Desarrollan un nuevo fármaco capaz de curar reacciones alérgicas alimentarias graves

Gracias a un nuevo estudio dirigido por científicos de la Facultad de Medicina de Stanford (Estados Unidos) se ha descubierto un nuevo fármaco que puede prevenir y curar reacciones alérgicas a pequeñas cantidades de alimentos como pueden ser los cacahuetes o la leche. La investigación se ha  publicado en la revista 'New England Journal of Medicine'. 

El uso regular de este fármaco, omalizumab, podría proteger a las personas de respuestas alérgicas graves, que son especialmente peligrosas en adultos y niños al provocar dificultad para respirar. 

 

 

La autora principal del estudio, la doctora Sharon Chinthrajah, es profesora asociada de Medicina y Pediatría y directora en funciones del Centro Sean N. Parker de Investigación sobre Alergia y Asma de Stanford Medicine. 

Declara que se encuentra entusiasmada ya que se dispone de "un nuevo tratamiento prometedor para los pacientes alérgicos a múltiples alimentos. Este nuevo enfoque ha demostrado respuestas realmente buenas para muchos de los alimentos que desencadenan sus alergias". 

Junto con ella, Robert Wood, profesor de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) afirma que "los pacientes afectados por alergias alimentarias se enfrentan diariamente a la amenaza de reacciones potencialmente mortales debidas a exposiciones accidentales", 

Según explica el doctor Wood, el omalizumab puede suponer una capa de protección frente a estas pequeñas exposiciones tan peligrosas.

Comer en restaurantes puede ser todo un reto 

En Estados Unidos, las alergias alimentarias afectan aproximadamente al 8% de los niños y al 10% de los adultos. 

Se aconseja a las personas con alergias graves que eviten por completo los alimentos que contengan los desencadenantes de sus reacciones, pero hay alérgenos comunes, como los cacahuetes, la leche, los huevos y el trigo, que pueden estar ocultos en tantos lugares que actividades cotidianas como asistir a fiestas y comer en restaurantes pueden ser todo un reto.

"Las alergias alimentarias tienen importantes repercusiones sociales y psicológicas, incluida la amenaza de reacciones alérgicas en caso de exposición accidental, algunas de las cuales pueden poner en peligro la vida", afirma Chinthrajah. Explica que las familias también se enfrentan al impacto económico de comprar alimentos más caros para evitar estos alérgenos. 

La inmunoterapia oral

El mejor tratamiento disponible para las alergias alimentarias es la inmunoterapia oral. Los pacientes ingieren dosis minúsculas y gradualmente crecientes de alimentos desencadenantes de la alergia bajo la supervisión de un médico para crear tolerancia.

Aun así, la propia inmunoterapia oral puede desencadenar respuestas alérgicas, y la desensibilización a los alérgenos puede llevar meses o años. 

 

 

El proceso es especialmente largo para las personas con varias alergias alimentarias, ya que suelen tratarse de una en una.

Una vez desensibilizados a un alérgeno, los pacientes deben seguir comiendo el alimento con regularidad para mantener su tolerancia, pero a menudo no les gustan los alimentos que durante mucho tiempo tuvieron que evitar.

"Hay una necesidad real de un tratamiento que vaya más allá de la vigilancia y ofrezca opciones a nuestros pacientes alérgicos a los alimentos", ha afirmado Chinthrajah.

El Omalizumab 

 La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó originalmente el omalizumab para tratar enfermedades como el asma alérgica y la urticaria crónica. 

El fármaco se une a los anticuerpos que causan muchos tipos de enfermedades alérgicas y los inactiva. 

Basándose en los datos recogidos en el estudio, el pasado 16 de febrero la FDA aprobó el omalizumab para reducir el riesgo de reacciones alérgicas a los alimentos.

Todos los participantes en el estudio padecían alergias graves a los cacahuetes y al menos a otros dos alimentos, como la leche, el huevo, el trigo, los anacardos, las avellanas o las nueces. Cabe destacar que el 38,4% eran menores de 6 años, un grupo de edad con un alto riesgo de ingestión accidental de alimentos desencadenantes de alergias.

 

 

El omalizumab es un anticuerpo inyectado que se une y desactiva todos los tipos de inmunoglobulina E, o IgE, la molécula causante de la alergia en la sangre y en las células inmunitarias del organismo.

Hasta ahora, el omalizumab parece capaz de aliviar la alergia a varios alérgenos alimentarios a la vez. "Creemos que debería tener el mismo efecto independientemente del alimento del que se trate", ha afirmado Chinthrajah.

Tras cuatro meses de inyecciones mensuales o bimensuales de omalizumab, dos tercios de los 118 participantes que recibieron el fármaco comieron con seguridad pequeñas cantidades de los alimentos que les provocan alergia.

El 80% de los pacientes dejaron de tener reacción alérgica

Concretamente, en la investigación han participado 177 niños con al menos tres alergias alimentarias cada uno. El 38% tenía entre 1 y 5 años, el 37% entre 6 y 11 años, y el 24% 12 años o más.

Al repetir la prueba, 79 pacientes (66,9%) que habían tomado omalizumab podían tolerar al menos 600 mg de proteína de cacahuete (la cantidad que contienen dos o tres cacahuetes) frente a sólo cuatro pacientes, el 6’8%, que habían tomado el placebo. 

Alrededor del 80% de los pacientes que tomaron omalizumab pudieron consumir pequeñas cantidades de al menos un alimento desencadenante de la alergia sin inducir una reacción alergénica. 

El 69% pudieron consumir pequeñas cantidades de dos alimentos alergénicos y el 47% pudieron comer pequeñas cantidades de los tres alimentos alergénicos.

El omalizumab fue seguro y no causó efectos secundarios, aparte de algunos casos de reacciones leves en el lugar de la inyección. Es la primera vez que se evalúa la seguridad de este estudio en niños de tan solo un año.

Un fármaco que pueda curar todas las alergias 

Según los investigadores, es necesario seguir estudiando para comprender mejor cómo podría ayudar el omalizumab a las personas con alergias alimentarias.

"Tenemos muchas preguntas sin respuesta: ¿Durante cuánto tiempo deben tomar este fármaco los pacientes? ¿Hemos modificado permanentemente el sistema inmunitario? ¿Qué factores predicen qué personas tendrán la respuesta más fuerte?", afirma Chinthrajah. "Aún no lo sabemos", ha zanjado.

El equipo está planificando estudios para responder a estas y otras preguntas. 

Se quiere averiguar qué tipo de seguimiento sería necesario para determinar cuándo un paciente adquiere una tolerancia significativa a un alimento desencadenante de alergia.

Chinthrajah ha señalado que muchos pacientes con alergias alimentarias también padecen otras afecciones alérgicas que se pueden tratar con omalizumab, por ejemplo el asma, rinitis alérgica (alergias con desencadenantes ambientales como pueden ser el moho, perros o gatos, o ácaros del polvo) o eccema. 

 

 

"Podría ser especialmente útil para los niños pequeños con alergias alimentarias graves, porque tienden a llevarse cosas a la boca y pueden no comprender los peligros que entrañan sus alergias", ha agregado.

"Un fármaco que pueda mejorar todas las afecciones alérgicas es exactamente lo que esperamos", ha afirmado.

"Es algo que nuestra comunidad de alérgicos a los alimentos llevaba mucho tiempo esperando", afirma Chinthrajah. "Es un régimen farmacológico fácil de implantar en una consulta médica, y muchos alergólogos ya lo utilizan para otras afecciones alérgicas", ha concluido.