El río Segura nace en la sierra de Segura, a 5 kilómetros de Pontón Bajo, en una pequeña aldea llamada Fuente Segura, en el municipio jienense de Santiago-Pontones y discurre, a lo largo de 325 kilómetros hasta su desembocadura en la localidad alicantina de Guardamar del Segura, por las provincias de Jaén, Albacete, Región de Murcia y Alicante.
Cuando el Segura llega a la Región de Murcia comienza su curso medio y en esta zona el lecho se sitúa a una altura inferior a los 200 metros sobre el nivel del mar pese a que queda todavía un largo tramo hasta su desembocadura, de ahí que el recorrido sea sinuoso, formando meandros, y que las aguas discurran lentas ya desde la Vega Alta.
Dentro de la Región de Murcia, los municipios que atraviesa el río Segura se encuentran en las comarcas de la Vega Alta, Vega Media y Huerta de Murcia y las poblaciones más destacadas que atraviesa son de norte a sur: Calasparra, Cieza, Abarán, Blanca, Ojós, Ulea, Villanueva del Río Segura, Archena, Lorquí, Ceutí, Las Torres de Cotillas, Molina de Segura, Alcantarilla, Murcia y Beniel.
Hoy realizaremos una ruta que nos llevará a estas 15 localidades, que hemos dividido en dos entregas, para conocer su patrimonio cultural y su gastronomía. En esta segunda etapa visitaremos Archena, Lorquí, Ceutí, Las Torres de Cotillas, Molina de Segura, Alcantarilla, Murcia y Beniel.
Archena
Dentro de la Región de Murcia, Archena está ubicada en la comarca natural del Valle del Ricote. Se trata de un territorio poblado desde época íbera como atestigua su yacimiento de Cabezo del Tío Pío que en tiempos del imperio romano se convirtió en tremendamente popular gracias a sus famosos baños termales de los que ya entonces se disfrutaba.
El Balneario de Archena es un complejo de edificaciones, la mayoría del siglo XIX, donde destaca el ecléctico Hotel Termas con su interior de estilo mozárabe, el Casino de estilo neo renacimiento que se levantó en 1878 y la Ermita del Balneario, actual Santuario de Nuestra Señora de la Salud, patrona de Archena, obra del arquitecto José María Aguilar.
Además de para aprovechar sus baños termales, Archena es un lugar perfecto para disfrutar uno de los platos más típicos del Valle del Ricote, el arroz empedrao o, como se conoce comúnmente en los hogares murcianos, arroz con habichuelas. Se trata un arroz, elaborado en paella, muy diferente, sin carne, pero con ingredientes que lo hacen original y muy sabroso que se elabora con alubias, arroz, coliflor, berenjena, ajos tiernos, patata, habas tiernas, alcachofas, judías verdes, tomate grueso, bacalao torrado, pimentón, azafrán y sal.
Lorquí
Tras Archena, en la comarca de la Vega Media del Segura nos encontramos con Lorquí, una hermosa localidad de la Región de Murcia en la que es preciso visitar la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, construida en el siglo XVIII según los cánones barrocos por Pedro Gilabert.
El templo cuenta con destacadas imágenes de Francisco Salzillo como San José con el niño, el Nazareno y la Virgen de los Dolores. Allí se venera a la patrona del municipio, la Virgen del Rosario, al igual que a su patrón, Santiago Apóstol.
También destaca en Lorquí la denominada noria del Rapao, del siglo XVIII. Se trata de una rueda de elevación de aguas de grandes dimensiones, típica de la huerta murciana, que ha sido declarada monumento de Interés Artístico Nacional.
Por lo que a la cocina se refiere, Lorquí es el lugar perfecto para disfrutar con el pisto de la Vega Media, una delicia murciana elaborada con las joyas de su imprescindible huerta porque siendo el pisto tradicional de la Región de Murcia, como no podía ser de otra manera, es un plato típico huertano. Todos los platos de pisto tienen enormes similitudes, desde el pisto manchego a la ratatouille francesa, pero cada uno, por supuesto, tiene sus peculiaridades. El pisto de la Vega Media también tiene, cómo no, sus características propias.
Se trata de un pisto en el que desaparece el calabacín. Se elabora con berenjena, pimientos rojo y verde y tomates. Cada verdura se fríe primero por separado, antes de unirse en la sartén. Pero el ingrediente que le hace más peculiar es el huevo, que aporta su toque final y su característico color dorado.
Ceutí
Nuestra siguiente parada siguiendo el curso de las aguas del río Segura es Ceutí donde, como en el caso de Archena, los primeros signos de presencia humana se remontan a la época íbera como demuestra el yacimiento arqueológico de 'Cabezo del Catalán'.
Una vez en Ceutí es imprescindible conocer su espléndida Iglesia de Santa María Magdalena. La construcción del actual templo data de mitad del siglo pasado, cuando se decidió edificar un nuevo edificio en el mismo lugar que ocupaba el anterior.
Su fachada principal da a la Plaza Vieja y cuenta con la puerta principal, centrada en la propia fachada y encajada entre dos pares de capiteles de ladrillo visto y bajo un dintel rematado con un pináculo a cada uno de los lados sobre el que hay un relieve de la Virgen María. Encima de la puerta y escoltado por un conjunto de tres capiteles a ambos lados, hay un vitral circular policromado, en el que se representa a Santa María Magdalena en su centro.
La planta de la iglesia es de cruz latina con una nave central y dos laterales más pequeñas. La central es de medio punto y presenta una estructura en dos niveles formada por las arcadas que la separan de las naves laterales, compuestas por tres arcos de medio punto, y tres ventanas de un simple claristorio a cada lado. Sobre el crucero y sustentado sobre pechinas, cada una de ellas adornadas con frescos con la representación de los cuatro evangelistas, se eleva la cúpula de la iglesia y el tambor con ocho ventanas, ambos de planta circular.
Y tras la visita a la iglesia de Ceutí resulta más que recomendable probar una especialidad local, las auténticas gachasmigas murcianas cuyos ingredientes son harina, aceite de oliva, cabezas de ajo, sal y agua.
Al igual que los gazpachos y las tortas fritas, tienen su origen en la cocina árabe que tan aficionada era a las comidas elaboradas con harina. Su aspecto es de una tortilla con la costra dorada. Se suelen comer en la propia sartén y se forman regadas de generoso vino tinto y algunos aderezos agrios.
Las Torres de Cotillas
Desde Ceutí el río Segura nos lleva a Las Torres de Cotillas cuya historia siempre ha estado condicionada por su situación entre los ríos Mula y Segura, a los que sirve de separación, lo que hace que estas tierras sean muy fértiles cuya explotación se remonta a época romana, tal y como atestigua el yacimiento de las termas de La Loma.
En este bello rincón de la Vega Media del Segura es digna de visitar la Iglesia de Nuestra Señora de la Salceda, un templo que data de finales del siglo XVIII y que fue ampliado a mediados y finales del XIX, concluyendo su ampliación en el año 1902. Hablamos por tanto de un edificio datado en el siglo XVIII pero con diversas ampliaciones y reformas efectuadas en estos más de 200 años.
Durante la Guerra Civil la inmensa mayoría de las imágenes fueron destruidas, incluida la imagen de la patrona y se derribó la parte superior del campanario, pero tras la contienda se procedió a la rehabilitación de todo el edificio y finalmente, en el año 2005 se emprendió un proyecto de reforma y restauración de toda la edificación.
En su interior merecen ser visitadas la capilla de Nuestro Padre Jesús o la de los D´Estoup, donde aún se conservan unos escudetes de fines del siglo XIX, el camarín de la virgen de la Salceda, la girola y el campanario, así como la propia imagen de la patrona, Nuestra Señora de la Salceda, realizada en 1941 por el gran escultor murciano juan González Moreno.
También conviene recordar a la hora de hablar de Las Torres de Cotillas que es un buen lugar para probar el famoso zarangollo, un plato tradicional muy ligado a la huerta de esta zona. Se trata de un plato que, además de delicioso es muy saludable protagonizado por la cebolla, el calabacín y los huevos que se come especialmente en primavera, aunque es delicioso para comerlo durante todo el año.
Molina de Segura
Nuestra siguiente parada está en Molina de Segura, el cuarto municipio en población de la Región de Murcia. Allí, en la zona sur de la ciudad, en el Barrio del Castillo, nos encontraremos con la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un bello templo barroco del siglo XVIII donde antiguamente almacenaba los libros de nacimientos, matrimonios y defunciones de la localidad así como también su libro de fábrica que recogía aquellos elementos patrimoniales capaces de generar recursos así como los pagos que conllevan la construcción y mantenimiento del templo y la realización de los oficios divinos en su interior. Documentos todos ellos que en la actualidad se almacenan en el obispado de Murcia.
Esta iglesia fue declarada en 1983 monumento histórico-artístico de la Región de Murcia y es la más importante del Molina de Segura por su antigüedad y por la belleza e importancia de los frescos que guarda en su interior del artista, de la escuela de Salzillo, Bernabé Gil.
Alberga en ella una imagen de la Virgen de la Asunción, de la que el templo recibe el nombre, siendo la Iglesia que acoge el traslado de la Patrona de Molina de Segura, la Virgen de la Consolación, durante las fiestas patronales del mes de septiembre, adquiriendo una importancia absoluta en la celebración de los distintos eventos que se llevan a cabo y convirtiéndose en el centro de los actos religiosos en honor a la Patrona de Molina de Segura.
Por lo que a los fogones se refiere, uno los grandes atractivos turísticos de la ciudad es su gastronomía, no en vano la oferta culinaria de Molina de Segura es extraordinaria, con más de 130 establecimientos hosteleros de gran calidad que ofrecen una gran variedad de platos y tapas.
Es típico de Molina de Segura el rin ran de bacalao. Se trata de una receta tradicional de Andalucía, concretamente de la Sierra de Cazorla, en Jaén. Sin embargo, como tantas y tantas recetas tradicionales, se van extendiendo hasta convertirse en tradición culinaria allí donde recaban. Y en ese viaje van sufriendo modificaciones y deliciosas transformaciones.
Y eso es exactamente lo que le ocurre al rin ran en la Región Murcia. Se trata ya de un plato tradicional, adaptado con algunos productos de la región como la ñora o el pimentón, y que se puede tomar como primer plato, pero sobre todo como aperitivo o como tapeo.Sus ingredientes son: Bacalao desalado y desmigado, patata, pimentón, cebolla, ñoras, ajo, aceite de oliva virgen extra y sal.
Alcantarilla
En Alcantarilla es obligatorio nvisotar el Museo de la Huerta, un espacio que muestra cómo era la vida y las costumbres en la huerta a través de la recreación de escenas cotidianas de la mano de siete personajes: Ginés y Salvadora, los huertanos, Conchita y Miguelico, los zagales, el cura Don Pedro y Don Enrique y Doña Amelia, los señoritos.
Está organizado en cinco salas en torno a tres ámbitos, que cuentan la historia del museo, el cultivo de la huerta, el inicio de la industria textil con telares y utensilios para trabajar la caña y el esparto, y cómo era la vida corriente, con recreaciones de viviendas, el mercado, la tienda de ultramarinos, el colegio y la botica.
En todas las salas hay audiovisuales para explicar la utilidad de las piezas expuestas y escuchar sonidos de la huerta, como los auroros, la campana de la ermita, los cantos populares y los trovos. También hay dispositivos de olor para que los visitantes descubran a qué huele la huerta: a palomitas de maíz, a higos, a azahar, a tierra mojada y a pimentón. A la salida encontramos un calendario agrícola con las estaciones del año, las fiestas populares y las fechas de siembra y de recogida.
Entre las piezas expuestas destacael Libro de la Rueda, que data de 1850y es el expediente por el que la Noria de Alcantarilla pasaba a ser propiedad de los regantes. También hay un homenaje al Consejo de Hombres Buenos, que dirime conflictos del riego en la Huerta de Murcia desde 1848 y cuyas reglas vienen de la tradición y la costumbre.
Por lo que a la cocina se refiere, en toda la Región de Murcia se elaboran los michirones, pero los de Alcantarilla tienen una más que justificada fama. Es un plato muy sencillo de hacer, económico y, sobre todo, perfecto para entrar en calor en los fríos días de invierno. Ni garbanzos ni alubias, la base de este plato es otra legumbre, las habas secas.
El truco definitivo para bordar este plato de michirones es el remojo de las habas secas. Habitualmente, para otros platos de legumbres, ponemos en remojo los garbanzos o las alubias la noche anterior. En este caso lo ideal es que el remojo sea de 24 horas y que, a lo largo de ese remojo, cambiemos el agua dos o tres veces. Este es el truco para que al final, los michirones queden tiernos y suaves.
Murcia
Muchas y muy impostantes son las muestras de patromio histórico y artístico que nos ofrece Murcia, pero sin duda una de las mayores joyas que alberga la Región de Murcia es la Santa Iglesia Catedral de Santa María, conocida también como Catedral de Murcia, el principal templo de la capital murciana y sede de la Diócesis de Cartagena que s e encuentra en pleno casco antiguo de la localidad, en la Plaza del Cardenal Belluga.
Fue consagrada en 1467, contó con varios añadidos como la torre-campanario y con reformas ocasionales, añadiendo nuevas capillas o fachadas, principalmente en los siglos XVI y XVIII, por lo que integra el estilo gótico original original con añadidos renacentistas, barrocos y neoclásicos.
Entre sus elementos arquitectónicos más importantes destacan la torres de 93 metros de altura que la convierten en el tercer campanario más alto de España, la espectacular fachada principal considerada como una obra maestra del barroco español y las capillas de los Vélez, de Junterones y del Trascoro, sin olvidar que en la Capilla Mayor, declarada Monumento Nacional en 1931, se encuentra una urna sepulcral donde reposan el corazón y las entrañas del rey Alfonso X el Sabio.
Lo mismo que hemos dicho sobre el patrimonio histórico y artístico de Murcia sucede con su gastronomía. Pero como resulta imposible abarcarla en este espacio vamos a elegir solo una muestra, la de una tapa emblemática en la Región de Murcia que en su capital encontraremos perfectamente elaborada en cualquiera de sus establecimientos. Nos referimos a la marinera.
La marinera murciana, antaño conocida como 'zuzuvecha', es, posiblemente la tapa más popular de la Región Murciana y, aunque ya se encuentran en otras partes de España, es su bocado por excelencia a la hora de hacer aquello tan nuestro como es tapear. Solo con verla se convierte en imprescindible probarla. Se trata de una ensaladilla rusa presentada sobre una crujiente y alargada rosquilla y coronada con una deliciosa anchoa en salazón.
Aunque atención, como en muchas otras regiones españolas las tapas que incluyen anchoa pueden presentar una variante y utilizar en su lugar un boquerón en vinagre. Si sucediese esto con la 'marinera' pasaría a llamarse 'marinero'. Por último, si alguien lo prefieres sin anchoa ni boquerón deberá pedir una 'bicicleta'.
Beniel
Beniel es nuestra última parada en la ruta por el río Segura a su paso por la Región de Murcia. Situada en la comarca de la Huerta de Murcia, ofrece al visitante un rico patrimonio cultural como la Iglesia Parroquial de San Bartolomé, de estilo barroco, construida en el siglo XVIII o los Mojones del Reino, popularmente conocidos como "Los Pinochos", unos monolitos con forma de pirámide tallados en piedra caliza sobre una base cúbica.
Son un monumento de carácter civil levantado en el siglo XV con la finalidad de delimitar la frontera entre el antiguo Reino de Murcia y el Reino de Valencia. Actualmente separan la Comunidad Valenciana de la Región de Murcia. Los monolitos han tenido que ser restaurados en varias ocasiones debido a las inclemencias del tiempo y a que se encuentran en una vía con mucho tráfico, la última vez que fueron restaurados fue en la década de los 80.
Y para despedir el cauce del río Segura a su paso por la Región de Murcia, qué mejor que el más famoso de sus postres, los paparajotes, un tesoro culinario dulce, sencillo, aromático y delicioso. No se prepara apenas fuera de Murcia, aunque ya es muy conocido por toda España, no en vano los murcianos consideran esta delicia una de las siete maravillas gastronómicas de España.
Huevo, azúcar, levadura, leche, harina, limón, canela y, por supuesto, una hoja de limonero, que, pese a que no se come, es el gran protagonista de este postre.
Se toman –como mínimo-, de dos en dos y, en ocasiones, hay quien los acompaña con una bola de helado de vainilla y un chupito de licor.
Sobre el autor:
Antonio Castillejo
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.