Madrid

Ruta gastronómica por Manzanares, Patones, San Martín, Villarejo, Colmenar de Oreja y Nuevo Baztán

Antonio Castillejo

Lunes 20 de marzo de 2023

22 minutos

Un recorrido por once villas singulares, que destacan por su imprescindible patrimonio cultural

Ruta por las Villas de la Comunidad de Madrid, sus productos típicos y sus cocinas (I)
Antonio Castillejo

Lunes 20 de marzo de 2023

22 minutos

La ruta por las Villas de la Comunidad Madrid es un recorrido de once destinos singulares, que destacan por su imprescindible patrimonio cultural, que se reparten por distintas comarcas de la geografía madrileña y están rodeadas de paisajes tan diversos como páramos, campiñas y alcarrias, piedemontes, lomas y dehesas, así como los paisajes de alta montaña de Guadarrama y Somosierra.

Todas las Villas mantienen intacta su autenticidad rural sin por ello dejar de ofrecer al visitante una cuidada infraestructura turística de calidad preparada para satisfacer las necesidades de quienes se acercan a visitarlas.

Villas de Madrid, es un programa promovido por el Gobierno regional que tiene como objetivo promocionar los recursos que ofrecen municipios de menos de 20.000 habitantes diversificando de esta forma el flujo de turistas hacia áreas menos visitadas de la Región y dando visibilidad a localidades que tienen menos oportunidad de dar a conocer sus recursos culturales o naturales

Pero es que además, esta ruta permite conocer y disfrutar de los productos y gastronomía típicos de cada uno de las once localidades que a lo largo de dos entregas proponemos visitar: Manzanares El Real, Patones, San Martín de Valdeiglesias, Torrelaguna, Villarejo de Salvanés, Buitrago del Lozoya, Chinchón, Colmenar de Oreja, Navalcarnero, Nuevo Baztán y Rascafría.

Manzanares El Real

La villa de Manzanares el Real se alza al pie de la majestuosa sierra de Guadarrama, muy cerca de esa maravilla natural que es La Pedriza que forma parte del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, lugar emblemático para los amantes de la escalada y el senderismo.

El patrimonio cultural e histórico de la localidad, que desde no hace mucho se ha visto incrementado por el descubrimiento de hallazgos arqueológicos entre los que cabe destacar unas pinturas rupestres de valor incalculable, pasa por la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves y la Ermita de Nuestra Señora de la Peña Sacra

La iglesia fue fundada a principios del siglo XIV, bajo la protección del primer Marqués de Santillana si bien, a finales del siglo XV fue modificando el pórtico, trasladándose del lado norte al lado sur. Su estilo mezcla el románico con el gótico en este templo de tres naves separadas por arcos con una torre de tres cuerpos.

Por su parte, la Ermita de Nuestra Señora de la Peña Sacra es una construcción del siglo XVI, a la que fueron adosadas dependencias posteriores en el XVII y desde donde se domina una tan amplia como bella panorámica de la siempre imprescindible Pedriza.

Pero sin lugar a dudas, la gran joya que guarda Manzanares el Real es el Castillo de los Mendoza, el espectacular emplazamiento elegido en 1982 para la celebración del acto de constitución de la Asamblea de Parlamentarios de Madrid y para el nombramiento de la ponencia redactora del Estatuto de su Autonomía.

Erigido sobre una ermita románico-mudéjar que hoy se mantiene erguida, el palacio-fortaleza de los Mendoza es el mejor conservado de la Comunidad de Madrid. Las obras de este bellísimo conjunto de grandes ventanales de arcos de medio punto dieron comienzo en 1475.

Castillo de Manzanares el Real Wikipedia

Consta de patio rectangular y dos galerías sobre columnas octogonales. El edificio del castillo tiene cuatro torres en sus vértices, adornadas con unas bolas del más puro estilo isabelino y sobre el adarve meridional la galería de traza flamígera los antepechos están decorados a base de punta de diamante.

Todo el castillo está circundado por una barbacana cuyas saeteras llevan esculpidas en bajo relieve la cruz del Santo Sepulcro de Jerusalén, por el título que gozó Pedro González de Mendoza. Además, el castillo alberga un museo de los castillos españoles y es sede de una importante colección de tapices.

Por lo que respecta a la exquisita cultura gastronómica de la zona, conviene recordar que se remonta a mucho tiempo atrás, a los días en que la Cuenca Alta del Manzanares era fundamentalmente ganadera. La incomparable calidad de los pastos de este entorno natural fue ya entonces una de las claves del sabor y la ternura de sus carnes, de la 'Carne de la Sierra de Guadarrama' con Indicación Geográfica Protegida (IGP).

Sello IGP de la 'Carne de la Sierra de Guadarrama'

Esta carne es de las razas Avileña-Negra Ibérica, Limusina, Charoles y sus cruces. La raza Avileña-Negra Ibérica es una raza autóctona que se caracteriza por la excelente calidad de su carne y que es originaria de las zonas de montaña del centro de la Península. El porcentaje de Avileña-Negra Ibérica es significativo alcanzando el 60 % de las vacas madres. Además, la experiencia de décadas ha venido demostrando la perfecta adaptación de las razas Limusina y  Charolesa a la zona geográfica de esta IGP.

Dentro de la IGP 'Carne de la Sierra de Guadarrama' existen tres tipos: la ternera, el añojo y el cebón. En cualquier caso, sea cual sea el tipo elegido, la 'Carne de la Sierra de Guadarrama', siempre es sinónimo de acierto y excelencia como lo garantiza su pertenencia al sello de alimentos 'M Producto Certificado' que avala su excepcional calidad.

Patones

Al nordeste de la Comunidad de Madrid se encuentra Patones que se reparte entre las localidades de Patones de Arriba y Patones de Abajo en la que se encuentra la sede del ayuntamiento. La primera de ellas es un maravilloso ejemplo de la arquitectura negra de pizarras de esta Región y, de hecho, debido a su importancia como patrimonio cultural y a su estupendo estado de conservación fue declarada bien de interés cultural. Un verdadero museo al aire libre.

Patones de Arriba ofrece una de las muestras más representativas de este tipo de arquitectura en la Comunidad de Madrid. Mediante esta denominación se conoce un tipo de arquitectura rural que emplea como elemento constructivo principal la pizarra,  roca muy abundante en la zona. Casi todos los edificios de Patones de Arriba están levantados con este material, incluso las construcciones y reconstrucciones llevadas a cabo en las últimas décadas del siglo XX.

patones de arriba calles

El entorno de Patones está habitado desde tiempos inmemoriales, de hecho recientemente se han encontrado importantes restos arqueológicos en la localidad, los más importantes en la Cueva del Reguerillo, pero además también cuenta con un castro carpetano del siglo II a.C.

No obstante, Patones como tal tardaría un siglo en llegar puesto que las primeras noticias fiables sobre la localidad se remontan al año 1555 cuando Patones de Arriba ya existía, tenía siete vecinos, y era dependiente de Uceda.

No obstante, como curiosidad histórica debemos recordar que hubo reyes de Patones y que fue un título hereditario hasta 1750, año en que se decidió que se empezara a nombrar alcalde. Así lo demuestra Antonio Cantó que en su Guía de la provincia de Madrid dejó escrito lo siguiente: "Yo llegué a presenciar en el salón de Otoño de año 1925, un cuadro que representaba al último rey de Patones, con capa parda hasta los pies, a, modo de manto real y un sombrero calañés ciñendo sus sienes en sustitución de la corona, guiando un borriquillo".

Aparte de su magnífica arquitectura negra de la que ya dimos referencia más arriba, también conviene visitar en Patones la Iglesia de San José levantada en 1653 y que hoy en día está dedicada a exposiciones. La Ermita de la Virgen de la Oliva, del siglo XII y que se encuentra a unos cuatro kilómetros del casco urbano y es de estilo románico-mudéjar.  Y el yacimiento arqueológico del Castro Dehesa de la Oliva que es de origen prerromano, sus pobladores vieron transformados sus modos de vida y costumbres con la conquista romana, y convertido su castro en una ciudad planificada dotada de calles, infraestructuras hidráulicas y edificios públicos que tras su abandono fue utilizado como necrópolis entre los siglos V y VI d. C

Por lo que a su cocina se refiere, en los no pocos restaurantes de Patones se puede degustar algunas de las especialidades más apreciadas de esta zona.

Ahí están para demostrarlo las migas con uvas, una preparación de origen pastoril que es elaborada principalmente con pedazos de la miga de pan de hace varios días tostadas y acompañadas de carnes y verduras picadas, además claro está, de las uvas.

Migas con uvas

Otro plato imprescindible es la sopa castellana, una receta tradicional que ha perdurado  por lo deliciosa, energética y reconfortante que es, especialmente cuando hace frío, pero, también, gracias a que nuestras madres y abuelas nos han ido traspasando sus artes culinarias para hacer con tan solo cuatro alimentos, pan, huevos, ajo y jamón, un plato muy grande.

Todo ello sin olvidar el cordero asado hecho en horno de leña tradicional, con ingredientes muy básicos para que prevalezca, en todo momento, el sabor de la propia carne.

San Martín de Valdeiglesias

La villa de San Martín de Valdeiglesias está situado en el extremo occidental de la Región lindando con las provincias de Ávila y Toledo. Aún contando con vestigios anteriores su entrada en la historia comienza en el siglo XIII, cuando se formó una pequeña aldea alrededor de una ermita bajo la advocación de San Martín de Tours en consonancia con los intereses del monasterio de Santa María de Valdeiglesias, en el actual Pelayos de la Presa, que fue el verdadero impulsor y aglutinador de la colonización de todo el valle de Valdeiglesias.

De entre todas las aldeas pertenecientes a dicho monasterio, fue la de San Martín la que más se desarrolló. En algún año del siglo XIV los monjes le dieron el título de villa, con fuero y privilegios.

La localidad tuvo gran esplendor en la Edad Media y esto se refleja en su casco urbano. Se levanta en la ladera de un cerro, resultando un entramado de calles en cuesta, y en la cima del cerro destaca la silueta del viejo castillo. La ciudad así configurada resultaba fácilmente defendible en otras épocas.

En 1430 se produjo una revuelta campesina contra el monasterio, lo que fue aprovechado por Álvaro de Luna, primado de Juan II y Condestable de Castilla para finalmente poner a San Martín de Valdeiglesias bajo su señorío en 1434.

Su castillo de la Coracera data del siglo xv, siendo algo posterior al momento de posesión de San Martín de Valdeiglesias por parte de Álvaro de Luna. Su denominación proviene de uno de sus propietarios, Juan Antonio Corcuera. Fue una errata en un folleto publicitario de los años setenta la que dio origen a su actual denominación. En él destaca la fachada renacentista del patio de armas y el cuerpo adosado a la torre del homenaje. 

Castillo de la Coracera

También merece la pena visitar las ermitas del Ecce Homo, de Nuestra Señora de la Salud, del Rosario, de la Sangre y del Santísimo Cristo del Humilladero, y la iglesia renacentista de San Martín Obispo de estilo herreriano.

De la belleza y particularidad de San Martín de Valdeiglesias da idea el hecho que en esta localidad se rodado varias escenas de películas de cine com o es el caso de 'Solo para tus ojos', de la saga de James Bond, 'La ardilla roja' de Julio Medem o 'El oro de Moscú' de Jesús Bonilla.

Pero además, esta es tierra de buen vino. Ya Miguel de Cervantes habló de los magníficos vinos de la localidad en varias de sus obras y en el primer capítulo de 'El Capitán Alatriste' de Arturo Pérez Reverte también se menciona al vino de San Martín de Valdeiglesias. Incluso se dice que el famosísimo cuadro de 'La Vendimia' que pintara Goya representa a San Martín de Valdeiglesias.

Se han cumplido ya más de tres décadas, concretamente desde el año 1990, de la Comunidad de Madrid posee la Denominación de Origen (D.O.) 'Vinos de Madrid' y el Consejo Regulador de esta D.O. abarca cuatro zonas vitivinícolas, cuatro regiones de vino en la Comunidad de Madrid: San Martín de Valdeiglesias, al suroeste de esta autonomía; Navalcarnero al sur; Arganda al sureste; y El Molar al norte, porque la región de Madrid es tierra de vinos.

La subzona de San Martín de Valdeiglesias, la más occidental de la región madrileña, abarca nueve términos municipales sobre los que se distribuyen las 12 bodegas inscritas en la D.O. Vinos de Madrid. Todas ellas agrupan el 22% del viñedo inscrito con el 25% de la producción total anual elaborada por no más del 15% de los productores.

Vinos de Madrid. Foto  Comunidad de Madrid

Los nueve términos de esta subzona son, además de San Martín de Valdeiglesias, Cadalso de los Vidrios, Cenicientos, Colmenar del Arroyo, Chapinería, Navas del Rey, Pelayos de la Presa, Rozas de Puerto Real y la Villa del Prado.

Son estos unos vinos de cuerpo intenso, afrutados y con estructura, donde las garnachas son muy suaves en boca y los tempranillos potentes y redondos, ideales para acompañar uno de los platos más típicos de la zona, las patatas revolconas, ese puré de patatas al que se da sabor con el pimentón que le transmite su color rojo y que se culmina con unos torreznos fritos que para lograr el perfecto contraste de sabores y texturas.

Villarejo de Salvanés

En la comarca de Las Vegas nos encontramos con nuestra siguiente villa de la Comunidad de Madrid, Villarejo de Salvanés. La primera vez que se tiene noticia de esta localidad es en el año 1099 cuando Alfonso VI de León dona el valle de Salvanés a la Iglesia de Toledo en un Privilegio Real y fue a finales del siglo XV cuando la Encomienda de Villarejo de Salvanés pasó a ser Cabecera de la Encomienda Mayor de Castilla en la Orden de Santiago.

Villarejo de Salvanés fue declarado Conjunto Histórico en 1974, por la relevancia histórica de su patrimonio monumental, en el que destaca la Casa de la Tercia, Santuario de Nuestra Señora de la Victoria, la Iglesia de San Andrés Apóstol y la Torre del Homenaje o Castillo de Villarejo de Salvanés que formó parte de la fortaleza de la Orden Militar de Santiago

Esta Torre del Homenaje o Castillo constituye una muestra arquitectónica única en España y está integrada dentro del Conjunto Histórico-Artístico de la localidad. Formaba parte del sistema defensivo que protegía el paso por el antiguo Camino de Toledo así como por la llamada Senda Galiana, una calzada romana que enlazaba la Galia con Hispania y estuvo en uso durante la Edad Media. 

Castillo de Villarejo de Salvanés Wikipedia

El castillo de Villarejo de Salvanés fue sede del Tribunal Especial de las Órdenes Militares y, en el siglo XIX, acogió como refugiado a Juan Martín Díez 'El Empecinado', héroe de la Guerra de la Independencia Española, además de convertirse en el punto de origen de uno de los fracasados levantamientos del general Prim cuando el 3 de enero de 1866 se sublevó contra el gobierno de O'Donell  y el régimen isabelino.

Por su parte, la ​Casa de la Tercia fue construida por la Encomienda Mayor de Castilla en el siglo XVI. Su nombre es debido a que en su interior se guardaba la tercia (tercera) parte de los tributos para el uso personal del Comendador. Consta de dos plantas y un patio de columnas, además de unas cuevas con tinajas de gran tamaño que servían como almacenamiento del vino de los comendadores. Existen unas galerías subterráneas que la comunican con la iglesia y el castillo. Fue también alojamiento de los primeros Comendadores Mayores  y albergó la imagen de la patrona del municipio, la Santísima Virgen de la Victoria de Lepanto.

El Santuario de Nuestra Señora de la Victoria se empezó a construir en 1573 en memoria de la victoria conseguida en la batalla de Lepanto del 7 de octubre de 1571 contra los turcos a instancia de Luis de Requesens que tuvo una actuación fundamental en Lepanto y fue comendador mayor de Castilla en la Orden de Santiago además de militar, marino y diplomático, mentor de don Juan de Austria, hermano ilegítimo del emperador Carlos I, y por tanto hermano de Felipe II.

Luis de Requesens había acompañado a Juan de Austria durante la rebelión de las Alpujarras y fue su primer lugarteniente en Lepanto. En la batalla naval pidió la intercesión de la Virgen del Rosario para salir victorioso de la contienda, prometiendo que de ser así le dedicaría un convento en Villarejo de Salvanés para su honra.

Dos tradiciones distintas nos hablan del origen de la imagen. Una dice que la talla iba en la embarcación de Requesens. Otra, que era la imagen ante la que el papa San Pío V rezó en Roma durante el desarrollo de la batalla. El caso es que la Madre de Dios recibió el nombre de Victoria de Lepanto.

El convento se reformó en estilo barroco durante el siglo XVII y en la actualidad contiene una importante biblioteca. Se trata de un templo de planta de cruz latina y bóveda de cañón con lunetos. El claustro del convento y las dependencias que albergaron a los frailes, salvo la sala capitular, fue convertido en los años 70 del pasado siglo en un Instituto de enseñanza profesional.

La iglesia parroquial de San Andrés Apóstol data del siglo XIV. Sufrió graves daños a lo largo del siglo XX, durante la Guerra Civil y en un terremoto registrado en 1969, pero fue completamente restaurada en los años 80. Consta de un ábside poligonal con altos contrafuertes, que la hacen similar al castillo. Es de una sola nave y tiene dos capillas laterales, sacristía y torre, rematada por un chapitel de pizarra que fue repuesto recientemente y en su fachada principal observamos un frontón con un escudo de la  Orden de Santiago.

Y después de la visita a Villarejo de Salvanés conviene reponer fuerzas empezando por un vino con Denominación de Origen Vinos de Madrid producido en la localidad.

Pero además, no se puede olvidar que Villarejo de Salvanés tiene uno de los mayores olivares de la Comunidad de Madrid y sin duda merece la pena probar su aceite virgen extra de excelente calidad.

El aceite intervenido en Extremadura por presunto fraude en el etiquetado asciende a 65.000 litros. Europa Press  aceite oliva

De hecho, los amantes de los caldos pueden apuntarse a visitas concertadas a bodegas y almazaras para conocer de primera mano cómo es la producción de vinos y aceites.

Por último hay que recordar que siempre es buen momento para ir de tapeo por Villarejo. Además, a la hora de saborear sus platos más típicos y representativos, no pueden faltar las gachas, el conejo al ajillo, las patatas con conejo, los asados de cordero o las judías con perdiz.

Y por lo que a los postres se refiere los más tradicionales en Villarejo de Salvanés con las torrijas, las cañas, las pastafloras y, sobre todo, las famosas rosquillas de la Tía Javiera, aclarando que la Tía Javiera es un personaje del imaginario colectivo madrileño inspirado en una pastelera del siglo XIX que se hizo famosa vendiendo rosquillas en las fiestas. 

Colmenar de Oreja

A 50 kilómetros de Madrid Capital, en el sureste de la Región y situado en la meseta hidrográfica de los ríos Tajo y Tajuña, nos encontramos con la villa de Colmenar de Oreja ubicada en plena comarca de Las Vegas.

A pesar de que los primeros asentamientos humanos en Colmenar de Oreja corresponden a la segunda Edad del Hierro, su historia está ligada al cercano castillo de Oreja, una fortaleza de origen prerromano cuyos restos se hallan a unos kilómetros de la localidad, en la provincia de Toledo. Se trata de un castillo localizado en un enclave estratégico para controlar el río Tajo. Pero fue en el año 1440 cuando Colmenar de Oreja adquirió el rango de villa, pasando por ella la corte itinerante de los reyes castellanos. 

El casco urbano de la localidad está declarado desde 2013 Bien de Interés Cultural y no es pàra menos si se considera el patrimonio histórico que alberga.

Ahí está para demostrarlo su justamente alabada Plaza Mayor, una de las plazas mayores porticadas más bellas de la Comunidad de Madrid, en ella el tiempo parece haberse detenido. Su edificación comenzó en 1676 y cuando se terminó en 1794 se convirtió en un magnífico ejemplo de las típicas plazas porticadas castellanas e integró en ella la Casa Consistorial.

PLAZA COLMENAR DE OREJA. FOTO COMUNIDAD DE MADRID

Su paño sur da a un majestuoso conjunto arquitectónico conformado por los Jardines de Zacatín, la boca del túnel de piedra del mismo nombre que cruza bajo la plaza de parte a parte y los abrevaderos. Este espacio ha sido el marco de multitud de películas y series televisivas y en las fiestas populares que se celebran tanto en mayo como en septiembre, se instala allí una plaza de madera portátil con tendidos para celebrar actos taurinos.

Realmente, la Plaza Mayor es una seña de identidad de Colmenar de Oreja, pero no la única y para comprobarlo solo hace falta acercarse al Museo Ulpiano Checa, el pintor, escultor y cartelista natural de esta localidad madrileña. Allí el visitante se encontrará con la más amplia colección de la obra del artista, en gran parte pintura histórica de finales del siglo XIX, pintura orientalista y obra de género.

A apenas 100 metros de la Plaza Mayor y con murales pintados por el propio Ulpiano Checa se encuentra la Iglesia de Santa María la Mayor, construida por la Orden de Santiago en el segundo tercio del siglo XIII y que fue ampliada durante la segunda mitad del siglo XVI.

Otro importante ejemplo de la arquitectura religiosa de esta villa es la ermita del Santísimo Cristo del Humilladero que agrupa distintas construcciones en distintas épocas como una preciosa capilla del siglo XVI con planta en forma de cruz latina y una pequeña cúpula sobre el crucero, a la que después añadieron un camarín, una sacristía y unas habitaciones para el capellán.

El convento de la Encarnación del Divino Verbo pertenece a las monjas Agustinas Recoletas y se conoce en Colmenar de Oreja con el nombre de Convento de las Monjas. Está compuesta por tres cuerpos y un huerto. Construido a mediados del siglo XVII, fue fundado en 1636 por el Consejero de Indias Diego de Cárdenas.

Pero hablar de Colmenar de Oreja es hacerlo también de sus vinos. Antiguamente, en las grandes y medianas casas grandes de labranza de esta localidad madrileña no solía faltar la bodega y de hecho llegaron a ser alrededor de 150.

Era precisamente en su famosa Plaza Mayor donde se pisaba la uva, la propia y la ajena que se admitía en compra o en cambio de forma que el bodeguero sin uva propia era la excepción como también lo era el que tan sólo elaboraba su propia uva.

Hay constancia de que ya en 1873 los vinos y aguardientes de Colmenar de Oreja, que cosechaba cerca de 300.000 arrobas de uva anuales, se exportaban con gran demanda a Madrid, Aranjuez y Toledo y recibieron numerosos premios y galardones como los de la Exposición Vinícola de Madrid de 1879 o el de la Exposición Universal de París de 1890.

Pero además de por sus vinos, esta villa madrileña tiene justa fama por sus quesos y su aceite. El Queso de oveja de esta localidad tiene amplio reconocimiento entre los quesos de la Comunidad de Madrid. Un queso de 3 kilos precisa para su elaboración de unos 14,5 litros de leche de oveja de la que se separa la cuajada del suero antes de disponerla sobre los cinchos donde se somete a presión antes de ser llevada al saladero durante 48 horas y comenzar el proceso de secado con una curación mínima de dos meses. Además, los quesos añejos son madurados en cuevas de piedras excavadas en el suelo.

Viñedo en espaldera. Foto: Vinos de Madrid

Por lo que se refiere al aceite, el catastro del año 1750 da fe de que en Colmenar de Oreja existían 105 molinos de aceite de los que actualmente solo quedan dos, uno en mano de los agricultores en forma de cooperativa y el otro particular. El aceite se elabora manualmente con prensas de con olivas de la variedad cornicabra provenientes del propio Colmenar que se recogen a finales del mes de enero con el método de la varea dando lugar a un oro líquido ideal en crudo para ensaladas y también para cualquier tipo de fritos.

Nuevo Baztán

A 50 kilómetros de la capital de la  Comunidad de Madrid, en la comarca de la Cuenca del Henares se encuentra la villa de Nuevo Baztán. Su casco histórico comenzó a surgir en el periodo que va desde 1709 a 1713 como residencia de los obreros de una fábrica de vidrio fundada por el político y empresario Juan de Goyeneche y Gastón, natural de la localidad navarra de Arizkun, en el corazón del Valle de Baztán, de ahí el nombre de la localidad madrileña. 

Goyeneche compró unas tierras cercanas a la actual Olmeda de las Fuentes y las convirtió en el complejo industrial más avanzado de su tiempo, precursor de la gran tarea de modernización e industrialización de España emprendida por los primeros Borbones y antecedente, además, de las futuras reales fábricas borbónicas.

Punto fuerte del patrimonio cultural de Nuevo Baztán es el Palacio de Goyeneche, lugar de residencia del fundador. Se trata de una construcción de planta rectangular elevada en dos alturas. El edificio se desarrolla en torno a un patio en forma de claustro con arcos de medio punto en el nivel inferior y rebajados en el superior.

Además, el edificio se encuentra adosado a la iglesia y tiene una torre, la Torre de Palacio. Tanto la entrada como las ventanas ostentan el escudo del valle de Baztán que consiste en un juego de ajedrez concedido por Sancho VII el Fuerte tras el heroico comportamiento de los baztaneses en la batalla de las Navas de Tolosa del año 1212 considerada como la más importante de la Reconquista.

Nuevo Baztán Turismo de Madrid

El templo adosado al palacio ocupa el ala sur de la edificación y es la iglesia de San Francisco Javier. Tiene dos torres acabadas en chapiteles y su interior destaca por su profusa decoración, especialmente en lo que respecta al retablo del altar mayor, obra de José Benito de Churriguera, de quien recibió el nombre el estilo churrigueresco.

Papel importante en el entorno urbano de Nuevo Baztán juegan sus plazas. La Plaza de la Iglesia, también llamada Plaza del Jardín o Plaza Mayor, se extiende frente a la fachada principal del palacio e iglesia. Tiene planta cuadrangular y, en su punto central, se ubica la Fuente de los Tritones, denominada así por tener como ornamento tres de estos anfibios.

La Plaza de las Fiestas es conocida también como plaza de toros, porque en ella se celebraban festejos taurinos. Es de planta rectangular y se encuentra junto a la fachada posterior del palacio e iglesia, que conforman la cara occidental del recinto. Sus lados septentrional y oriental están delimitados por las Casas de Oficios, cuya fachada, en esta parte, está formada por una balconada con arcos.

Por último, la Plaza del Mercado o del Secreto está situada al sur del núcleo central y cumplió antaño una función comercial. Con posterioridad a su construcción, fueron añadidos un escalón lateral y una fuente.

Y tras la visita cultural, la gastronómica porque a su oferta monumental, Nuevo Baztán añade una buena muestra de su cocina con el  cordero como plato estrella, y los quesos y verduras de la zona como acompañamiento perfecto.

Cordero segureño asado con patatas y pimientos. Foto: Murcia turística

De postre, podemos probar algunos dulces típicos, como los repápalos, un dulce elaborado con vino y canela también conocidos por ello como bollos de leche o borrachitos.

Otra especialidad típica de esta villa madrileña son los puches un tipo de gachas dulces que se comían tradicionalmente durante la noche de Todos los Santos y que se elaboran con harina, azúcar, aceite y agua además anís dulce, anís en grano molido y ralladura de naranja.

Sobre el autor:

Antonio Castillejo

Antonio Castillejo

Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.

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