María Liébana
Deporte para mayores
¿Existen ejercicios desaconsejados o contraindicados? Sí, pero no por lo que imaginas
No todos los ejercicios están indicados para todas las personas
El principal objetivo de la actividad física debería ser mantener y mejorar nuestra forma física para poder disfrutar de un mejor estado de salud. Sin embargo, hay ocasiones en las que el resultado no es el más positivo por culpa de una mala elección de los ejercicios. Esto es lo que ocurre con los denominados ejercicios desaconsejados.
Se consideran ejercicios desaconsejados aquellos que hacen trabajar a una articulación fuera de su radio de acción, repercutiendo negativamente en alguna parte concreta del cuerpo, tanto a corto como a largo plazo. Que no haya dolor, no es sinónimo de que no haya riesgos, pues los daños causados por realizar mal un ejercicio o elegir una práctica que no nos conviene, pueden ser graduales y no manifestarse hasta transcurridos varios años.
Un ejercicio desaconsejado no es un movimiento aislado, es una compleja combinación sucesiva de acciones articulares erróneas, que acaba dañándonos y provocando lesiones. Aunque, los expertos suelen apuntar que no es tanto que haya ejercicios desaconsejados, sino que hay personas que no pueden realizar todo el abanico de ejercicios existente.
¿Qué hace que un ejercicio sea desaconsejado?
A la hora de hacer ejercicio debemos asegurarnos de que las actividades y ejercicios que hacemos son los que necesitamos para cumplir tus objetivos. Pero no podemos dejar de prestar atención a las zonas más sensibles de nuestro cuerpo, como las rodillas, la espalda baja y la nuca, ya que habitualmente soportan más sobrecarga y tensión.
De hecho, los principales motivos que hacen que un ejercicio tenga efectos negativos en nuestro cuerpo son:
- Realizar rutinas de ejercicio genéricas: hay ejercicios que mientras para unas personas pueden resultar super efectivos, para otras pueden ser muy dañinos a casusa de la condición, predisposición, ejecución, de quien lo practica.
- No escuchar a nuestro cuerpo: muchas veces nos pide parar y realizar estiramientos. O incluso abandonar la practica porque nos estamos haciendo daño. Lo correcto es parar y atenderle antes de causar un daño mayor en esa zona.
Ejercicios desaconsejados más comunes
Los ejercicios que pasan a la categoría de contraindicados lo hacen porque en muchas ocasiones producen una sobrecarga en los ligamentos de la zona cervical, así como una excesiva compresión en los discos intervertebrales. Algunos ejemplos:
- Circunducción de cuello: girar la cabeza en círculos pasando por el pecho. La alternativa más segura sería hacer movimientos lentos y conscientes hacia arriba y hacia abajo y hacia los lados (como si dijéramos “sí” y “no”)
- Abdominales con tirón de cuello: al poner las manos detrás de la nuca provocamos tirones en el cuello al subir. Una forma de evitarlo es poniendo las manos en cruz sobre nuestros hombros.
- Postura del arado (yoga): un ejercicio bastante avanzado en el que en posición tumbada, se pasan las piernas por encima de la cabeza. Requiere mucha fortaleza abdominal y de no realizarlo correctamente, podemos dañarnos la zona cervical y lumbar.
- Estiramiento de isquiotibiales con flexión de tronco: dejar caer los brazos hacia el suelo redondeando la espalda. Con este ejercicio la espalda baja se queda muy desprotegida y podría causarnos daño.
- La barca: tumbados boca abajo se levantan brazos y pies. Un ejercicio que también nos puede resultar muy dañino si forzamos demasiado o tenemos problemas lumbares.
Si no estás a gusto con algún ejercicio o alguna actividad porque te genera dolores o molestias, debes cambiar y buscar alternativas más seguras. Sin olvidar que no solo cuenta la cantidad de ejercicios que realicemos o el número de repeticiones, sino también la calidad.