Úrsula Segoviano
Salud
La manifestación en el estómago que predice que puedes padecer alzhéimer
Ocurre en personas sanas portadoras del gen APOE4

Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad Europea, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Francisco de Vitoria ha desvelado que las personas que portan el gen APOE4 y están sanas, conocido como el principal factor de riesgo genético para el desarrollo del alzhéimer, poseen una microbiota intestinal distintiva y diferente a la de aquellos sin este gen.
La ciencia reconoce cada vez más la relevante comunicación existente entre los microorganismos que habitan en el sistema digestivo y el cerebro, refiriéndose incluso al intestino como un "segundo cerebro". Esta conexión, conocida como el eje intestino-cerebro, implica que alteraciones en la comunidad bacteriana intestinal pueden desencadenar respuestas inflamatorias que terminen afectando al cerebro, incrementando potencialmente el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, según explicó María del Rocío González, directora de Investigación de la Facultad de Ciencias Biomédicas y de la Salud de la Universidad Europea.
La investigación, publicada en AMB Express, encontró que los individuos portadores del gen APOE4 muestran una reducción de hasta cinco veces en la cantidad de ciertas bacterias beneficiosas tanto para el intestino como para la salud cerebral, como es el caso de los 'Meganomas', conocidos por sus efectos antiinflamatorios. Además, detectaron una menor capacidad potencial para producir moléculas importantes para el cerebro, como el triptófano, que es precursor de la serotonina. Sara Clemente, profesora asociada del Departamento de Odontología Preclínica I de la Universidad Europea, añadió que estas personas también presentan una mayor abundancia de bacterias 'Puniceicoccaceae' en su intestino, cuya función exacta aún se desconoce debido a la dificultad para cultivarlas en laboratorio.
Un aspecto particularmente destacable de este hallazgo es que estas diferencias en la microbiota se observaron en portadores del gen APOE4 que se encontraban sanos. Esto sugiere que las variaciones intestinales identificadas no son una consecuencia de la enfermedad de Alzheimer ya manifestada, sino que podrían estar presentes mucho antes de la aparición de los síntomas.

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores analizaron a 77 adultos de nacionalidad española. Emplearon avanzadas técnicas de secuenciación genética y bioinformática con el fin de explorar la relación entre la composición de la microbiota intestinal y la predisposición genética al alzhéimer.
Los autores del trabajo subrayan que estos resultados refuerzan la idea de que la prevención del alzhéimer debería iniciarse en etapas tempranas de la vida, incluso en personas que aún no muestran signos de la enfermedad. Afirman que los hábitos de vida saludables tienen la capacidad de modular su desarrollo. María del Rocío González enfatizó que "El alzhéimer no es una sentencia genética, sino una condición multifactorial", destacando que tener el gen APOE4 no garantiza el desarrollo de la enfermedad, ya que un número considerable de portadores nunca llegan a manifestarla.
El siguiente paso significativo es llevar estos descubrimientos a la práctica clínica, buscando avanzar hacia un enfoque médico que permita anticiparse a la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las personas que tienen este factor de riesgo genético. La investigación abre la puerta a una medicina más personalizada. Tecnologías innovadoras, como la inteligencia artificial, podrían jugar un papel crucial en el futuro, ayudando a interpretar la ingente cantidad de datos genéticos y microbianos de cada paciente para ofrecer recomendaciones dietéticas o suplementos específicamente adaptados a su perfil individual.