shin Kurose y el Dr. Keisuke Takahata, de los Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología Cuántica (QST) de Japón, realizó una investigación exhaustiva sobre los cambios cerebrales asociados con los LLMD. Su artículo, publicado en Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association, explora la presencia de la proteína tau anormal —un sello distintivo de varias enfermedades neurodegenerativas— en el cerebro de personas con depresión en la vejez y trastorno bipolar. El estudio contó cpn los coautores por el Dr. Makoto Higuchi, también del QST, y el Dr. Masaki Takao, del Centro Nacional de Neurología y Psiquiatría.

Los investigadores emplearon técnicas avanzadas de neuroimagen para examinar a 52 participantes con LLMD y 47 controles sanos. Usaron el PET con dos trazadores diferentes, capaces de detectar diversas formas de acumulación de proteína tau y beta amiloide, proteínas clave asociadas con la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Para validar sus hallazgos, también analizaron muestras de tejido cerebral de 208 casos de autopsias, examinando la relación entre los síntomas del estado de ánimo en la vejez y el posterior desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.
Resultados
Los resultados fueron sorprendentes: aproximadamente el 50% de los participantes con LLMD mostraron acumulación de tau en sus cerebros, en comparación con solo un 15% de los controles sanos. De manera similar, casi el 29% de los participantes con LLMD tenían depósitos de amiloide detectables frente a solo el 2% de los controles. Los hallazgos de la autopsia respaldaron aún más estos resultados, mostrando una prevalencia significativamente mayor de diversas patologías relacionadas con la proteína tau en individuos que habían experimentado manía o depresión en la vejez.
"Dado que la mayoría de los participantes con trastornos del estado de ánimo en nuestro estudio no presentaron deterioro cognitivo o presentaron uno leve, estos resultados respaldan la evidencia de que las enfermedades neurodegenerativas, incluidas las patologías relacionadas con tau de alzhéimer y no relacionadas con la enfermedad pueden manifestarse inicialmente como síntomas psiquiátricos", ha destacado el Dr. Kurose, en un comunicado.
Otro descubrimiento destacable fue que muchos participantes mostraron acumulación de tau en las regiones frontales del cerebro, crucial para la regulación emocional y la función cognitiva. El estudio también reveló que estas proteínas anormales podían detectarse años antes de que aparecieran los síntomas cognitivos tradicionales de la demencia.
Siete años antes
Según las autopsias, los síntomas del estado de ánimo precedieron a los síntomas cognitivos o motores en un promedio de 7,3 años. "En general, nuestros hallazgos sugieren firmemente que las tomografías PET con tau pueden detectar diversas patologías de tau subyacentes a la demencia en pacientes con LLMD", ha concluido el Dr. Takahata.
Los hallazgos de este estudio tienen importantes implicaciones para la práctica clínica, ya que algunos casos de depresión en la vejez y trastorno bipolar podrían beneficiarse de una evaluación de enfermedades neurodegenerativas subyacentes. La identificación oportuna de estas afecciones permitiría una intervención más temprana con tratamientos modificadores de la enfermedad. Además, los investigadores también destacan el valor de las moléculas trazadoras utilizadas en sus estudios PET como biomarcadores eficaces para detectar estas diversas patologías relacionadas con la proteína tau en pacientes vivos.
Con un poco de suerte, estos esfuerzos ayudarán a consolidar nuestra comprensión de cómo se manifiestan inicialmente las enfermedades neurodegenerativas, lo que conducirá a un diagnóstico más temprano y potencialmente a mejores resultados.