Entre las principales causas de una mala circulación sanguínea se encuentran el sedentarismo, seguir una dieta poco saludable –donde predominen alimentos demasiado azucarados o grasos–, fumar, beber o incluso padecer situaciones de mucho estrés, según los profesionales de la salud.
Son muchos los síntomas que nos pueden hacer sospechar que sufrimos una mala circulación, entre ellos la hinchazón en las extremidades, la sensación de hormigueo y picor, o la aparición de varices. Algunas de estas señales son muy evidentes a la hora de determinar la presencia de este problema de salud, pero existen otras que no resultan tan visibles y que, sin embargo, pueden ser un síntoma a tener en cuenta. Y es que, por ejemplo, con una mala circulación sanguínea los nutrientes que el cuerpo necesita para estar en perfectas condiciones no se transportarán como es debido a través de nuestro organismo.
En este sentido, si cuando realizamos nuestras actividades cotidianas notamos que todo nos cuesta un poco más, nos sentimos fatigados y lentos de movimientos o como si el cuerpo nos pesara más, puede que tengamos una mala circulación. De hecho, según los especialistas, cuando la sangre bombea de una forma más lenta hace que todo ese transporte de nutrientes, vitaminas y oxígeno vaya de una manera más lenta hacia nuestros músculos. Todo ello nos lleva a notarnos faltos de energía.
Cuando la cirugía no esté indicada para remediar nuestro caso, las medias de compresión son un solución eficaz para aliviar los síntomas y mejorar la circulación sanguínea. La función de las medias de compresión es aumentar el flujo sanguíneo para favorecer su circulación. También las duchas de agua fresca en las piernas ayudan a reactivar la circulación. Tal como asegura la Asociación Cuida tus Venas, el agua fresca en las piernas activa la función venosa aliviando la sensación de pesadez y el dolor.
A veces es el propio movimiento de los músculos el que puede conseguir que la sangre retorne al corazón para continuar el ciclo normal de la circulación sanguínea. Pero es posible que, por distintos motivos, no puedan cumplir su función y eso nos provoque algunos síntomas como los descritos anteriormente (piernas pesadas, varices, etc.). Si este es tu caso, aquí te proponemos algunos ejercicios sencillos, basado en los consejos de expertos, que podrán mejorar tu circulación:
Ejercicio para hacer de pie:
Para hacer sentado:
Tumbado boca arriba: