No apto para principiantes. Quizá esta sea la principal máxima si te interesa practicar esquí de travesía o de montaña, sobre todo en los meses de invierno y primavera. Y es que es necesario tener ciertos conocimientos y práctica del esquí para poder hacer estas rutas sobre la nieve de las montañas.
Como toda actividad de montaña que se precie entraña su riesgo. Por eso es esencial tener un material y equipo específico, una buena preparación física y una capacidad técnica acorde. Es como una especie de trekking pero, con el esfuerzo añadido de hacerlo sobre esta superficie blanca y coronando montañas para después bajarlas provistos de unos esquís especiales para ello.
La dificultad, entre media y alta, no estriba tanto en la altura o inclinación de esa pendiente sino en saber andar bien por cualquier tipo de nieve que te encuentres, ya sea blanda, dura, virgen o incluso tramos con hielo. Por ello, debes saber esquiar de antemano para salvar todo tipo de obstáculos que puedas encontrar en tu camino. Y es que estas travesías se suelen hacer fuera de las convencionales pistas de las estaciones donde resulta algo más sencillo.
Un deporte que despierta el interés de muchos senderistas y alpinistas, en estos meses, y que quieren algo más que sus rutas tradicionales. Es entonces cuando comienzan a esquiar como paso previo para, una vez cogida cierta soltura, lanzarse montaña arriba para practicar esta modalidad de esquí alpino.
Los que disfrutan de este deporte se dividen en distintos niveles según la exigencia o aprendizaje que se necesite en cada caso: