Deporte para mayores

El riesgo de muerte en mujeres mayores podría disminuir con 7.000 pasos diarios

Verónica Mollejo

Foto: Bigstockphoto

Sábado 29 de junio de 2019

3 minutos

Un estudio realizado por el Hospital Brigham and Women's, en EE.UU., ha llegado a esta conclusión

El riesgo de muerte en mujeres mayores disminuye al realizar 7.500 pasos diarios
Verónica Mollejo

Foto: Bigstockphoto

Sábado 29 de junio de 2019

3 minutos

Siempre se ha pensado que aquellas personas que dan entre 10.000 y 12.000 pasos cada día no pueden ser consideradas sedentarias y que, por lo tanto, tendrán más posibilidades de mantener un buen estado de salud y aumentar su esperanza de vida. Una creencia popular que podría tener los días contados. Un grupo de investigadores del Hospital Brigham and Women's de Boston, en Estados Unidos, ha asegurado que la cifra necesaria para disfrutar de estos beneficios es bastante inferior, rondando los 7.000 pasos diarios, al menos en mujeres mayores.

Los resultados de este trabajo, que ha sido publicado en JAMA Internal Medicine y abalado por el Colegio Americano de Medicina Deportiva, se deben al estudio del comportamiento y la actividad física realizada por más de 17.000 mujeres, con una edad promedio de 70 años, durante cuatro años seguidos. ¿Qué reveló dicha investigación?

Mujeres caminando

Camina para prevenir la muerte prematura

No es ningún secreto que hacer ejercicio físico con regularidad es una práctica sumamente beneficiosa para el cuerpo humano. Sin embargo, hasta ahora no se habían mostrado datos tan exactos de la relación entre una actividad tan rutinaria como caminar y el riesgo de muerte prematura. En este sentido, el estudio del que hoy hablamos defiende que dar un total de 7.500 pasos cada día, a una intensidad moderada, es suficiente para influir positivamente en la longevidad de las mujeres mayores.

Por supuesto, si prefieres dar 10.000 pasos como indican los datos anteriores, también te verás recompensada, pero los expertos alertan de que, en este caso, el volumen tiene prioridad frente a la intensidad del ejercicio.

Asimismo, el estudio sacó a relucir que esta actividad física adicional, que no tiene porqué sustituir tu rutina de entrenamiento habitual, también alivia los niveles de azúcar en sangre y de colesterol, ayuda a controlar la presión arterial y previene algunas de las enfermedades que suelen desembocar en una muerte prematura como, por ejemplo, los accidentes cerebrovasculares o la insuficiencia cardíaca. Sin olvidar la mejora de la memoria y las habilidades de pensamiento que también provoca. 

El siguiente objetivo de los investigadores es ajustar estos datos a otros sectores de la población, siendo los jóvenes los que actualmente se encuentran en el punto de mira.

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Verónica Mollejo

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