La Fundación Pasqual Maragall desarrolla un algoritmo para detectar el alzhéimer
Un proyecto pionero busca identificar el riesgo antes de los primeros síntomas
Identificar el riesgo de alzhéimer antes de que se manifiesten los primeros síntomas podría mejorar la vida de millones de personas en los próximos años. Con ese objetivo, el Barcelonaßeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, impulsa ALFA10, un proyecto pionero que busca anticiparse a la enfermedad mediante el desarrollo de un algoritmo predictivo capaz de detectar a las personas con mayor riesgo, incluso antes de que aparezcan los primeros signos de deterioro cognitivo.
El proyecto, liderado por el Dr. Gonzalo Sánchez, investigador y neuropsicólogo del BBRC, busca transformar el abordaje de la enfermedad del Alzheimer al facilitar su detección precoz, mejorar la selección de candidatos para ensayos clínicos y abrir la puerta a tratamientos personalizados. “El objetivo de este proyecto es entender mejor cómo progresa la enfermedad antes de que se manifiesten los síntomas y, así, preparar un protocolo de actuación para casos con riesgo elevado que, a la larga, pueda ser adoptado por el sistema de salud”, explica el líder del proyecto.
La llegada de los primeros tratamientos capaces de frenar la progresión del alzhéimer ha abierto una nueva etapa en el abordaje de la enfermedad. Sin embargo, su eficacia depende en gran medida de aplicarlos a tiempo. En la mayoría de los casos, el diagnóstico se produce cuando el daño cerebral ya es irreversible. ALFA10 quiere cambiar este paradigma, trasladando el foco a la fase preclínica de la enfermedad y creando herramientas que permitan intervenir antes y con mayor eficacia.

El estudio ALFA10, una nueva etapa en la investigación
ALFA10 va un paso más allá del Estudio ALFA, impulsado en 2013 por la Fundación “la Caixa” y desarrollado por el BBRC, que permitió reclutar a más de 2.700 voluntarios sanos de entre 45 y 75 años con el fin de estudiar los cambios biológicos y cognitivos tempranos relacionados con el alzhéimer. A lo largo de estos años, muchos de ellos han participado en diferentes evaluaciones y estudios complementarios, contribuyendo a generar una valiosa base de datos y muestras biológicas.
Ahora, ALFA10 da continuidad a esa investigación con un enfoque renovado y más ambicioso. En lugar de reclutar a nuevas personas, el proyecto ha recontactado con los participantes originales para continuar su seguimiento y profundizar en la evolución de su salud cerebral. Muchas de estas personas han sido invitadas de nuevo al centro para realizar análisis de sangre y tests cognitivos para detectar con mayor precisión, los cambios en los biomarcadores y así poder observar con mayor precisión los procesos biológicos que preceden a la enfermedad.
Además, el proyecto incorpora un seguimiento remoto a través de cuestionarios y herramientas digitales de evaluación cognitiva, lo que facilitará un control continuo del estado cerebral sin necesidad de visitas presenciales frecuentes. Este enfoque, basado en el seguimiento de la misma cohorte durante casi quince años, aportará información clave sobre cómo progresa la enfermedad y permitirá identificar a las personas con mayor riesgo antes de que aparezcan los síntomas. Las primeras visitas presenciales están previstas para enero de 2026, tras las cuales comenzará el seguimiento digital continuado.
Tres pasos para anticipar el alzhéimer
El desarrollo del algoritmo predictivo de ALFA10 se estructura en tres fases principales. La primera consiste en la recopilación y análisis de datos, que incluirá nuevos biomarcadores en sangre junto con variables clínicas y cognitivas de los participantes, analizados en los laboratorios del BBRC.
En una segunda fase, toda esa información se integrará con los datos históricos recopilados durante casi quince años para crear un modelo predictivo capaz de estimar con precisión el riesgo individual de padecer alzhéimer.
Finalmente, el proyecto se orienta a la prevención y el tratamiento, con el objetivo de identificar perfiles de riesgo y facilitar el desarrollo de terapias personalizadas, acercando la prevención a la práctica clínica y reduciendo el impacto de la enfermedad antes de que cause daños cerebrales irreversibles.
Un avance científico con impacto social
ALFA10 representa un salto cualitativo en la investigación del alzhéimer. Por primera vez, un proyecto de este alcance combina biomarcadores detectables en sangre con herramientas de monitorización cognitiva digital remota, lo que permitirá un seguimiento más preciso, sensible y continuado del estado cerebral.
Además, tiene una clara vocación de transferencia al sistema sanitario. Más allá de generar conocimiento científico, el proyecto busca convertir los hallazgos en protocolos y herramientas útiles aplicables primero en centros especializados y, con el tiempo, en la atención primaria.
El seguimiento a largo plazo de los mismos participantes durante más de una década permitirá observar los cambios biológicos y cognitivos que preceden a los síntomas, aportando información esencial sobre cómo progresa la enfermedad y facilitando una intervención temprana y personalizada. “Una vez desarrollado, el algoritmo se validará con muestras de datos independientes y en nuevas cohortes de participantes, lo que permitirá evaluar su eficacia y facilitar su aplicación clínica”, añade el Dr. Sánchez.
Una campaña para cambiar el futuro del alzhéimer
Para hacer posible este avance, la Fundación Pasqual Maragall ha puesto en marcha una campaña que tiene como objetivo recaudar 250.000 euros. Esta financiación permitirá acelerar el desarrollo del algoritmo y acercar la detección precoz del alzhéimer a la práctica clínica, con el potencial de mejorar la vida de millones de personas en los próximos años.
El alzhéimer en cifras
Actualmente se estima que el alzhéimer y las enfermedades neurodegenerativas afectan a 900.000 personas, cifra que se traduce en una de cada diez de más de 65 años y un tercio de las de más de 85. Estas patologías son una de las principales causas de mortalidad, discapacidad y dependencia. Si no se encuentra una cura efectiva y con la esperanza de vida en aumento, en el año 2050 el número de casos podría triplicarse en el mundo, superando el millón y medio de personas solo en España, un hecho que podría llegar a colapsar los sistemas sanitarios y asistenciales.
Sobre la Fundación Pasqual Maragall
La Fundación Pasqual Maragall es una entidad privada sin ánimo de lucro que nació en abril de 2008, como respuesta al compromiso adquirido por Pasqual Maragall (exalcalde de Barcelona y expresidente de la Generalitat de Cataluña) al anunciar públicamente que se le había diagnosticado alzhéimer. La Fundación está dirigida por Arcadi Navarro y presidida por Cristina Maragall, hija de Pasqual Maragall. Este último ostenta el cargo de presidente de honor.
Más de 200 profesionales trabajan actualmente en la Fundación con una doble misión: promover la investigación para prevenir el alzhéimer, y ofrecer soluciones que mejoren la calidad de vida de las personas afectadas, sus familias, y las personas cuidadoras. En el ámbito de la investigación científica, la Fundación cuenta con el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación dedicado a la prevención de la enfermedad y al estudio de las funciones cognitivas afectadas en el envejecimiento sano y patológico.
Todo esto es posible gracias al apoyo de una quincena de entidades y una base social de más de 100.000 socios, que contribuyen económicamente a la continuidad del proyecto. Su apoyo es imprescindible para seguir trabajando por un futuro sin alzhéimer, puesto que la investigación científica es el único camino para vencer la enfermedad.



