Cartas a la directora

Una larga vida de trabajo, una jubilación anticipada… una pensión penalizada de por vida

Enrique Román

Sábado 23 de enero de 2021

ACTUALIZADO : Martes 9 de febrero de 2021 a las 10:57 H

6 minutos

Los pensionistas tienen una herramienta que les hace fuertes, tienen el voto

Asjubi40
Enrique Román

Sábado 23 de enero de 2021

6 minutos

Cartas al director (cintillo)

 

Esta es la historia de Kike, un jubilado anticipado que, como tantas otras personas jubiladas de forma anticipada, comenzó a trabajar a la temprana edad de 15 años.

A mediados de los años 70, Kike caminaba hacia el que sería su segundo trabajo. Había salido del Metro, le había costado una hora de su vida llegar hasta allí, a un barrio acomodado de la ciudad de Madrid. Vivía en uno de los barrios periféricos de la gran ciudad, y para llegar a su destino tenía que realizar varios transbordos. El Metro, como toda la vida se recuerda, ese día, como el resto de los días, iba sobrepasado de aforo, sufriendo en el recorrido la gran afluencia de trabajadores que acudían a sus trabajos.

Era el primer día de Kike, nuestro personaje, en su nuevo trabajo. Tenía 17 años, entraba de botones, categoría profesional muy humilde, el último mono de la empresa. Caminaba nervioso, no era su primer trabajo, había estado anteriormente durante dos años en otra empresa, mucho más pequeña que en la que iba a trabajar ahora. Con 17 años ya había experimentado el mundo laboral y volvía a repetir en una nueva singladura, mucho más grande, mucho más importante.

En esos momentos él no sabía ni por asomo de las dimensiones de la nueva empresa, y ni mucho menos a la actividad que se dedicaba. Había estado una vez para pasar el trámite de un pequeño examen de entrada, y a la media hora más o menos, le dijeron: ven dentro de una semana; y un día, a mediados de la primavera, Kike empezó un nuevo recorrido laboral, en el que se hizo mayor, y que duraría un largo tiempo.

Llegó donde la empresa estaba ubicada. Sintió que el corazón le bombeaba con fuerza, aunque, como se ha dicho anteriormente, Kike debería de estar tranquilo pues ya había trabajado. La entrada al recinto laboral era impresionante para él: la empresa estaba a pie de calle, una fachada que se teñía de seriedad y de importancia. Entró por una puerta de cristal que daba paso a una clínica, todo estaba de blanco. En esta planta vio gente, un mostrador con la telefonista y una recepcionista a su lado. Contempló que tenía grandes espacios y que la “parte” de la empresa que estaba en la planta baja tenía batas; blanco, color y olor sanitario. Personas que sonreían y todas más mayores que Kike. A la derecha, según se entraba, una escalera que subiría a una gran oficina, una amplia oficina donde resolvería una gran parte de su vida.

Subió y preguntó por el Sr. Estremera, conserje jefe. Este, le miró y preguntó por su nombre.

- Kike me llamo

- Encantado Kike, aquí los que trabajamos en Conserjería acostumbramos a entrar un cuarto de hora antes.

Kike, pasó su vida en esa empresa, desde los 17 años; se desarrolló tanto personal, como profesionalmente. Era su vida, y como era de suponer escaló posiciones, llegando a ser director de una bonita competencia.

Con 58 años de edad y 41 en la empresa, y 43 cotizados, es “invitado” a irse por circunstancias que no son menester de describir en estas líneas, y que podrían ser relatadas o bien denunciadas en las Instituciones adecuadas, como el Ministerio de Trabajo y Economía Social o el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. 

Kike, tenía 58 años ¿qué podría hacer? Se fue al paro, trabajo no había para esa edad… y camino de 59 años. La opción que tenía era jubilarse anticipadamente a los 61 años. Era un camino ya marcado, no hay opciones, no hay esperanza para volver a trabajar.

Kike se jubiló a los 61. Había cotizado 43 años y unos meses. Con esa larga cotización, y habiendo aportado al “sistema solidario” de la Seguridad Social mucho más del periodo exigido para recibir el 100% de la pensión, es penalizado con un 26%, y al percibir la pensión le aplican el constante concepto del IRPF. Kike, como todos los que empezaron a trabajar a edades tempranas cumplieron con el pacto social; en el caso de los hombres fueron al servicio militar obligatorio; en el caso de las mujeres, al servicio social femenino. Estos periodos no computaban en la cotización…pero lo “demandaba” el país. Después se casaron y tuvieron hijos, porque así eran las reglas no escritas, pero que cumplieron con satisfacción. No esperaban, ni por asomo, el desenlace de lucha por lo que habían trabajado y les habían quitado. ¡¡Qué ingrato!!

Kike después de haber trabajado toda una vida y contribuido de forma considerable tanto económicamente y socialmente, es penalizado en su pensión de por vida, por haberse jubilado, sin voluntariedad, 4 años antes. Sí… de por vida. ¿es justo? ¡No! Es mezquino.

Kike, actualmente es miembro de la Asociación Jubilación anticipada sin penalizar ASJUBI40, y ve y escucha las múltiples situaciones de cada persona, en las que hay varias constantes: la primera es que empezaron a trabajar con 14 o 15 años de edad; la segunda es que son apartados del mundo laboral de forma involuntaria; la tercera, es que sus cotizaciones rebasan los 40 años de aportación; la cuarta, es que son PENALIZADOS DE POR VIDA. Y hay una quinta, que es la frustración y la impotencia.

Adicionalmente, en el seno de la Asociación ASJUBI40, Kike tiene también la ocasión de conocer a muchas otras personas que, habiendo cotizado, como el resto de los asociados, 40 años o más, su jubilación anticipada ha sido considerada por la legislación vigente como “voluntaria” y se les aplican coeficientes, de por vida, a su pensión todavía mayores que a las consideradas como “forzosas”.

Kike sabe que, desde ASJUBI40, no se cejará en el empeño en lograr la derogación total de los coeficientes reductores a aquellas personas que se jubilan anticipadamente, después de haber cotizado 40 años o más, independientemente de que la jubilación anticipada sea considerada “forzosa” o “voluntaria”.

Kike, como así todas las personas que padecen esta situación, tienen un aval supuestamente garante, que tendría que hacer justicia y hacer válida la derogación de coeficientes reductores para largas carreras de cotización. Ese aval, es la aprobación de PNL (proposiciones no de ley) en 14 comunidades autónomas. A todo esto, hay que añadir otra PNL aprobada en el Congreso de los Diputados y una moción aprobada en el Senado, 8 en diputaciones y 34 en ayuntamientos. PNL’s y mociones que instan al Gobierno a tomar en consideración el contenido de esas PNL’s, y derogar los coeficientes reductores a pensionistas con largas carreras de cotización. El Gobierno tiene que actuar en consecuencia, porque así lo demandan las Proposiciones no de Ley que dan la razón a la reivindicación planteada. La gran mayoría parlamentaría autonómica de este país está con ASJUBI40. ASJUBI40 luchará siempre hasta conseguir sus objetivos.

Kike, como así muchos, apelan a los políticos a que hagan política de verdad, y si no saben, que dejen paso a otros más expertos para que fijen sus objetivos en las mejoras sociales a través de la justicia, equidad y dignidad. A la vista de acciones injustas e incluso indecorosas de nuestra política, se comienza siendo apartidista y se acaba siendo apolítico.

La confianza se gana muy lentamente, pero se pierde a la misma velocidad de un coco cuando cae de una palmera.

…y una cosa, los del Baby Boom no hemos roto nada, al contrario, hemos construido.


Enrique Román es miembro de ASJUBI40–Jubilación anticipada sin penalizar

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Enrique Román