Alimentación

¿Qué hábitos nos impulsan a comer más?

Victoria Herrero

Martes 26 de noviembre de 2019

ACTUALIZADO : Martes 26 de noviembre de 2019 a las 6:19 H

3 minutos

Estados emocionales o falta de autoestima se esconden como el origen de esa ansiedad por la comida

¿Qué hábitos nos llevan a comer más? (Bigstock)
Victoria Herrero

Martes 26 de noviembre de 2019

3 minutos

En ocasiones, seguir unos hábitos nocivos en nuestra relación con la comida hace que nos empujen a tener una cierta ansiedad que acaba en devorar platos sin mucho sentido. Si conseguimos profundizar en el origen del problema y hacer unos cambios en nuestra rutina alimentaria, lograremos no tener esa ansiedad que nos hace comer más y de una forma tan acelerada e impulsiva, tal y como como recomiendan desde el Consejo General de la Psicología en España.  

¿Qué nos empuja a comer sin control? 

Pero, antes de apuntar qué nos lleva a comer más y cómo podemos ponerle remedio, es necesario saber si realmente nuestro caso es el de una persona que come de forma compulsiva. Así pues, algunas señales de alarma son:

  • Comer sin hambre e incluso cuando ya te sientes lleno. 
  • No tener control con la cantidad de comida que se ingiere. 
  • Sentimientos de culpabilidad o tristeza después de un atracón. 
  • Comer a escondidas.
  • Continua preocupación por el peso y la imagen. 

Las causas reales de la relación de ansiedad con la comida pueden obedecer a múltiples factores. Desde aquellas personas con una baja autoestima debido a un cuerpo con el que no se siente felices, pasando por otras que viven situaciones emocionales complicadas o de estrés que hacen que la comida sea su refugio.

Sea como fuere, el primer paso es aceptarnos tal cual somos, como defienden los expertos antes mencionados. Así, apuntan que mientras mantengamos esa motivación, la ansiedad por la comida irá desapareciendo

Evita comer hidratos de carbono refinados (bigstock)

Consejos para no comer compulsivamente

En este nuevo camino, resultan cuanto menos beneficiosos una serie de trucos o hábitos que pueden servirnos para dejar atrás esos impulsos hacia la comida. Así, los líquidos pueden ayudar a sentirnos saciados y no caer en la comida una y otra vez. Para ello, es imprescindible beber cada día dos litros de agua, además de complementar esta rutina con infusiones calientes y sopas vegetales antes de las comidas. Pero nada de bebidas que sean excitantes como el café o el té. 

Por su parte, los alimentos que son ricos en fibra pueden aportar su granito de arena en estos nuevos hábitos ya que, al sentirnos más saciados, comeremos menos. Si además añadimos a nuestro menú alimentos ricos en omega 3 o en triptófano –un aminoácido con efecto tranquilizante y presente en la proteína animal–, lograremos alejar esa ansiedad de nuestra mente. 

Sin embargo, de nada sirve cambiar nuestra nutrición diaria si no seguimos otros consejos como hacer cinco comidas al día para no estar muchas horas sin comer o tomarnos nuestro tiempo cada vez que nos sentamos a la mesa. Por último, debemos ser organizados cuando hagamos la compra semanal de alimentos. Nada de ir con el estómago vacío; compraremos sin control alguno y, además, alimentos que no resultan beneficiosos.

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