Medicina preventiva

Los mayores de 65, entre los colectivos de población que menos visitan al dentista

Victoria Herrero

Foto: Bigstock

Jueves 4 de julio de 2019

3 minutos

Para cuidar la salud de nuestra boca es importante acudir un par de veces al año al dentista

Los mayores de 65, entre los colectivos de población que menos visitan al dentista
Victoria Herrero

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Jueves 4 de julio de 2019

3 minutos

La visita al dentista es una de la más temidas por algunos, especialmente para dos colectivos de población, los mayores de 65 años y los menores de 7 años que son los que menos frecuentan estas consultas. Son datos aportados por el Observatorio de la Salud Oral en España del Consejo General de Dentistas de España (@CNSJ_Dentistas). 

Sin embargo, lejos de ser algo anecdótico, resulta clave romper con esta estadística ya que es importante cuidar nuestra boca como parte de la salud global. Ir al dentista cada cierto tiempo, lo recomendado es un par de veces al año, para hacer una completa revisión de nuestra higiene bucodental es obligatorio.

Así, en el caso de las personas mayores, con esas edades se presentan ciertas patologías orales que es conveniente revisar, además de llevar a cabo medidas preventivas para evitar futuras enfermedades periodontales. Y todo esto influye drásticamente en su calidad de vida de su boca que pierde salud, funcionalidad y estética.

Los motivos por los que se retrasa la visita al dentista

Atrás queda ese terror que conllevaba la visita al dentista. La llamada odontofobia que afecta al 15% de la población, según datos de la OMS (@WHO). 

Los mayores de 65, entre los colectivos de población que menos visitan al dentista

Acudir a una revisión para conocer la salud de nuestra boca no duele, entonces ¿cuáles son los motivos por los que vamos tan poco a la consulta de este especialista médico? 

  • Todos los tratamientos que así lo requieran se hacen con anestesia y por lo tanto, no puede dolernos el que nos saquen una muela. Sin embargo, a muchas personas les resulta desagradable o no soportan la idea del pinchazo para administrar este analgésico para nuestra boca. 
  • Ansiedad. Estar ahí tumbados con la boca abierta, sin saber qué está haciendo el dentista y solo viendo ese instrumental hace que algunas personas experimenten una sensación de nerviosismo.
  • La pereza. Admitámoslo, en la mayoría de los casos hasta que no nos duele un diente o tenemos una urgencia no acudimos al dentista. Mal hecho, ya que deberíamos ir de forma frecuente a modo de prevención para evitar esas insoportables molestias dentales o casos de enfermedades más graves. 
  • El precio. El coste de algunos tratamientos hace que ciertas personas no acudan al dentista hasta poder pagar esas operaciones o bien hacérselas de forma gradual. 

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Victoria Herrero

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