A río revuelto

Se extienden por la geografía española, muestras del descontento ciudadano sobre asuntos relevantes que afectan a la vida de las personas. Uno de ellos es la sanidad pública, que tras el meneo de la pandemia ha quedado bastante maltrecha por el cansancio de los sanitarios, las costuras que se han abierto por la falta de profesionales y la necesidad de los pacientes, especialmente los mayores, de acudir nuevamente a la atención primaria presencial.

Salen otros conflictos como el de “los camioneros” que aparte de sus justas reivindicaciones como los precios del combustible, algo que no solo afecta a ellos, piden cosas como la eliminación de los posibles peajes, que ni tan siquiera se han puesto sobre la mesa. Dicen los propios trabajadores del sector que es más una “huelga patronal” que de  asalariados,  pues son ellos los que realmente sufren unas condiciones precarias.

También aparecen “oportunamente” otras protestas en sectores agrarios y ganaderos, donde se mezclan las duras condiciones de vida de la España vaciada con intereses comerciales de los grandes productores/comercializadores que tienen más que ver con las políticas comunes de Europa, la PAC, donde se juegan millones los terratenientes.

Quiero decir que es lícito utilizar la calle para denunciar agravios y hacer reivindicaciones, pero algunas de las que asoman huelen a tufo político de la derecha que desea generar un malestar social para tumbar el gobierno de coalición, con unas elecciones anticipadas.

Se disfrazan de “vecinos, plataformas” sin  identificación partidaria y terminan sacando sus banderas con la palabra “solidaridad” que significa lo contrario de lo que predican. Además aprovechan los medios para hacer declaraciones catastrofistas sobre cuestiones que donde gobiernan, hacen lo contrario de lo que exigen en sus consignas.

Es aquello de aprovechar que “a río revuelto ganancia de pescadores”. Por eso la izquierda, tanto la que tiene responsabilidades de gobierno como la que negocia  eliminar las recortes sociales del periodo nefasto anterior, debería hacérselo mirar antes de acompañar estas protestas, pues aunque tengan en su origen motivos sociales terminan desvirtuadas por el uso partidista que hace la derecha, cuyo único objetivo es tomar el gobierno del país para aplicar políticas neoliberales.

Así que “ojito” de donde nos metemos y con quién, porque podemos estar alimentando protestas que no defienden el estado de bienestar desde lo público, sino desde los intereses que llevaron a privatizar el sector eléctrico y la banca, van detrás de la sanidad y no descansarán hasta hacerse con las pensiones públicas a base de recortes en derechos  y congelaciones, como ocurrió con el famoso 0,25\.

SOBRE EL AUTOR:

José María Gómez es Secretario General de Pensionistas de CCOO de Asturias (@CCOOdeAsturias).

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