El 'nuevo combo' que reduce la gravedad de la periodontitis

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La periodontitis apical (PA) es una inflamación y destrucción de los tejidos periapicales comúnmente causada por bacterias como resultado de caries o traumatismos dentales, documenta la revista 'Avances en Ondontoestomatología'.

Cuando el proceso infeccioso y la respuesta inflamatoria asociada alcanzan el ápice dental, se desarrolla una lesión periapical. En un intento por controlar los microorganismos invasores, la respuesta inflamatoria del huésped se intensifica, lo que provoca el reclutamiento de células de defensa, la liberación de mediadores inflamatorios y la reabsorción de tejido óseo, como se recuerda en estudio del 'Journal of Endodontics'. La progresión de este proceso depende en gran medida de la respuesta inmunitaria del huésped 

Si la respuesta inmunitaria no logra suprimir las bacterias, puede producirse una reacción hiperactiva de las células de defensa, se explica en 'Jourrnal of Inmunology'. Los macrófagos, los linfocitos T y otras células inmunitarias liberan mediadores químicos como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), la interleucina-17 (IL-17), las prostaglandinas y las bradicininas. En niveles elevados, estos mediadores pueden desencadenar indirectamente la osteoclastogénesis (proceso de diferenciación y formación de osteoclastos, las células que reabsorben la matriz ósea) . La IL-17 desempeña una doble función: media la defensa del huésped contra infecciones bacterianas o contribuye a la inflamación crónica, mientras que el TNF-α está vinculado a la pérdida ósea y estimula la síntesis de prostaglandinas y proteasas.

Inmunidad y ejercicio físico

Se sabe que el ejercicio físico (EF) es una estrategia bien establecida para promover la inmunomodulación y mejorar la respuesta inmunitaria del huésped, como se documenta en ensayo de 'Nature'. Es uno de los factores más influyentes en la regulación del sistema de defensa, sensibilizando la respuesta inmunitaria y reduciendo la susceptibilidad a la inflamación y las infecciones. El ejercicio regular de intensidad moderada puede fortalecer el sistema inmunitario a lo largo de la vida al suprimir la producción anormal de citocinas inflamatorias, promover agentes antiinfecciosos y antioxidantes, aumentar el recuento de células inmunitarias y reducir la inflamación tisular, como refieren algunas investigaciones.

Por su parte, los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (ω-3 PUFAs) son ampliamente reconocidos como suplementos dietéticos con efectos terapéuticos contra enfermedades inflamatorias crónicas. como demuestra un estudio de 'Journal of Periodontal Disease'.

Nueva medida eficaz

Llega ahora un nuevo estudio de la revista 'Scientific Reports' que indica que el ejercicio físico combinado con la suplementación con omega-3 mejora considerablemente la respuesta inmune y reduce la gravedad de la periodontitis apical crónica.

La inflamación en el ápice del diente (la punta de la raíz) y en la zona circundante se debe principalmente a caries. Si no se trata, las bacterias pueden alcanzar el conducto radicular y atravesarlo hasta el ápice, causando periodontitis apical. Esta afección provoca pérdida ósea en la zona

El estudio es el primero en demostrar que una combinación de ejercicio físico moderado y suplementación con omega-3 mejora significativamente la inflamación causada por la periodontitis apical. Esta combinación limitó la progresión bacteriana, redujo la pérdida de tejido óseo, reguló la liberación de citocinas proinflamatorias y estimuló la actividad de los fibroblastos, las células que crean y mantienen el tejido.

Si no se trata, la infección puede provocar la pérdida de piezas dentales. Además, existe una relación bidireccional entre la periodontitis apical y los cambios sistémicos en los pacientes. La diabetes, el síndrome metabólico, la arteriosclerosis y la enfermedad renal, entre otras, pueden exacerbar la periodontitis apical. A su vez, la infección en el ápice puede exacerbar estas enfermedades. 

Enfermedad crónica

"Es una afección que los pacientes pueden desconocer debido a su naturaleza crónica, pero que puede evolucionar y provocar destrucción ósea y movilidad dental. Además, en situaciones específicas, como una disminución de la inmunidad, puede agudizarse, por lo que el paciente empieza a sentir dolor, se forma pus en la zona afectada y el rostro puede hincharse”, ha explicado en un comunicado Rogério de Castilho, profesor de la Facultad de Odontología de Araçatuba de la Universidad Estatal Paulista (FOA-UNESP) en Brasil. Castilho supervisó el estudio.

 "En ratas, el ejercicio físico por sí solo produjo una mejora sistémica, regulando la respuesta inmunitaria local. Además, al combinarse con suplementos, redujo aún más el estado destructivo causado por la patología endodóncica", ha aclarado Ana Paula Fernandes Ribeiro , primera autora del estudio, realizado durante su doctorado en la FOA-UNESP.

Menos inflamación

Los investigadores indujeron periodontitis apical en 30 ratas y las dividieron en tres grupos. El primero no recibió ninguna intervención. El segundo y el tercer grupo se sometieron a un régimen de natación de 30 días. El tercer grupo también recibió suplementación dietética de omega-3.

El grupo que solo nadó obtuvo mejores resultados que el grupo de control sin tratamiento. Sin embargo, la suplementación con omega-3 combinada con ejercicio físico mejoró aún más la respuesta inmunitaria y el control de infecciones.

Los análisis inmunohistoquímicos, que evalúan cómo responde el sistema inmune a la infección, revelaron niveles variables de las citocinas interleucina 17 (IL-17) y factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), lo que indica la intensidad de la respuesta inflamatoria. Mientras que las ratas que no recibieron ningún tratamiento presentaron niveles moderados de estas citocinas, las que realizaron ejercicio físico mostraron niveles más bajos, y las que además recibieron suplementación, los niveles más bajos de todos.

En el tejido óseo

Además de presentar niveles más bajos de estas citocinas, el grupo que realizó ejercicio presentó menos osteoclastos. Estas células reabsorben el tejido óseo, lo que indica pérdida ósea. Los resultados fueron aún mejores para el grupo que consumió omega-3, mostrando diferencias estadísticamente significativas en comparación con los animales que no recibieron tratamiento.

Las microtomografías computarizadas de las mandíbulas mostraron que los animales que nadaron experimentaron una menor pérdida de volumen del hueso alveolar, que recubre los dientes, que los del grupo control. La pérdida fue aún menor en el grupo suplementado. Para los autores, el estudio aporta nueva evidencia de los beneficios de la actividad física y el omega-3 para el sistema inmunológico, ahora con repercusiones aún más evidentes para la salud bucal. 

Para saber si esto mismo sucedería en humanos, necesitaríamos un estudio clínico con un número significativo de pacientes. Sin embargo, además de los numerosos beneficios comprobados del ejercicio físico y el consumo de omega-3, esta es otra evidencia importante, han adelanto los investigadores.