Salud

¿En qué consiste una prueba de esfuerzo?

Ignacio Casanueva

Jueves 2 de julio de 2020

3 minutos

El facultativo puede detectar con ella posibles anomalías o trastornos cardiovasculares

¿En qué consiste una prueba de esfuerzo?
Ignacio Casanueva

Jueves 2 de julio de 2020

3 minutos

Nuestros médicos se deben enfrentar a un sinfín de síntomas y probabilidades que pueden influir en el diagnóstico correcto. Para poner el cerco a la patología estos profesionales se ayudan de análisis y pruebas médicas. Una de ellas, la ergometría, es una de las más utilizadas para medir la resistencia cardiovascular.

También conocido como prueba de esfuerzo, el facultativo puede detectar con ella posibles anomalías o trastornos cardiovasculares relacionados con el flujo de sangre en el corazón que no se detectan cuando el paciente está en reposo o con un electrocardiograma común.

Esta prueba también se utiliza cuando una persona decide someterse a un entrenamiento físico o va a comenzar a practicar algún deporte exigente. Y es que la totalidad de los especialistas en medicina deportiva recomiendan llevar a cabo una prueba de esfuerzo dentro de un reconocimiento médico previo exhaustivo antes de empezar a hacer ejercicio. Gracias a esta ergometría el preparador podrá crear un plan teniendo en cuenta la frecuencia, intensidad, periodos de descanso, nutrición, etc. Una forma de alcanzar logros sin poner en riesgo la salud del deportista.

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Seamos profesionales del deporte o no, la prueba de esfuerzo tiene sus especificaciones y partes. De esta manera quien comience a hacer esta prueba seguirá estos pasos:

  • Primero se realizan dos electrocardiogramas en reposo, uno tumbado y otro de pie.
  • Luego, al empezar la prueba de esfuerzo, se conecta al paciente a un monitor que permite visualizar el tiempo real los parámetros del electrocardiograma. Un dispositivo medirá la presión arterial en todo momento antes, durante y después de la prueba.
  • A continuación, el paciente sube a una cinta de correr o a una bicicleta estática y comienza a andar, trotar, correr o pedalear según las indicaciones del especialista que supervisa la actividad.
  • Cada tres minutos el especialista da instrucciones para incrementar la intensidad. De esta forma el corazón del paciente tiene que hacer, progresivamente, un esfuerzo mayor para continuar.
  • Cuando el paciente no puede más, la prueba se interrumpe avisando al especialista de que ya no puede seguir adelante, o bien cuando ya se ha superado el 80% de la frecuencia cardíaca máxima teórica.
  • En ese instante se pasa a la fase de recuperación, que dura en torno a cinco minutos, en la que también se llevan a cabo mediciones de los valores cardiovasculares.
  • Si durante la prueba de esfuerzo se produce alguna arritmia grave, algún pico en la presión arterial o alguna oscilación anómala en el electrocardiograma, la máquina lo detecta y el facultativo ordenará parar la prueba.

 

Sobre el autor:

Ignacio Casanueva

Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.

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