La teoría nos la sabemos: debemos pensar en nuestro plan de pensiones como una herramienta de ahorro a largo plazo. Pero es inevitable que queramos saber en qué situaciones es posible rescatar nuestro capital, y más cuando se avecina época de vacas flacas.
Al tratarse de una herramienta de ahorro privado diseñada para complementar la pensión pública de jubilación, el plan de pensiones, en principio, se cobra una vez se alcanza la edad de jubilación.
Los planes de pensiones nos ayudan a canalizar el ahorro a largo plazo y, para compensar lo restringido de su liquidez, permiten la desgravación anual de sus aportaciones hasta el límite legalmente establecido, que actualmente y de manera genérica será la menor de las siguientes cantidades:
Sin embargo, estas ventajas fiscales vienen acompañadas de muchos inconvenientes. Uno de ellos es su falta de liquidez, ya que el dinero no se puede sacar en cualquier momento, y hacer un rescate antes de lo estipulado puede resultar complicado.
Para poder solicitar un rescate de capital antes de tiempo se deben cumplir los siguientes requisitos recogidos por la ley:
Además, el pasado 1 de abril, y con carácter excepcional, se ha aprobado una nueva causa de rescate para ayudar a afrontar las consecuencias económicas y sociales del COVID-19. Así, los partícipes de planes de pensiones podrán hacer efectivos sus derechos consolidados, durante el plazo de 6 meses (desde el 14 de marzo, fecha de declaración del estado de alarma, hasta septiembre de 2020), si se encontrasen en ciertas situaciones:
Tal y como afirma el BBVA, “estos supuestos pretenden otorgar a los planes de pensiones una mayor liquidez de la que tienen, con el fin de incentivar su contratación, y evitar que se den situaciones ilógicas cuando, por una necesidad imperante, el partícipe necesite recurrir a sus ahorros, pero no pueda hacerlo”.
En lo que respecta a la fiscalidad del rescate anticipado, se aplicará la correspondiente a la de los planes de pensiones, es decir, el rescate tributa como renta del trabajo, con independencia de la contingencia que origine el cobro de la prestación.