Butch Marion ha sido cajero en la cadena de supermercados Walmart hasta los 82 años. Sin ahorros, no podía acceder a la jubilación, y aún hoy seguiría trabajando de no haberse cruzado en su camino el tiktoker de 53 años Rory McCarthy, quien decidió emprender una colecta en una plataforma de crowfunding para ayudarle. Gracias a los algo más de 180.000 dolares recaudados, ha logrado jubilarse.
El número de estadounidenses que, en edad de jubilación, siguen trabajando, crece cada año y comienza a extenderse como una mancha de aceite en el mercado laboral norteamericano. La realidad dista mucho de la idea de emprendedores sénior y trabajadores con experiencia llenos de vitalidad y ganas de seguir en activo que Hollywood y las escuelas de negocios más prestigiosas nos han vendido. En su gran mayoría, se trata de personas que no se pueden permitir el ansiado retiro y para las que sus pensiones no son suficientes para costear unos costes de la vida al alza. Y siguen trabajando para complementar esa exigua pensión.
El propio Gobierno estadounidense prevé que el número de trabajadores con 75 años o más crezca un 96,5% entre 2020 y 2030. Es la única franja de edad para la que crece en este momento.
De la crisis financiera de 2008 a la crisis de precios actual
La crisis financiera de 2008 arruinó a decenas de miles de estadounidenses que perdieron su hogar por no poder pagar la hipoteca. Después de vidas enteras trabajando con salarios bajos, pero sintiéndose clase media, se vieron excluidos del sistema, obligados a seguir trabajando, sin un hogar.
‘País Nomada’, la investigación de la periodista Jessica Bruder, editada en España por la editorial Capitan Swing, y llevada a la pantalla por Chloé Zhao en la oscarizada Nomadland, con Frances MacDormand como protagonista, aborda la realidad de esta legión de norteamericanos que viven en caravanas y recorren el país buscando trabajos precarios con los que complementar exiguas pensiones con las que no podrían vivir. Una proporción que ha crecido preocupantemente en los últimos años y que, ahora, vuelve a dispararse.
La política monetaria restrictiva puesta en marcha por la Reserva Federal para contener una inflación desbocada, ha ahogado a unos ciudadanos que ahora no pueden endeudarse para asumir sus gastos corrientes, lo que ha vuelto a disparar el fenómeno de personas en edad de jubilación que siguen trabajando.
La Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. prevé que la proporción de trabajadores mayores de 75 años aumente del 8,9% del 2020 al 11.7% en el 2030. Es el único grupo de edad rastreado por este organismo que, según las estimaciones, aumentará durante esta década.
Se espera que la fuerza laboral aumente en 8,9 millones, o un 5,5%, de 2020 a 2030. Entre las personas de 75 años o más, se espera que la fuerza laboral crezca un 96,5% durante la próxima década.
¿Envejecimiento activo?
Los 60 o los 70 años de hoy, no son los 60 o 70 años de antes. Ahora vivimos más, pero sobro todo, lo hacemos mejor. Algo que algunos expertos señalan como uno de los motivos para alargar la vida laboral. “Las personas pueden trabajar más tiempo porque se mantienen saludables durante más tiempo”, señala Geoffrey Sanzenbnacher, profesor de Economía e investigador del Centro de Análisis para la Jubilación del Boston College, citado por la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas (AARP, por sus siglas en inglés)
“El envejecimiento activo no es trabajar más allá de una edad, el envejecimiento activo es el ejercicio de un derecho, una opción personal por la que una persona que puede jubilarse decide mantenerse en activo como una opción tan legítima que el que decide retirarse, por razones personales, pero nunca por razones económicas”, señala Maldonado.
El sistema de pensiones en Estados Unidos
Estados Unidos ha subido a 67 años la edad de jubilación. El sistema público exige un período mínimo de 10 años cotizados, y permite la jubilación diferida hasta los 70 años, incrementándose la pensión en un 8% por cada año diferido permitiendo además compaginar el cobro de la pensión con la realización de un trabajo retribuido. Para efectos del cálculo de la pensión, se considera el salario medio de los treinta y cinco años con mayor importe salarial. Así lo recoge el informe ‘Sistemas de pensiones en perspectiva global’ elaborado por Mapfre Economics y que analiza, entre otros, el sistema de pensiones estadounidense.
Existe también la opción de la jubilación anticipada a partir de los 62 años. Sin embargo, a esa edad se recibe una pensión reducida para siempre. Aunque no es fácil saber la penalización. Según US News, “puede ser difícil predecir cuánto se recibirá del Seguro Social, especialmente si faltan unos años para jubilarse”.
Ahora mismo, según el profesor del Boston College, Geoffrey Sanzenbnacher, “a las personas les preocupa más quedarse sin ahorros en la jubilación por lo que tienen a trabajar más tiempo para seguir ahorrando”.
“El 65% de los estadounidenses asegura que tendrá que trabajar más allá de la edad normal de retiro para tener suficiente dinero para jubilarse” asegura un informe del Joint Economic Committee estadounidense.
Según este informe, el trabajador estadounidense medio no tiene nada ahorrado para la jubilación. Tan solo un 40% tienen algún tipo de ahorro en cuentas de jubilación. El saldo medio de estas cuentas es de 40.000 dólares, una cifra muy por debajo del ahorro recomendado por la industria financiera. Debería ascender a seis veces los ingresos a los 50 años. La mayoría de los trabajadores a punto de jubilarse tienen ahorros inferiores a lo que ganan en un año. Y solo el 35% de los estadounidenses entre 55 y 64 años, tienen ahorros para la jubilación.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.