Toni Esteve
Economía familiar
Qué es un mapa de riesgo personal y cómo utilizarlo para calcular el seguro que te conviene
Nos ayuda de forma gráfica a identificar riesgos personales, profesionales y patrimoniales
El objetivo de cualquier seguro es cubrir un riesgo, ya sea de accidente, enfermedad, deceso, contra daños o alguna responsabilidad civil. No se trata de ser cenizos, sino precavidos, puesto que el riesgo de que se produzca algún imprevisto está siempre latente. Pero son tantos los supuestos a cubrir, que es normal que nos surjan dudas sobre cuál es el seguro o los seguros que realmente necesitamos. Para estos casos, las aseguradoras utilizan lo que en el sector llaman un “mapa de riesgos”, que puede ayudarnos a identificar de forma muy gráfica y sencilla cuáles son nuestros riesgos personales, profesionales y patrimoniales, para de este modo poder determinar con qué seguros les podríamos hacer frente.
Los seguros se clasifican en seguros de personas y contra daños. En los seguros de personas, que aseguran determinadas circunstancias que puedan afectar la integridad corporal o el estado de salud de las personas, se incluyen los seguros de vida, de accidentes, de enfermedad, de asistencia sanitaria y de decesos. Por su parte, en los seguros contra daños el riesgo cubierto recae sobre los bienes o sobre el patrimonio de las personas: seguros de hogar, de responsabilidad civil, de vehículos, o los vinculados a préstamos hipotecarios.
Gráficamente, el mapa de riesgo agrupa tus riesgos en tres esferas (la personal, la profesional y la patrimonial), las analiza por separado y luego entrecruza las distintas informaciones para hallar un punto de intersección de estas esferas y determinar el conjunto de situaciones que nos suponen algún riesgo potencial. Tras detectar cuáles suponen un peligro real, podremos intentar prevenirlas. Al final, se trata de evaluar el posible impacto que tendría para nosotros no tener un seguro de enfermedad o de responsabilidad civil y la frecuencia y probabilidad de que esos riesgos se concreten. Por ejemplo, Mapfre cuenta con un herramienta que utiliza inteligencia artificial para elaborar un mapa de riesgo a trabajadores autónomos expuestos a cuatro ámbitos principales: patrimonio, responsabilidad, cuenta de resultados y personas.
Mapa personalizado y autoevaluación
Volviendo a las esferas, cuando hablamos de riesgos personales las aseguradoras se refieren a salud, dependencia, decesos o orfandad, pero también a asistencia en viaje o a cómo de previsor eres en cuanto al ahorro. En cuanto a los riesgos patrimoniales, los más habituales entre particulares son la posibilidad de imprevistos en el hogar o nuestro vehículo (los seguros más contratados por las familias en España). Por su parte, entre los riesgos profesionales que cubren las aseguradoras están las incapacidades transitorias o permanentes o los relacionados con la responsabilidad civil de nuestra actividad.
Para determinar cuáles son los riesgos que deberíamos cubrir, el RACC (@ClubRACC), por ejemplo, pone a disposición de los clientes un test de autoevaluación que puede ser un buen punto de partida para saber “cuales son los peligros que te afectan más de cerca”, con estas preguntas concretas para cada una en las tres esferas:
–Riesgo personal:
¿Qué edad tengo? ¿Cuál es mi situación familiar? ¿Cuál es mi estado de salud? ¿Cuál es mi profesión? ¿Cuál es mi situación laboral? ¿Cuál es mi proyecto de vida?
–Riesgo profesional:
¿Cuáles son mis ingresos mensuales? ¿Qué gastos tengo? ¿Qué deudas tengo? ¿Qué pasaría si dejara de ingresar dinero durante un tiempo por causas como un accidente o una enfermedad?
–Riesgo patrimonial:
¿Qué bienes tengo y de qué tipo? ¿Qué obligaciones tengo con estos bienes? ¿Qué pasaría con mis bienes en caso de robo, accidente, incendio, etc.?