Al aire libre

La Vía Algarviana: un sorprendente recorrido para conocer la otra cara del Algarve portugués

Mariola Báez

Foto: Bigstockphoto / Wikipedia

Sábado 14 de septiembre de 2019

4 minutos

Esta espectacular ruta es un viaje apasionante que combina cultura y naturaleza a partes iguales

Vía Algarviana, en Sagres
Mariola Báez

Foto: Bigstockphoto / Wikipedia

Sábado 14 de septiembre de 2019

4 minutos

Nombrar la región portuguesa del Algarve (@visitportugal) es evocar, casi de manera inmediata, sus magníficas playas atlánticas, pero el interior de esta comarca agrícola, rica en cultura y tradiciones, guarda paisajes extraordinarios y localidades donde es posible acercarte a la esencia más auténtica del país vecino.

Si te gusta descubrir lugares nuevos practicando senderismo o pedaleando en tu bici de montaña, la Vía Algarviana es una propuesta que te resultará un reto más que apetecible. Son casi 300 kilómetros, divididos en 14 etapas de caminos y senderos bien señalizados, que empiezan y terminan en bonitas localidades, donde encontrarás una amplia oferta de alojamientos y podrás saborear algunos de los productos que da esta tierra fértil y de clima suave.

Recorriendo la Ruta Algarviana

Cada una de las etapas empieza y termina en un punto concreto y puedes elegir solo algunas o emprender la aventura al completo. El que fue un antiguo camino religioso de peregrinación hasta el promontorio de Sagres, donde fueron encontradas las reliquias de San Vicente, parte de la localidad de Alcoulim, en la ribera del río Guadiana, y va descendiendo hasta alcanzar el Cabo de San Vicente, ya en el extremo occidental de la costa del Algarve.

Desde este punto, y bien preparado con el equipo correspondiente (calzado y ropa cómoda, provisiones, móvil, gps…), te espera un recorrido en el que podrás disfrutar de paisajes naturales de gran belleza, entre el Alentejo y el Algarve, y de localidades que merecen la pena ser descubiertas con una parada.

Vía Algarviana

En las primeras etapas, te llamará la atención la Sierra de Caldeirao, con extensas zonas de alcornoques, de donde se obtiene buena parte de la materia prima para la producción de corcho. Pequeños pueblos como Alte o Salir, de casas encaladas y tranquilidad absoluta, salpican el recorrido. Uno de los lugares que no te puedes perder es la histórica Silves, junto al río Arade, con puntos de interés como su emblemático castillo, sus murallas o su espléndida catedral gótica.

Silves

 

Desde aquí, te resultará sencillo alcanzar la Sierra de Monchique donde, si quieres, podrás ascender a los picos más altos del Algarve portugués. En toda esta zona, la naturaleza se convierte en protagonista. Bosques de pinos, extensas áreas de arbustos y matorrales, frondosa vegetación de ribera, que crece a los márgenes de pequeños ríos, y también zonas de cultivo entre las que sobresalen las típicas casas tradicionales del Alentejo.

Serra de Monchique

 

Poco a poco te acercas a la costa, mientras dejas atrás localidades como Marmelete o Barao de Sao Joao. Tras el largo recorrido, la ruta finaliza en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano, desde donde puedes continuar bajando hasta Sagres, en el extremo más occidental de la Península Ibérica, para contemplar el espectáculo del Atlántico llegando a la Costa Vicentina.

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Mariola Báez

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