Opinión

Cómo reducir la mortalidad laboral de los trabajadores sénior

Fundación Adecco

Foto: BigStock

Lunes 4 de diciembre de 2023

6 minutos

Cómo reducir la mortalidad laboral de los trabajadores sénior

Foto: BigStock

Lunes 4 de diciembre de 2023

6 minutos

Las muertes en el trabajo golpean el doble a mayores de 50: son el 62,6% de los fallecidos

 

La principal causa de mortalidad en el lugar del trabajo, según se desprende del último informe sobre siniestralidad laboral del Ministerio de Trabajo, es la actividad física repetitiva, y esta penaliza a las personas de mayor edad por razones puramente biológicas, ambientales y fisiológicas. Se tiende a pensar que la mayoría de las muertes por trabajo se deben a aparatosos accidentes como caídas en altura o incidentes en el manejo de maquinaria pesada; sin embargo, los trabajos expuestos a estos riesgos tienden a contar con una Prevención de Riesgos Laborales muy desarrollada que evita, en un alto porcentaje, que se produzcan este tipo de infortunios.

Por el contrario, lo que nos dice la estadística es que la mayor parte de las muertes profesionales ocurren en situaciones más inesperadas y menor contempladas en el área de PRL (de hecho la primera causa de mortalidad en el trabajo, según el informe del Ministerio, son los movimientos físicos repetitivos, por ejemplo empujar, levantar, arrastrarse, trepar…) Actividades que, cuando se realizan de forma continuada, pueden ocasionar incidentes como infartos, golpes de calor, lipotimias, muertes súbitas etc)… todos ellos más susceptibles de producirse en los profesionales de mayor edad.

En este sentido, desde el Observatorio de la Vulnerabilidad de la Fundación Adecco (@fund_adecco), ponemos de relieve que los trabajadores mayores de 55 años tienen a sus espaldas una larga trayectoria profesional, en la que han estado expuestos a riesgos laborales durante más tiempo, aumentando con ello la posibilidad de contraer enfermedades relacionadas con el trabajo, por ejemplo, aquellas causadas por exposición prolongada a ciertos químicos o al ruido.

Los siniestros según los sectores

En cuanto a ramas de actividad, el sector servicios es el que registra un mayor número de muertes laborales (porque en él se concentran la mayor parte de los trabajadores), y la gran mayoría de las personas mayores de 55 años (el 77%) se emplea en este sector, un porcentaje que, sin embargo, no varía significativamente para el resto de los grupos de edad, de hecho sería más elevado en el caso de los menores de 25 años (el 83%). Si contemplamos al total de trabajadores del sector servicios, incluyendo todas las edades, observamos una proporción de personas sénior del 20,9% (que se corresponde con el 21% de personas ocupadas sénior a nivel general, con lo que no habría una sobrerrepresentación de los sénior en este sector).

Donde sí se observa una sobrerrepresentación de las personas sénior es en el sector agrícola, que es, proporcionalmente, el que tiene una mayor siniestralidad (mayor ratio de muertes por número de trabajadores). Así, los mayores de 55 años alcanzarían el 27,7% del total de trabajadores en la rama agrícola (son el 21% de los ocupados, como hemos mencionado). El sector agrícola exige una importante carga física debido a razones inherentes a las funciones (trabajo manual intensivo, movimientos repetitivos como agacharse, levantarse, cargar, etc), uso de herramientas y maquinaria, largas jornadas, etc. Además, las condiciones climáticas pueden convertirse en un hándicap añadido.

La construcción, por su parte, sería la segunda rama de actividad, en proporción, con mayor siniestralidad (insistimos en que si hablábamos de número de muertes, el sector servicios lideraría el ranking). El 6,4% de los mayores de 55 años se emplean en esta área y representan el 20,6% de los profesionales de este sector, tampoco existiría sobrerrepresentación, pero sí cabe señalar que los menores de 25 años ocupados en la construcción están muy por debajo de este 20,6%, alcanzando apenas el 3%.

Recetas para disminuir la mortalidad laboral

La receta para reducir la mortalidad en el trabajo, y especialmente entre las personas sénior, pasa necesariamente por un mayor refuerzo de la función de Prevención de Riesgos Laborales (PRL) en las tareas que exigen un mayor nivel de actividad física (independientemente del sector), así como promover programas de vigilancia que garanticen el adecuado estado de salud físico y mental de los profesionales, a medida que cumplen años. En esta línea, es necesaria una mirada más crítica, que analice y contemple los riesgos laborales menos evidentes, aplicando las medidas necesarias para mitigarlos y erradicarlos.

Algunas de las prácticas que han de fortalecerse son las siguientes:

1.- Reevaluación de riesgos laborales y promoción de la salud. El aumento de la edad media de las plantillas exige renovar y actualizar de forma permanente el plan estratégico de Prevención de Riesgos Laborales, incluyendo, en cada posición, posibles riesgos derivados del envejecimiento de los trabajadores.

2.- Plan estratégico de PRL para los trabajadores de más edad. Diseño de un plan que contemple la edad como un factor de riesgo para el ejercicio de determinadas funciones y/o posiciones, protegiendo a los trabajadores sénior, promocionando las actividades y elecciones saludables o reforzando los programas de vigilancia de la salud a partir de los 55 años.

3. - Vinculación de carrera profesional con trayectoria vital. El envejecimiento de la fuerza laboral exige a las compañías reevaluar los riesgos laborales que afectan de manera directa a la edad, adecuando los puestos de trabajo y las funciones a las necesidades de los trabajadores sénior. La idea de vincular carrera profesional con trayectoria vital exige contar con instrumentos y recursos que permitan desarrollar el trabajo en las mejores condiciones en cada etapa de la vida profesional. Para ello, será necesario adaptar determinados puestos de trabajo, aplicando conocimientos ergonómicos para su personalización.

- Si el empleo implica, por ejemplo, el manejo de cargas, habrán de adoptarse medidas en línea con una mayor frecuencia del tiempo de descanso, la rotación en las tareas o el paulatino tránsito del profesional sénior hacia competencias estratégicas, de control y gestión, para dar el relevo a trabajadores más jóvenes.

- Ajustes ergonómicos personalizados que tengan en cuenta las necesidades de los más sénior (por ejemplo, garantizando las sillas con soporte adecuado, herramientas más ligeras, ajustes en la altura de los lugares de trabajo para reducir estrés físico y mental…).

4.- Formación y capacitación continua, específica para cada posición, que mantenga al día a los trabajadores más veteranos, de cara a que aprendan correctamente los nuevos procedimientos y sepan manejar la nueva maquinaria empleada, siempre de forma segura.

5.- Modernización de los sectores intensivos en mano de obra, incrementando la economía digital y promoviendo el desarrollo de las nuevas tecnologías, que puedan automatizar ciertas tareas y reducir los esfuerzos físicos.

6.- Flexibilidad. Es fundamental para todos los trabajadores, y por supuesto también para los sénior, que pueden tener mayores problemas de salud o responsabilidades familiares (cuidado de padres, hijos, etc). La flexibilidad reduce el estrés y la fatiga y mejora la satisfacción del trabajador, disminuyendo, por tanto, la posibilidad de errores derivados del cansancio y la desmotivación.

Por supuesto, no pueden olvidarse los riesgos más evidentes derivados del ejercicio profesional, como los trabajos con maquinaria, el empleo de herramientas manuales o el manejo de sustancias tóxicas. Es fundamental asegurar el suministro y empleo de equipos de protección personal en los casos que sea necesario, así como el mantenimiento regular de equipos y maquinarias para garantizar su seguridad. 

Sobre el autor:

Fundación Adecco