Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorEl Mediterráneo es un mar que compartimos muchos países y que baña tres continentes. A lo largo de sus 3.800 kilómetros de largo y una anchura máxima de 1.600 kilómetros, nos deja algunos paisajes que te deslumbrarán. Aquí tienes algunos de ellos.
Comenzamos nuestro recorrido por el Mediterráneo por Formentera, en concreto por la isla de Espalmador, un lugar para soñar. Se trata de una isla pequeñita sin habitantes, a pocos metros de la costa norte de Formentera con unas playas de arena blanca y un mar de aguas azules. No hay cemento por ningún lado y sus visitantes los ocupantes de los yates que proceden de la cerca isla de Ibiza.
Quizá sea la playa más impresionante de Francia. Calanque d’En-Vau está escondida entre acantilados profundos, tanto que solo podemos acceder en barco o a través de un caminito entre montañas. Precisamente la dificultad para poder llegar hasta esta playa de paredes verticales y aguas azul turquesa es lo que hace que, a pesar de su majestuosidad, esté mucho menos concurrida que otras de los alrededores. Situada en la costa de Marsella y Cassis, sus aguas están frías hasta en verano, nada habitual en el Mediterráneo.
Cinque Terre es una franja de ciudades costeras de siglos de antigüedad en la escabrosa costa de la Riviera italiana y una de las zonas más hermosas de Italia. En cada una de las cinco ciudades, las casas coloridas y los viñedos se aferran a empinadas terrazas, los puertos están llenos de barcos pesqueros y las trattorias ofrecen especialidades de mariscos junto con la famosa salsa de la región de Liguria, el pesto. El sendero de excursión Sentiero Azzurro, en el acantilado, conecta las ciudades y ofrece vistas panorámicas del mar.
Esta isla griega es un famoso lugar turístico estival. Entre las playas más populares, encontramos Agios Nikolaos, Alykanas y Tsilivi, donde es posible practicar natación y deportes acuáticos. En la playa de Navagio (en la imagen), a la que se accede en barco, se produjo un famoso naufragio en 1980 cuyos restos descansan en la arena enmarcada por acantilados.
Hace 1900 años, un terremoto configuró el paisaje actual de la Bahía de Kekova, donde una ciudad fundada en el siglo V a.C., está bajo las aguas, a un paso de la costa. En algunos puntos sus restos se hunden hasta los 25 metros de profundidad, que se pueden apreciar gracias a las aguas cristalinas del Mediterráneo. En la costa se pueden ver pintorescos pueblos de pescadores.
En la costa sur de la isla de Chipre, entre Limassol y Pafos, hay una pequeña playa de aguas cristalinas de donde emerge una amplia roca, Petra tou Romiou. Cuenta la leyenda que es en este lugar donde Afrodita, la diosa griega de la belleza, el amor y la sexualidad, emergió del mar en una concha. Hay que nadar alrededor de la piedra para atrapar la belleza eterna.