
El desempleo crónico tiene rostro femenino: el 56% de parados de larga duración son mujeres
Adecco constata una desigualdad estructural que afecta a personas mayores de 50, sobre todo mujeres

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Las trabajadoras autónomas ganan el 30% menos y su pensión es el 41% más baja
En España existen 999.700 personas en desempleo que superan los 12 meses de búsqueda de trabajo, un 13,4% menos que en el mismo periodo del año anterior y un 70% menos que hace 10 años. Es la primera vez en 15 años que este paro baja del millón de personas.
Sin embargo, pese a esta mejoría general, las mujeres representan el 52% del total de las personas desempleadas, y el 56% de los parados de larga duración, según un informe elaborado por el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco, centrado en analizar este parámetro que refleja los periodos de búsqueda de trabajo que se prolongan durante más de un año, y que constituye uno de los grandes disparadores de pobreza y exclusión social en nuestro país.
"Si analizamos el perfil de la persona desempleada de larga duración por sexos, observamos que el 56% son mujeres, frente al 44% de hombres. Asimismo, si a nivel general el 39% de las personas desempleadas superan el año sin encontrar trabajo, en el caso de las mujeres el porcentaje se eleva al 41%, mientras que entre los hombres desciende hasta el 35%", costata este estudio.

Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, señala que, si bien el paro de larga duración ha alcanzado su valor mínimo desde el año 2010, sigue impactando en mayor medida en profesionales de más de 50 años y en las mujeres. Se infiere, por lo tanto, una desigualdad estructural que afecta a ambos segmentos de la población".
Causas de discriminación femenina
- Trayectorias laborales interrumpidas. Las mujeres tienden a interrumpir su trayectoria profesional para asumir el cuidado de hijos o familiares dependientes, lo que dificulta su reincorporación, exponiéndolas a un mayor riesgo de desempleo de larga duración.
- Mayor presencia en sectores castigados por la crisis. Muchas mujeres han trabajado en sectores como el comercio, la hostelería o los cuidados, que han sido duramente afectados por las últimas crisis económicas, aumentando su exposición al desempleo prolongado. Estos sectores son los primeros en ser golpeados por recesiones económicas y los más difíciles de recuperar para las profesionales de más edad.
A juicio de Francisco Mesonero, para combatir el desempleo de larga duración, es esencial fortalecer las políticas activas de empleo, poniendo el foco en la formación y la recualificación en sectores emergentes. "Esto es especialmente importante para las personas más vulnerables y con mayor riesgo de cronificación en el desempleo, como los mayores de 50 años que han perdido su trabajo o las mujeres".
Otra de las medidas reclamadas por Fundación Adecco es impulsar la colaboración público-privada, para ofrecer una orientación profesional más personalizada y accesible, que acompañe a las personas desempleadas a lo largo de su proceso de reinserción laboral. Una orientación experta y eficaz permite reducir los tiempos de búsqueda de empleo y evitar que el paro se prolongue innecesariamente".
Daños para las personas mayores de 50 años
El colectivo de personas mayores de 50 años, en especial las mujeres, es el más afectado por el desempleo de larga duración, de acuerdo con el informe de Fundación Adecco.

El sufrir esta situación de paro crónico puede ocasionar numerosos perjuicios a los sénior, entre ellos:
- Estrés financiero y ansiedad. Las responsabilidades económicas a estas edades suelen ser altas: hipoteca, universidad de los hijos, ahorro para la jubilación, etc.
- Dudas sobre la pensión futura. Los mayores de 50 sienten que tienen menor margen de maniobra. El miedo a no volver a trabajar nunca más o a terminar en la precariedad puede ser devastador.
- Mayor exposición a la exclusión social. El trabajo es un espacio de interacción clave, por lo cual, la privación del mismo puede derivar en soledad y desconexión.
-Pérdida de identidad profesional. Para muchos mayores de 50, el empleo supone una parte clave de su identidad. Perderlo durante un largo periodo puede generar una sensación de pérdida de propósito.
- Impacto en la autoestima. La sensación de no ser valorado por el mercado laboral puede traducirse en una baja autoestima y en una percepción de inutilidad.