Cine

'Nuestro último baile' cambia la mirada del luto y la muerte: "Envejecer no es el final de nada"

Pilar Abellán Martínez

Foto: 65YMÁS

Jueves 14 de marzo de 2024

8 minutos

La bailarina La Ribot debuta en la cinta de Delphine Lehericey, que llega a los cines el 15 de marzo

'Nuestro último baile' cambia la mirada del luto y la muerte: "Envejecer no es el final de nada"
Pilar Abellán Martínez

Foto: 65YMÁS

Jueves 14 de marzo de 2024

8 minutos

Nuestro último baile es una película dirigida por Delphine Lehericey que cuenta con la colaboración de la bailarina de danza contemporánea Maria La Ribot. El filme se estrena en cines este 15 de marzo. 

La película hace una crítica del trato infantilizado que reciben los mayores contando la historia de Germain, un jubilado de 75 años interpretado por François Berléand

Germain intenta continuar con su vida tras la pérdida inesperada de su esposa. Sus familiares tratan de sobreprotegerlo, pero él se rebela contra sus hijos buscando refugio en un mundo completamente ajeno para él, la danza contemporánea.

A espaldas de todos, el protagonista hará todo lo posible por cumplir la promesa que le hizo a su esposa hace tiempo y que le introducirá de lleno en algo que nunca antes había experimentado: el baile en su extensión más artística y alternativa. 

Para darle forma a esta historia, la directora suiza Delphine Lehericey no dudó en incorporar al rodaje a Maria La Ribot, una artista multidisciplinar madrileña que además de haber diseñado la coreografía también debuta como actriz interpretando al curioso personaje de sí misma.

 

La Ribot en ‘Nuestro último baile': La danza contemporánea llega para todos los sénior a los cines.

Delphine y La Ribot 

Lehericey ya había conseguido la atención del público con dos historias, Puppylove y El horizonte. Ambas fueron presentadas en el Festival de Cine de San Sebastián y la última de ellas fue ganadora del Premio Lurra, así como de otros galardones del cine suizo.

Con este su último proyecto, la directora ha conseguido el premio del público en el Festival de cine de Locarno (Suiza)

Delphine define Nuestro último baile como "una película sobre el amor", cuyo objetivo es que las personas descubran algo que desconocen "que les conmueva y les haga cambiar un poco la mirada sobre la vida", explica a 65YMÁS.

Al llevar a cabo esta producción, Lehericey se movió por el deseo de acercar a los espectadores a un mundo que para ella es familiar y que, según explica, Maria La Ribot conoce mucho mejor. 

"Estoy rodeada de personas que piensan tópicos sobre la danza contemporánea, y que piensan tópicos sobre el luto, el duelo y la muerte", afirma. Delphine pretende "hacerles cambiar la mirada sobre eso".

La Ribot, por su parte, con 61 años, es referente de la danza contemporánea en España con reconocimientos como el Premio Nacional de Danza o la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, entre otros.

Explica a 65YMÁS que Nuestro último baile es "una ficción entre el dolor por la muerte, la esperanza del amor y el deseo de la danza".

En su debut como actriz, la bailarina señala que siente interés por todas las artes, y que le encantaría realizar más trabajos en la gran pantalla como intérprete y como coreógrafa. "Hay mucho que hacer todavía, aun con todas las películas que se han hecho en el mundo. Es muy interesante", asegura.

Sostiene que lo más complicado de interpretarse a sí misma es distinguir que pertenece a tu personalidad y que es parte del personaje. 

 

La Ribot en ‘Nuestro último baile': El deseo no tiene fronteras. Maria la Ribot . La Ribot Web.
 María La Ribot. La Ribot Web
 

 

"Es difícil porque no sabes qué es ficción y qué es realidad, ahí yo me perdía", explica la artista. "Pero a la vez tampoco es difícil porque te dejas llevar. Hay veces que quedas exagerada pero en otras más reducida de lo que debería ser. Si tuviera que repetirlo, sería más lenta", indica.

Asimismo, declara que lo que más ha disfrutado de participar en este proyecto es trabajar con Delphine y alaba la importante labor de la directora. 

"Es Delphine quien me llama para ser su intérprete. Las ideas, la escritura… todo es Delphine quien lo hace. Yo con la danza he intentado que tenga un medio, pero es ella quien tiene la idea de Germain, de la vejez y de las adolescentes", aclara.

La unión del cine, el teatro y la danza

En la presentación de la película, ambas han coincidido en que teniendo tan solo 25 días para rodar el filme, el proceso de ensayo y producción no ha sido fácil.   

La directora explica que el teatro y la danza no son lo mismo que el cine. Describe a los actores de cine como ‘velocistas’ y a los de teatro como ‘maratonianos'. Comenta que ambos han aportado cosas y técnicas diferentes a la película. "A veces resultaba complicado pero también fascinante ver al equipo hacer algo tan difícil de explicar, pero tratando todos de encontrarse", considera.

También se siente satisfecha con la relación y la conexión que los actores han conseguido plasmar: "Funcionaba esa relación. Hay algo que surge y que es mágico. Me hubiese gustado que durase toda la vida".

François Berléand, el premio César de 71 años, da vida a Germain para dar un toque de atención, en un registro cómico, a todos aquellos que tratan a los mayores, personas independientes, autónomas y útiles, como adolescentes.

El duelo, la vejez y el deseo de los sénior 

Respecto al mensaje que pretende mandar la película sobre la vejez, Delphine explica que se trata de mostrar que "envejecer no es el final de nada, es quizás el principio de algo. Aceptar lo que nos llega y convertirlo en otra cosa". Además, afirma tener "menos miedo a envejecer o sentirse vieja".

La directora desvela que este proyecto le ha hecho reflexionar sobre el luto y la muerte, y que le ha aportado muchísimas cosas acerca de estas cuestiones.

"Tengo una relación muy diferente con el duelo y con el luto. Más íntima, más personal. Casi me han dado ganas de volver a hacer la película sobre lo que es perder a alguien", indica.

"Tengo una relación muy fuerte con esas personas que se han muerto, una relación que se ha transformado. Pienso casi diariamente en ellos y no es siempre triste. Podemos seguir teniendo relación con esas personas sin tener el peso del dolor y la tristeza. Se ha convertido en otra cosa", comenta. 

Por su parte, Maria La Ribot apunta que "el deseo no tiene fronteras". "Da igual que el deseo venga de un adolescente, de un mayor o de un perro. Eso es lo que me ha demostrado la película, que todo continúa igual que antes. Es decir, que si hay deseo solo tienes que encontrarlo, que inocularlo", concluye. 

Sobre el autor:

Pilar Abellán Martínez

Periodista

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