Pensiones

Compartir piso, un extra para complementar la pensión

Anna Blanco

Foto: bigstock

Jueves 15 de octubre de 2020

3 minutos

Existen diferentes fórmulas si nos interesa ahorrar compartiendo piso y, por tanto, gastos

Compartir piso, un extra para complementar la pensión
Anna Blanco

Foto: bigstock

Jueves 15 de octubre de 2020

3 minutos

La mayoría de personas jubiladas cuentan con la pensión como fuente de ingresos principal o única por lo que a veces es conveniente explorar formas para llegar más desahogados a final de mes sin renunciar al ritmo de vida deseado.

Una de las opciones a tener en cuenta para estirar al máximo la pensión es compartir piso, algo que nos va a permitir ahorrar cada mes. En este sentido, poder compartir los gastos vinculados a la vivienda como son suministros o gastos de comunidad es claramente la principal ventaja de tener compañeros de piso. Los gastos comunes de la vivienda, al repartirse entre todos los inquilinos pueden hacerse frente con más facilidad. 

Además, si aún se está pagando hipoteca o se vive de alquiler, compartir piso también es una buena forma de hacer frente a este gasto mensual y más viendo como los precios de vivienda y alquileres no son precisamente bajos.

¿Cómo compartir piso?

Existen diferentes formas de plantearse compartir piso con alguien en el caso de que vivamos solos o en pareja. Todas tienen sus ventajas y desventajas por lo que hay que valorarlas concienzudamente antes de dar el paso:

- Con la familia

Se trata de abrir nuestra casa a un nieto o nieta que le interese independizarse de sus padres pero, a la vez, mantener la cercanía y los vínculos emocionales. Es una fórmula práctica porque no compartimos casa con un desconocido y nos permite disfrutar de los nietos pero para que cosa funcione han de quedar muy claros los términos del acuerdo (cómo se comparten los gastos y qué le toca aportar a cada parte) para no acabar cargándose con más gastos en vez de ahorrar. 

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- Con jóvenes estudiantes

Se trata de una fórmula parecida a la anterior donde se juntan dos generaciones diferentes para obtener un beneficio común: compartir gastos de la vivienda. Los estudiantes universitarios que deben mudarse de sus localidades de origen para realizar sus estudios universitarios son una buena fuente de posibles compañeros de piso porque a menudo necesitan un alojamiento económico. Un posible inconveniente de esta forma de compartir piso es que se juntan en un mismo espacio dos ritmos de vida muy diferentes por horarios y hábitos lo que puede dificultar la convivencia. Aunque, por otro lado, también puede ser un buen método para que la persona mayor esté en contacto con su entorno y beneficiarse de un 'soplo de aire joven'. 

- Con otros jubilados

Una opción, cada vez más utilizada, para las personas jubiladas que no quieren vivir solas, es compartir casa con otras en la misma situación y franja de edad. Aquí se consigue un doble beneficio como es el de asumir conjuntamente los gastos y, a la vez, convivir con gente con la que puedes compartir ritmos de vida, aficiones e intereses por lo que el ámbito social se enriquece.  

Como alternativa pública, existe la posibilidad de compartir una vivienda tutelada. En este caso, no se comparte la propia casa ni una que se alquila, sino que se nos adjudica una vivienda. Por lo general, la tutela la realizan los servicios sociales del ayuntamiento del municipio en el que se accede a este tipo de recurso.

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Sobre el autor:

Anna Blanco

Anna Blanco es periodista especialiada en temas de sociedad.

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