Mariola Báez
Consejos
¿Cómo levantar del suelo a una persona mayor que se ha caído?
Es importante seguir unos consejos que eviten nuevas lesiones o el agravamiento de las existentes
El Ministerio de Sanidad (@sanidadgob) recuerda que las caídas son la principal causa de lesiones en los adultos mayores y que, a medida que avanzan los años, las probabilidades de sufrir una aumentan.
Mantenernos activos, haciendo ejercicios que potencien la flexibilidad y el equilibrio, y establecer medidas básicas que hagan del hogar un entorno seguro son dos de las claves para minimizar el riesgo de caídas. Pero, aun así, éstas pueden ocurrir y es importante actuar de manera correcta al intentar volver a ponernos en pie, solos o con ayuda de alguien, para que los daños sean los menos posibles.
¿Cómo actuar ante una caída?
Perder los nervios y estresar, quizá con nuestro elevado tono de voz, a la persona que está en el suelo o moverla bruscamente, con la buena intención de prestar ayuda lo antes posible, puede agravar la situación. En este sentido, es muy importante seguir los consejos que indica SAMUR – Protección Civil (@SAMUR_PC) sobre cómo actuar ante una emergencia que implique que una persona ha sufrido algún daño. Aunque no siempre resulte fácil, es básico mantener la calma y realizar dos acciones simples antes de iniciar cualquier maniobra de levantamiento:
- Comprobar que el entorno es seguro, por ejemplo, retirando cualquier objeto o sustancia próxima al accidentado que pudiera causar un daño mayor a él o a la persona que intenta ayudar.
- Hacer una primera valoración tanto de los signos vitales, consciencia y respiración, como de las posibles heridas, fijándonos especialmente en si existe sangrado o hemorragia y en si se observa alguna deformidad que indique una posible fractura. Esta información resultará de vital importancia si la lesión es grave y debes llamar inmediatamente a emergencias 112.
Lo que hay que hacer (y lo que no)
Si la caída parece grave, porque hay pérdida de conocimiento y respiración débil o ausente, no intentes levantar a la persona accidentada. Colócala en posición de seguridad (tumbada sobre un costado, con la pierna superior flexionada y uno de los antebrazos debajo de la cabeza) y pide ayuda. Si, afortunadamente, el golpe no requiere atención urgente, pero la persona mayor no puede levantarse por sí misma, tendrás que ayudarle siguiendo una serie de pasos que eviten incrementar el daño y supongan una protección para ti, porque puede que, al querer auxiliar con rapidez, acabes con una contractura muscular o con una lesión en tu espalda.
Lo primero que debes tener claro es que nunca hay que tirar de los brazos de la persona accidentada en el intento de levantarla. Tampoco manipules, en ningún supuesto, su cabeza o cuello para lograr que se incorpore lo antes posible.
Para un levantamiento seguro, haz que la persona se tumbe totalmente boca arriba, con los brazos estirados, y busca dos puntos de apoyo. Como explica Cristina García Vila, terapeuta ocupacional del Hospital Virgen de la Torre de Madrid (@SaludMadrid), lo ideal es recurrir a dos sillas, garantizando que no se van a deslizar y que van a poder con el peso de una persona que se apoye en ellas. La maniobra que tendrás que realizar, paso a paso, es la siguiente:
- Coloca una de las sillas a los pies del accidentado y la otra a la altura de la cabeza.
- Sitúate detrás de la cabeza y pide a la persona que, poco a poco vaya levantando el tronco, puede que tengas que ayudarle empujando suavemente sus hombros o espalda. Es tu propio cuerpo el que va a servir de apoyo en el caso que al accidentado le cueste incorporarse o se vaya, en un momento dado, involuntariamente hacia atrás.
- Pídele que flexione ambas rodillas. El lesionado ya está sentado en el suelo, en posición segura.
- Toca iniciar el levantamiento. Haz que el herido tumbe ambas rodillas hacia un lado y coloca por delante de ellas sus dos brazos, apoyando bien las palmas de las manos en el suelo. Desde este punto, ayúdale a ir girando despacio mientras va levantando el trasero. La idea es que consiga quedar con palmas y rodillas apoyadas, es decir, a cuatro patas.
- Lo más difícil ya está hecho. Acércale una de las sillas para que apoye los antebrazos y, con tu ayuda y ese apoyo seguro, consiga incorporarse.
- Finalmente, según la movilidad de la persona puedes ayudarle a girar sobre sí misma para que se siente en la silla o bien si está agarrotada o demasiado dolorida, acercarle la otra para que pueda tomar asiento sin necesidad de hacer ese giro.
Si estás con otra persona, es decir sois dos para auxiliar, otra opción sencilla y segura es levantarlo con ayuda de una toalla. En este caso, haz que el accidentado se tumbe boca arriba, igual que en el supuesto anterior, y pasa la toalla por debajo de su cuerpo, a la altura de los omóplatos, para que los extremos de la toalla pasen por la axilas.
Haz que flexione las rodillas y colócate delante de sus piernas, bloqueándolas con las tuyas, tendrás que estar agachado procurando mantener tu espalda recta. La maniobra consiste en que, mientras tú tiras de la toalla, otra persona se sitúe detrás del accidentado y le ayude a elevar el tronco. Bien coordinados, entre los dos podréis levantarlo y buscar un punto de apoyo para que se recupere.
Si eres tú quien se ha caído y estás solo, también puedes intentar levantarte de la misma manera, es decir, tumbándote primero boca arriba, para girar sobre ti mismo y ponerte a cuatro patas. Desde esta posición, busca un punto de apoyo que no se mueva e intenta, descargando el peso de tu cuerpo en él, incorporarte lentamente.