El sistema público de pensiones afronta un futuro marcado por el envejecimiento de la población y el aumento de la longevidad, factores que elevarán el gasto y pondrán a prueba su sostenibilidad. Las pensiones están garantizadas, aunque su importe podría no ser suficiente para mantener el nivel de vida previo a la jubilación. Planificar y ahorrar con antelación se convierte así en una pieza clave para asegurar una jubilación tranquila y sin sobresaltos económicos. Planificar bien, comenzar a ahorrar cuanto antes y buscar asesoramiento experto pueden marcar la diferencia para disfrutar de un retiro dorado.
La importancia de planificar
El sistema público de pensiones se enfrentará en los próximos años a dos fuertes presiones, tal y como prevé el Banco de España: por el lado del gasto, causadas por un aumento esperado y significativo tanto de la población en edad de jubilación en relación con la población en edad de trabajar como, de la longevidad.
Pese a ello, las pensiones públicas de la Seguridad Social están garantizadas. Lejos de querer lanzar un mensaje catastrofista, la pregunta no es si en el futuro habrá pensión. La verdadera pregunta es si esa pensión será suficiente. Hemos de ser conscientes de que cuando alcancemos la edad de jubilación, la pensión que recibamos será, con toda probabilidad, bastante inferior al salario que recibíamos cuando estábamos en activo.
De hecho, las reformas que desde 2011 se vienen acometiendo para garantizar la sostenibilidad del sistema conllevan, en la mayoría de los casos, una disminución de las expectativas del importe de la pensión. Para alcanzar el ansiado retiro y disfrutar de la jubilación como se merece, sin apreturas económicas, debemos planificar y ahorrar.
¿Cuándo hay que empezar a ahorrar?
Que debemos pensar en la jubilación, y ahorrar ahora para vivir más holgadamente en esa etapa es evidente. La pregunta es, ¿Cuándo es idóneo empezar a ahorrar? ¿a los 40? ¿a los 30 es pronto? ¿y a los 50 es tarde?. No hay una única respuesta, es decir, no hay una cifra mágica en la que empezar a ahorrar. Pero frente a esta pregunta todos los expertos lo tienen claro: cuanto antes, mejor.
Empezar a ahorrar pronto supone que podremos hacerlo con menos esfuerzo. Conseguiremos el objetivo deseado dedicando menor cantidad de dinero cada mes. Además, en el momento en que destinemos esas cantidades a un producto de ahorro, el dinero se pondrá ‘a trabajar’ antes. Así, podremos aprovechar los intereses compuestos durante más tiempo. Es decir, la rentabilidad que el producto vaya acumulando, se suma al capital invertido, generando más intereses.
Las circunstancias personales de cada uno varían y, por tanto, no hay un momento exacto para que una persona comience a realizar aportaciones a su plan de pensiones o producto de ahorro elegido. Pero cuanto antes empecemos, más ahorro podremos acumular, y además con menos esfuerzo. Por lo tanto, una vez que accedamos al mundo laboral, debemos empezar a pensar en el ahorro. La edad ideal para adquirir un producto de ahorro está en 35 años. Y podríamos ampliar la horquilla hasta los 40 años, que es cuando generalmente se cuenta con más estabilidad para afrontar los gastos diarios.
¿Cuánto hay que ahorrar?
En muchas ocasiones, contar con un salario no demasiado alto, que no nos permita destinar mucho ahorro es motivo –o excusa- para no contar con un instrumento de ahorro privado de cara a la jubilación. Sin embargo, los expertos insisten en que no es tan importante la cantidad de ahorro que se destine, como el momento en que comience a hacerse. Es decir, la clave no es ahorrar mucho, sino empezar pronto a hacerlo.
Evidentemente, quien comience a ahorrar pronto, podrá permitirse destinar cada mes una cantidad menor, de tal forma que ahorrará casi sin darse cuenta. Si comenzamos a ahorrar tarde, también podremos construir una buena base de ahorro de cara a la jubilación, pero a costa de hacer un gran esfuerzo ahorrador.
Ventajas fiscales
El Estado favorece el ahorro privado aplicando ventajas fiscales a determinados productos. Todas las aportaciones realizadas en ellos podrán reducirse en la base imponible del IRPF, dentro de unos límites máximos que, pese a haberse reducido en los dos últimos años, siguen siendo interesantes. Los productos con esta desgravación fiscal son:
Planes de pensiones
Planes de previsión asegurados (PPA)
Seguros individuales de ahorro a largo plazo (SIALP)
Planes individuales de ahorro sistemático (PIAS)
Los planes de pensiones individuales, en estos momentos, permiten reducir la bases imponible del IRPF hasta 1.500 euros al año. Los autónomos tienen la posibilidad de realizar aportaciones adicionales de hasta 4.250 euros a un plan de pensiones simplificado (PPES). Por otro lado, están los planes de pensiones de empleo genéricos, que permiten hacer aportaciones de hasta 8.500 euros entre las contribuciones del promotor y del partícipes. En ocasiones, la combinación de diferentes productos facilitará destinar el ahorro desado. A la hora de elegir un tipo de producto u otro, o incluso dentro de una misma categoría, seleccionar uno u otro, hay que tener en cuenta diversos factores como el perfil de riesgo, la fiscalidad de cada producto, las necesidades de liquidez previstas y la situación de los mercados.
El asesoramiento de MAPFRE marca la diferencia
El abanico es tan amplio que no es sencillo elegir entre un producto y otro, y dentro de una sola categoría, qué producto concreto seleccionar. No hay productos buenos ni malos, sencillamente son diferentes y cada uno será perfecto para un cliente en función de sus circunstancias personales, necesidades de liquidez, aversión al riesgo o por fiscalidad.
Dado que se trata de una decisión trascendente, y a largo plazo, conviene buscar el asesoramiento de un profesional que nos ayude a elegir el producto, o la combinación de ellos que mejor se adapte a nuestras necesidades. No solamente nos ayudará a obtener el mejor rendimiento, un asesoramiento profesional y especializado, además, nos ayudará a sacar el mejor partido fiscal de estos productos.
El asesoramiento de una compañía líder en el sector asegurador y de planificación financiera como MAPFRE, no solo nos ayudará a elegir en el momento de apostar por un producto de ahorro, o por una combinación de ellos. También nos acompañará en el tiempo gestionando el ahorro. Los asesores expertos de MAPFRE establecerán los diferentes perfiles, controlarán las exposiciones a renta variable y ajustarán posiciones en cada momento y para cada cliente.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.