
El exceso de calor en el hogar puede perjudicar el cerebro de los mayores de 60 años
Un estudio de Harvard indica que las altas temperaturas pueden acelerar el deterioro cognitivo

La popular frase “el calor derrite el cerebro” puede ser más cierta de lo que parece. Un estudio reciente ha demostrado que existe una relación directa entre la temperatura dentro de la casa y el rendimiento cognitivo en personas mayores de 60 años.
Los resultados brindan una nueva perspectiva sobre cómo el cambio climático y el calentamiento global podrían afectar de manera creciente a la salud mental de este grupo de edad.
La investigación, que ha sido realizada por el Instituto para la Investigación del Envejecimiento Hinda y Arthur Marcus, entidad afiliada a la Harvard Medical School, indica que las personas mayores mantienen mejor su capacidad de atención cuando la temperatura de la vivienda está entre los 20 y 24 grados.
Cuando salen de este intervalo existen ciertas consecuencias, pues un cambio de apenas cuatro grados, ya sea al alza como a la baja, duplica el riesgo de sufrir dificultades de atención.
El estudio ha monitorizado durante un año a 47 personas mayores de 65 años, registrando constantemente las temperaturas de sus viviendas y las incidencias de atención que ellos mismos notificaban.
Los hallazgos, que fueron publicados en Journal of Gerontology: Medical Science, muestran que muchas personas mayores ya están expuestas a temperaturas interiores capaces de cambiar su rendimiento cognitivo, incluso con las condiciones climáticas actuales.
"Nuestros hallazgos subrayan la importancia de comprender cómo los factores ambientales, como la temperatura interior, afectan a la salud del cerebro de las poblaciones envejecidas", indica Amir Baniassadi, autor principal del estudio, investigador del Marc Institute y especialista en el impacto del cambio del clima en los mayores.

Cambio climático y envejecimiento cognitivo
El autor advierte que las personas con menos recursos son las más vulnerables, ya que suelen vivir en hogares que no cuentan con un buen aislamiento o con sistemas de climatización adecuados.
Es por eso que afirma que "esta investigación pone de relieve la necesidad de intervenciones de salud pública y políticas de vivienda que den prioridad a la resiliencia climática de las personas mayores. A medida que aumentan las temperaturas globales, garantizar el acceso a entornos con temperatura controlada será crucial para proteger su bienestar cognitivo".
La amenaza no se limita al deterioro mental. Diversos estudios indican que las olas de calor incrementan el riesgo de problemas cardiovasculares en personas mayores y son el segundo factor con mayor incidencia en la mortalidad por enfermedad en nuestro país, según indica un informe de la Universidad de Navarra.
Retos y soluciones
El aumento de la población envejecida y el avance del cambio climático son dos desafíos grandes del siglo XXI. Este estudio, con apoyo del Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos, conecta estos dos problemas al demostrar cómo la temperatura de la casa influye en el deterioro cognitivo.
Los autores proponen diferentes medidas:
- Uso de tecnologías inteligentes para regular de forma óptima la temperatura en el hogar.
- Mejoras en la eficiencia energética de las viviendas.
- Facilitar el acceso a sistemas de refrigeración para las comunidades más desfavorecidas.
Además, recomiendan controles regulares de temperatura en los hogares de las personas mayores y políticas públicas que aseguren su acceso a una climatización eficaz.