¿Has oído hablar del ajo negro? Este se diferencia del ajo convencional por su tonalidad más oscura y un sabor ligeramente agridulce. Ambas características son consecuencia directa de la reacción de Maillard, un proceso que, en este caso, se debe al control de la temperatura y la humedad durante un periodo prolongado de tiempo, lo que trae consigo la producción de melanoidinas coloreadas, responsables de este cambio de aspecto.
Aunque el ajo negro se ha dado a conocer recientemente en nuestro país, lo cierto es que es uno de los condimentos más populares de la cocina asiática, especialmente en Corea, donde aseguran que es un ingrediente sumamente beneficioso para la salud y desde donde se vende a precios desorbitados.
Una de sus principales ventajas frente al ajo común es que posee cinco veces más fenoles que esta variedad. Lo que le dota de una riqueza antioxidante muy valiosa, casi invencible frente a los temidos radicales libres. Esto se debe a su extenso proceso de maduración. Además, posee propiedades antisépticas, antibióticas, digestivas y expectorantes muy interesantes. Sin olvidar las vitaminas y minerales que también forman parte de su composición. Bajo esta premisa, ¿qué beneficios puede aportarte el ajo negro?