Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorEl lenguado es uno de los pescados que más nos gusta llevar a la mesa, además lo podemos preparar de muchas maneras y resulta una delicia para grandes y pequeños. Para hacer ciertas recetas, necesitamos que el lenguado esté limpio, sin piel y en filetes. No es una tarea complicada, pero requiere de un poco de maña. Te dejamos algunos trucos para lograrlo a la primera y que tengas los filetes de lenguado listos para preparar.
Lo primero que debemos hacer es limpiar de vísceras el pescado para que nos sea más fácil el resto del proceso.
Vamos a comenzar por retirar la piel del lenguado. Necesitamos un cuenco con agua caliente, que podemos calentar en el microondas. Vamos a mojar un poco la cola del lenguado en el agua caliente, tan solo unos segundos. Después, con un cuchillo retiramos un poco de piel de la cola, que nos va a resultar fácil. Una vez que hemos separado el inicio de la cola, cogemos esa parte con un paño de cocina para que no nos rebale y vamos tirando poco a poco hasta que retiramos la piel por completo de un lado.
Debemos proceder de la misma manera para retirar la piel del otro lado. De esta forma, ya tenemos el lenguado sin piel.
El siguiente paso es sacarle los lomos uno a uno. En este punto, puedes tirar de las espinas laterales, que van a salir sin problema, pero también se pueden dejar e ir quitándolas cuando los filetes estén despegados.
Nos puede ayudar cortar la cola con unas tijeras. Después, con un cuchillo plano y bien afilado, lo colocamos bien recto sobre el lenguado y hacemos un corte profundo hasta tocar la espina a todo lo largo y vamos despegando la carne de la espina. Es importante sesgar el cuchillo e ir siempre pegado a la espina para que se quede el mínimo de carne pegada. Vamos poco a poco cortando la carne y tirando con cuidado para irlo separando de la espina.
Y procederemos igualmente con los otros lomos hasta tener los cuatro lomos limpios por un lado y, por otro, las espinas que siempre podemos aprovechar para hacer un caldo de pescado.
Si, por el contrario, lo que quieres obtener es dos filetes, y no cuatro, pero más grandes, hay que separar la espina central con mucho cuidado y un cuchillo fino y bien afilado.