Economía

El alquiler dispara la pobreza energética: uno de cada tres hogares no puede calentarse en invierno

Miriam Gómez Sanz

Domingo 7 de diciembre de 2025

5 minutos

Un informe revela desigualdades crecientes y la importancia del bono social energético

El alquiler dispara la pobreza energética: uno de cada tres hogares no puede calentarse en invierno. Fuente: bigstock.
Miriam Gómez Sanz

Domingo 7 de diciembre de 2025

5 minutos

Pasar frío en casa sigue siendo una realidad cotidiana para millones de personas en España, especialmente para quienes viven de alquiler. Así lo confirma el quinto Informe de Indicadores de Pobreza Energética 2024, elaborado por la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas. Esta edición llega con una novedad importante: por primera vez se comparan los datos generales con los de los hogares arrendados, donde la situación es claramente más dura.

Según el estudio, mientras que el 17,6% de los hogares españoles declara no poder mantener una temperatura adecuada en invierno, en el caso del alquiler la cifra salta al 30%. O dicho de otra manera: casi uno de cada tres inquilinos no puede permitirse calentar su casa. El motivo es tan simple como contundente: sus ingresos no alcanzan para pagar la factura.

La pobreza energética oculta

El informe también analiza la llamada "pobreza oculta", esos casos en los que las familias directamente renuncian a consumir la energía que necesitan para no generar deudas. Afecta al 13,3% de los hogares en alquiler, un porcentaje 3,8 puntos por encima del total de la población.

Aun así, hay señales de mejora. En conjunto, la pobreza oculta bajó ligeramente y se situó en el 27,1% de los hogares. También se redujo el número de personas que dijeron no poder calentar su vivienda en invierno: 8,5 millones, un 12% menos que el año anterior. Pero el problema sigue lejos de resolverse, como recordaron los investigadores Efraim Centeno Hernáez y Roberto Barrella, que advierten de que la presión sobre los hogares vulnerables continúa pese a la moderación de los precios de la energía en 2024.

Manifestación de la Alianza contra la Pobreza Energética para denunciar al Gobierno la subida de la luz y el gas. Fuente: Gustavo Valiente / Europa Press.
Manifestación de la Alianza contra la Pobreza Energética, en Madrid, 2021. Fuente: Gustavo Valiente / Europa Press.

Cuando la factura pesa demasiado

Otro dato llamativo es que el 16,5% de los hogares dedica más del doble de la mediana nacional a cubrir sus gastos energéticos. Aunque es un valor ligeramente inferior al del año pasado, muestra cómo muchas familias siguen obligadas a destinar una parte desproporcionada de sus ingresos a mantener un mínimo confort térmico.

A esto se suma el indicador del ingreso mínimo estándar (MIS), que sube al 15,1%: hogares que, si pagaran toda la energía que necesitan, no podrían cubrir sus gastos básicos.

La brecha de pobreza energética —la distancia entre lo que un hogar debería gastar para cubrir sus necesidades y lo que realmente puede tomar de su bolsillo— se redujo este año de 168 a 150 euros, un descenso del 12%. Este dato ofrece una imagen clara de la profundidad del problema: incluso consumiendo menos energía de la necesaria, muchas familias siguen sin llegar.

El informe incorpora un escenario hipotético sin el bono social y las conclusiones son tajantes: sin esta ayuda, la pobreza energética sería "significativamente mayor". Aunque los investigadores insisten en que se trata de una medida "paliativa", reconocen que ha conseguido aliviar la carga económica de muchos hogares. De hecho, el 52% de quienes podrían beneficiarse ya lo hace, un 8% más que en 2023.

Extremadura y Andalucía, en el punto más frágil

Las regiones más golpeadas por la pobreza energética oculta son Extremadura (26,9%) y Andalucía (14,3%). Según Centeno Hernáez, se debe a "salarios más bajos" y a sistemas de calefacción más caros, ya que muchos edificios carecen de una buena eficiencia energética.

A pesar de que los costes energéticos "se han mantenido estables" tras el impacto de 2022, aún 4,8 millones de personas sufrieron retrasos en el pago de sus facturas. Un 12,9% decidió reducir su consumo por debajo de la mitad del gasto recomendado.

En palabras de Barrella, hay "más hogares pobres más cerca del límite", lo que explica por qué la brecha de pobreza energética oculta bajó un 23%. También recuerda que el gasto desproporcionado, ese que empuja a un hogar a la pobreza simplemente por pagar la energía que necesita, afecta al 16,5% de la población.

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Miriam Gómez Sanz

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