Pensiones

La histórica caída de pensionistas y el menor gasto mensual son puntuales, según los expertos

Pepa Montero

Foto: UNSPLASH

Miércoles 27 de mayo de 2020

ACTUALIZADO : Viernes 12 de junio de 2020 a las 11:16 H

13 minutos

El gasto en pensiones volverá a subir en breve ya que las altas se reactivarán tras el encierro

La histórica caída de pensionistas y el menor gasto mensual son puntuales, según los expertos
Pepa Montero

Foto: UNSPLASH

Miércoles 27 de mayo de 2020

13 minutos

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El efecto real del coronavirus sobre el número de pensiones y sobre el gasto de la Seguridad Social se conocerá con mayor exactitud en las siguientes semanas durante y después del desconfinamiento, aseguran los expertos consultados por 65ymás, que llaman a la prudencia al interpretar los históricos descensos en mayo (menor gasto mensual por primera vez, con 9.852 millones de euros, y casi 40.000 pensiones menos, dejando el total en 9,754 millones), puesto que la situación se reequilibrará en breve, una vez que comiencen a activarse las gestiones en las oficinas de la Seguridad Social y se vayan poniendo al día las peticiones de nuevos pensionistas, y habida cuenta de que, afortunadamente, las muertes por COVID-19 se han frenado drásticamente.

La previsión de los economistas, institutos de análisis y asociaciones de pensionistas es que el descenso del gasto en pensiones será puntual (aunque las nuevas altas no se hayan registrado, el derecho a pensión se mantiene intacto desde el momento de la jubilación), y el efecto de las bajas por defunciones, relativamente limitado y concentrado en el tiempo. Lo peor habría pasado: entre el 1 de enero y el 1 de mayo han causado baja 205.638 pensiones, el 17,5% más que en el mismo periodo de 2019; unas cifras que reflejan el dramático aumento de jubilados fallecidos por el coronavirus.

Al margen de este impacto puntual, la pandemia sí puede repercutir en las pensiones futuras, ya que, como señala Isabel Casares (@IsabelMcasares), secretaria general de OCOPEN (@OCOPEN_), “la reducción en nueve meses de la esperanza de vida a consecuencia del COVID-19 va a ser una variable importante para las previsiones actuariales que se están realizando para las futuras pensiones”.

 

Las próximas altas devolverán el gasto a su senda alcista

“En los próximos meses, el gasto en pensiones aumentará porque el número de altas se recuperará (entrarán quienes no lo han podido hacer por el confinamiento), y esto ocurrirá, aunque también es posible que el número de bajas se siga manteniendo en cifras elevadas respecto al año anterior", vaticina Enrique Devesa, profesor de la Universidad de Valencia y miembro del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE @Ivie_news). Para este economista, “es evidente que la mayor mortalidad debida al coronavirus se tiene que notar, aunque también es muy llamativo que el cierre de oficinas de la Seguridad Social ha hecho que muchas personas retrasen su petición de pensión".

Así, el número de las altas, entre el 1 de enero y el 1 de mayo, ha sido de 157.896, lo cual supone un descenso del 22,1% respecto al mismo periodo del año anterior. "La unión de estos dos elementos ha dado lugar a una bajada del número total de pensiones y a una pequeñísima reducción del gasto en pensiones, concretamente del 0,27% respecto al mes anterior", explica Devesa.

También Raymond Torres (@RaymondTorres_), director de Coyuntura de Funcas (@FUNCASES), coincide en que la disminución de la nómina mensual en pensiones es sobre todo un dato puntual, "por el retraso en el registro de altas de nuevos pensionistas. Al reducir su actividad, la administración no ha tratado esas altas, que seguramente se producirán en los próximos meses, impulsando el gasto de nuevo al alza". Por otra parte, si bien las defunciones se traducen en bajas, "este efecto es relativamente limitado (menos del 0,5% del total de pensionistas) y concentrado en el tiempo", asegura Torres.

Respecto a esta mínima pero histórica disminución del gasto en pensiones, Isabel Casares, advierte: "Debemos ser prudentes con estas noticias, ya que una vez que comiencen a activarse los trabajos y poner al día las peticiones, nos podremos encontrar con el efecto contrario”. La secretaria general de OCOPEN resalta que la propia Seguridad Social ha comunicado una "disminución en el número de pensiones pagadas durante marzo y abril de 2020, bien por el número de fallecimientos por el coronavirus y también porque un gran número de pensionistas aún no se han dado de alta".

Los datos prueban el drama de las muertes de jubilados

Para José Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz), subdirector de Fedea (@socialfedea) y profesor de la Universidad Complutense, entre los elementos que pueden explicar el histórico dato en la caída neta del número de pensionistas, "el más relevante es sin duda el dramático aumento de jubilados fallecidos por culpa del COVID-19, que ha disparado el número de bajas". Pero, en su opinión, existen otros dos elementos que han podido afectar a la cifra de altas: por un lado, "el confinamiento ha podido retrasar la concesión de las pensiones, y por otro lado, es posible que la alta incertidumbre económica (y la generalización de los ERTE) haya provocado un retraso voluntario en la edad de jubilación". En particular, de aquellos trabajadores que pensaban jubilarse de forma anticipada y no lo han hecho, bien por estar acogidos a un ERTE o bien porque prefieren esperar a ver cómo evoluciona la situación económica, afirma el directivo de Fedea.

La Seguridad Social tiene sus propias tablas de mortalidad y está en condiciones de saber si la mortandad que están experimentando estos meses es superior a la habitual, recuerda el economista experto en pensiones José Antonio Herce (@_Herce), socio fundador de LoRIS. "Es verdad que ahora se están registrando muchas más muertes que en los primeros cinco meses de 2019. Pero no creo que sea un fenómeno permanente en las cuentas públicas, porque las muertes excedentarias por el coronavirus se tenían que haber producido en los próximos años. Así que en 10-15 años se habrá absorbido este exceso de mortandad". Herce señala además que habría que conocer las pensiones medias de los pensionistas fallecidos, pero en todo caso, considera que "especular mucho con estos datos desvela una tendencia insana al analizar el tema de la sostenibilidad de las pensiones. Si para que el sistema sea sostenible tenemos que sufrir una catástrofe como ésta, francamente, es que no hemos entendido nada", advierte.

En opinión de Iñaki Ortega (@InakiOrtega), director de Deusto Business School (@deustoDBS), los datos ponen de manifiesto "la alta mortalidad del COVID-19 entre las cohortes beneficiarias de las pensiones de jubilación. Las enseñanzas que se derivan de estos datos hay que situarlas en el campo de la asistencia socio-sanitaria a los adultos mayores, más que en su impacto en las cuentas de la Seguridad Social". Este experto avisa de que "esta estadística es un aldabonazo para actuar ante la fragilidad del sistema que nos hemos dotado de cuidados y asistencia a la vejez en nuestro país".

La caída no será tendencia, salvo rebrote del COVID-19

Emilio J. González, profesor de Economía de Comillas-Icade (@UCOMILLAS), considera que la caída del gasto en pensiones de mayo "se trata, por desgracia, de un hecho puntual y aislado, que no implica cambio de tendencia alguno. Lo más probable es que, en breve, el gasto retorne a su tendencia estructural alcista derivada del creciente número de personas que van a jubilarse y de que esas nuevas pensiones son más altas, por término medio, que las actuales”. ¿La caída de gasto y pensiones podría repetirse en junio? González no lo descarta, "pero no se convertirá en tendencia a menos que se produzca un rebrote virulento del coronavirus, en cuyo caso, podría volver a aumentar la mortandad entre los mayores de 70 años. Aunque, teniendo en cuenta los últimos datos obtenidos por los investigadores médicos y virólogos, este escenario parece menos probable”.

Pau Monserrat (@pmonserrat), economista y profesor asociado de la UIB (@UIBuniversitat), resalta que "el número tan grande de bajas de beneficiarios de pensiones en mayo tiene que ver, en una parte muy importante, con el efecto devastador de la pandemia, si bien este drama de pérdida de vidas no tendrá gran impacto sobre la sostenibilidad del sistema". Y pone el acento en el "negativísimo golpe del COVID-19 sobre el gasto público: "Mucha gente está yendo e irá al paro, los empleos serán aún más precarios y peor pagados, lo que redundará en menores cotizaciones y mayor deuda pública".

El economista Javier Santacruz (@santacruz_s_a) juzga asimismo los datos de mayo como algo coyuntural y pasajero. "La concentración de muertes por COVID-19 en personas mayores impacta sobre la nómina de las pensiones, pero hay que tener en cuenta que la mayoría de los fallecidos estaban por encima de los 70 años y por tanto pertenecían a las cohortes de población que entraron al sistema con bases de cotización más reducidas y por consiguiente, sus pensiones eran de menor cuantía que la media de las actuales, así que la reducción del gasto que pueden representar estas bajas será pequeña y limitada".

Muchas pensiones de viudedad y orfandad no se han tramitado

La disminución de la nómina mensual de pensiones será temporal, valora Julián Gutiérrez del Pozo (@JulianGuti1954), secretario general de Pensionistas de CCOO, ya que “la pensión media de jubilación de todo el sistema continúa aumentando y está en 1.060 euros". Asimismo, destaca que cuando la Seguridad Social funcione a ritmo normal aumentarán el número de pensionistas y el gasto: "el ejemplo más claro es que se ha reducido el número de expedientes en un 33%. También muchas pensiones de viudedad, orfandad a favor de familiares, no se han podido tramitar”. 

"Desde CCOO proponemos que las medidas que se tomen sean abordadas en el marco del Pacto de Toledo, así como en el ámbito del dialogo social. El consenso y decisión conjunta en el sistema de pensiones (acuerdos políticos y con los interlocutores sociales) es la mejor garantía del pacto intergeneracional que sustenta el sistema. El conflicto social en torno a las pensiones es por tanto, transversal e incumbe tanto a quienes hoy cobran pensiones, como a quienes contribuyen a financiarlas y las percibirán en el futuro", concluye Gutiérrez. 

Por su parte, Anatolio Díez Merino, secretario general UJP-UGT (@UJP_UGT), reclama que "para realizar un análisis certero de la disminución en el número de beneficiarios de pensiones, es importante disponer de cifras reales, que se unifiquen los conceptos y las formas de contabilizar los efectos de la pandemia”. En su opinión, en los próximos meses, la aminoración de jubilados será una realidad por ser ellos las grandes víctimas de la pandemia.

Sobre el autor:

Pepa Montero

Pepa Montero

Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).

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